23 de abril de 2012

¡Mírenlas!


              La luz era tenue y el aforo estaba completo:
          “La palmera mira al cielo y a la tierra con ojos amarillos. Con sus múltiples brazos saluda al aire que la agita. Sus ojos parecen los de un cíclope de huerto; vigilante de los demás congéneres de su alrededor.
             Y la morera sola. En soledad perpetua, además de desnuda ahora que le han podado las ramas. Escucha las voces de los que pasan por su lado y observa, un poco tuerta, la mirada furtiva de los otros.
           Ahora bien cuando de las moreras cuelgan las ramas repletas de hojas verdes y los naranjos empiezan a florecer, en mi ciudad se combinan los colores y los sabores con los sentidos, en una encrucijada de caminos distintos, pero parecidos haciendo que los que deambulan por las calles sientan ese aire diferente que los impregna, hasta tal punto que sin querer, se creen otros.
            Otra imagen habitual que sirve de ornamento a parques y jardines en los tiempos modernos es el olivo. De cuándo este árbol de labor y rico fruto, es un elemento de adorno. Hoy en día tan usado en los minúsculos parterres del nuevo formato de vivienda, en el extrarradio de las ciudades…
            …Y la palmera sin viento parece dibujada; cuando salgan a la calle ¡Mírenlas!”.
          Así empezaba la joven Licenciada en Medio Ambiente su ponencia en el “Primer Encuentro para Ciudades Sostenibles”. El aforo del auditorio quedó en un silencio tan delicado como patente. Al terminar su exposición, recibió un aplauso sonoro y rotundo.

Microrrelato escrito por Cabopá
Ilustración hecha por Juanlu/Luiyi

(Si tienes un microrrelato con temática ecologista, no dudes en enviármelo. Si, por el contrario, prefieres ilustrar, ponte en contacto conmigo, esta sección la estamos construyendo entre todos y estás invitado. ¡Muchas gracias!)

14 comentarios:

  1. Ay, Luisa qué bien quedan mis palabras escritas, en tu casa (Hago reseña, ahora mismo en mi ventana) hoy Día del Libro.

    Y la ilustración del amigo Juanlu, una delicadeza por su parte, ahora que está "descansando".

    Besicos a los dos de una amiga bloguera que os quiere.

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  2. Qué rapidísima has sido!!! en cuanto ha salido la entrada, ahí estabas tú.
    Muchas gracias por la visita y, sobre todo, por el micro porque... normalmente a todos se nos cuelan críticas, malos futuros o imágenes feas pero tú... no lo has hecho, en absoluto, y me encanta como miras.
    Un besote gordo, Luisa.

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  3. Cabopá, yo no las miro a las palmeras, si no que las admiro. Siempre me han encantado. Recuerdo la que presidia el corral de la casa de mis abuelos.

    La pena que me da es que muchas de ellas están enfermando y muriéndose. Ojalá encuentren un remedio pronto.

    Te quedo fantastico, que junto a la ilustración de Juanlu, hacen del relato un gran conjunto.

    Abrazos a los tres.

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  4. Cabopá: Tu relato ecologista es una llamada de atención-prevención. En vez de ser crítico con el destrozo medio ambiental lo que haces es ordenarnos que miremos a los árboles, que tan desapercibidos pasan en las ciudades, y recordemos los aromas y colores que contraponen al asfalto triste y cemento gris. Sí, es bueno recordar para prevenir que para "nostalgiar". Estamos a tiempo. No me importa que el olivo sea adorno, lo malo es que los arranquen para equilibrar el mercado del aceite. En fin, que consigues que estemos en esa ponencia de la joven.
    Como siempre, Luisa con su ventana abierta los lunes a la esperanza, y el Juanlu, que las interpreta rápidamente, ahí los tres personajes hablándonos desde el estrado.
    Tres abrazos repartidos.

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  5. Para atrapar las miradas y toda la atención… Muy bueno!!!! Muy bueno!!!! Gracias por compartir.

    Salvador Pliego

    http://salvadorpliego.wordpress.com/

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  6. Las miro y gracias a ti, Cabopá, las miro con cierto optimismo :-)
    A Juanlu, ¡qué voy a decirle que no se le haya repetido hasta la saciedad! Los árboles cobran vida en sus manos.
    Y a ti, Luisa. Felicitarte un lunes más por tan brillante iniciativa.

    Beso'tres'.

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  7. Felicidades una semana más, Luisa. Con Juanlu, interprete ya oficial, y esta semana con la mismísima Cabopá, defensora siempre desde su casa de todo nuestro entorno, hacéis un trio fantástico.
    Tres abrazos.

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  8. Un trío muy bien acompañado, no hay más que echar un vistazo a los comentarios.
    Gracias

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  9. Sé que me repito, lo sé, lo sé; pero no puedo evitarlo. ¡Cómo me gustan tus lunes, Luisa!

    Mi enhorabuena a Cabopá y al dibujante de micros, Don Juanlu.

    Hoy nos toca encarar el futuro desde otra óptica, desde otra actitud.

    Un abrazo,

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  10. Un micro lleno de luz Cabopá y un dibu estupendo para acompañar.
    Me encantan estos lunes ecologistas.

    Besos a los tres desde el aire

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  11. El llegar hasta aquí, ha tenido su premio, que ha sido el leerte.

    En cuanto un relato ecologista mio, sería copiandote la idea, hablar de las calles de Sevilla, cuando llega la Primavera.

    Toda Sevilla huele a Azahar, por los naranjos que hay en muchas calles de esta ciudad.

    Entonces, aquí solemos decir: YA HUELE A SEMANA SANTA. YA HUELER A FERIA.
    Y hablando de Feria, vendrás?

    Como digo en un comentario de tu blog: Por lo menos a la Feria de mi blog.

    Saludos, manolo

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  12. ¡Gracias, gracias a todos por vuestras buenas palabras!

    A la casa de Luisa por su acogida, siempre.

    Al dibujante de sueños por sus oportunos dibujos.

    BESICOS,BESICOS, BESICOS

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  13. Una buena mirada, Capobá para hacer que observemos nuestros alrededores y nos demos cuenta de la maravilla que nos acompaña. Me gustó.
    y ese dibujo que capta tan bien el texto.

    Besitos a los tres

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  14. Más que otra cosa, las palabras son un poema cuyas palabras se meten hasta mi boca y me hacen paladear frutas imaginarias, oler fragancias cítricas y ajazminadas por doquier, mirar la luz que me rodea con la perspectiva tus ojos.

    Sí, tampoco perdamos de vista lo que ahora, ahora tenemos. Muy buen texto; y una ilustración que tiene la alegría de la vida que proclama que Cabopá que vigilemos. Felicidades, Juanlu.

    La calle ya no será la misma después de esta lectura.

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