Una clase de psicología en diez palabras. Fenomenal. Es la primera vez que paso por aquí, si me lo permites iré volviendo porque me ha gustado el poso narrativo que hay en todos los relatos, sin efectismos, sin trampa ni cartón. Besos.
Bienvenidos todos, ya veo que el veneno y el dolor sabéis diluirlo sin problemas, aguarlo, hasta dejarlo en poco o nada. Reconocéis el procedimiento. Un beso a todos y gracias por la visita.
¿Y qué hizo Antídoto?
ResponderEliminarYa sé: le dio un abrazo para consolarle y se lo cargó. Jejeje.
Ahora en serio. Muy imaginativo. Enhorabuena.
Impactante, y concentrado, como una cápsula de cianuro.
ResponderEliminarUna clase de psicología en diez palabras. Fenomenal.
ResponderEliminarEs la primera vez que paso por aquí, si me lo permites iré volviendo porque me ha gustado el poso narrativo que hay en todos los relatos, sin efectismos, sin trampa ni cartón. Besos.
...por eso me acerco a la acuarla...con mucha agua!
ResponderEliminar:)
Muy bueno!
Bienvenidos todos, ya veo que el veneno y el dolor sabéis diluirlo sin problemas, aguarlo, hasta dejarlo en poco o nada. Reconocéis el procedimiento.
ResponderEliminarUn beso a todos y gracias por la visita.
El dolor diluído en lágrimas es una potente imagen, pero el dolor concentrado, es demoledora. Mucho arte concentrado, Luisa. Un abrazo.
ResponderEliminarTiene dos lecturas a cual más inquietante....
ResponderEliminarPropones una excelente fórmula curativa, o al menos, paliativa. Besos!
ResponderEliminarSólo se me ocurre decir: Impactante
ResponderEliminarBesos
Si me gustan los nanos es por los lectores que, como vosotros, saben arrancarles mil y una historias.
ResponderEliminarNo sé que ha pasado pero tu nano ha sido padre. Inspirador.
ResponderEliminarUfff concentrado mata y lágrima a lágrima martiriza, aunque las lágrimas al menos son una ruta de escape...
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