Sentía que el tiempo se le escapaba de las manos
mientras las manecillas daban vueltas sin cesar como animales enjaulados.
30 de septiembre de 2013
28 de septiembre de 2013
PFD y Ponfiel (71, 72, 73, 74, 75, 76 y 77)
Asesino
Pinté tu rostro de carmín,
porque nunca tuviste sangre en tus venas. Lo pude comprobar de primera mano.
El
pintor
- Antes de perfilar el
dibujo y darle matices has de imprimirle vida para que fluya la energía y tenga
vida propia.
- Sabes que no lo voy a
hacer. No estoy dispuesto a que otra de mis obras me destruya la vida.
Blanco
perfectamente camuflado
No hay dos sin tres, porque
son seis. A nivel matemático todo cuadra, pero en el lienzo los trazos se
superponen multiplicándose infinitamente hasta que la obra tiene el tono
adecuado y el pintor admite tanto en su razón como visualmente que la obra está
perfecta, sin que vean sus debilidades, porque sería ponerse en la diana.
Desnudo
Hay que desnudarse ante el
público cuando pintas. Pero lo tienes que hacer con gracia para que no surjan
las comparaciones.
Obsesión
Se obsesionó tanto en llegar
a la perfección absoluta que Dios lo quitó de en medio.
El
curso de una historia
Dios creó a su imagen y
semejanza al hombre y la mujer. Pero dejó un hilo por acabar de coser, el
último toque de pintura, la capa de barniz. Desde entonces sus cuadros se
destiñen cuando sus obras quieren volar más alto de lo que pueden. Y esas alas
de pájaro se truncan en absurdidades, en banalidades que los pierden. Para
comenzar, Adán cambió en el cuadro las nubes de lugar porque no le llegaban los
rayos de sol. Y Eva al ser alérgica a las flores dio dos pinceladas pintando
una serpiente. Y se inició el delito.
Monopolio
A partir de ahora cualquier
obra que quiera volar más alto tendrá que pasar una serie de pruebas para
cerciorar que tiene la calidad necesaria.
El dictamen fue elaborado
por el mismo que firmaba obras con distinto nombre. El resto de creaciones eran
rechazadas.
Textos: Ponfiel (blog: Cirujano de letras)
Fotografía: Jose Luis
Rafael
26 de septiembre de 2013
De mayor…
A él, como a todos los niños, le
gustaban los pasteles; pero, él prefería sobre todo a la panadera, su olor
calentito y suave del pan recién hecho. Había veces que ella se inclinaba para
saludarle y él no podía apartar los ojos de sus pechos grandes y redondos, en
los que estaba seguro que debía estarse muy bien.
Un día, alguien
le preguntó: “¿qué quieres ser de mayor?, ¿futbolista?”. Pero él con una
sonrisa glotona en la boca contra todo pronóstico contestó: “No, yo voy a ser
panadero”.
25 de septiembre de 2013
PFD y Ponfiel (66, 67, 68, 69 y 70)
Enfoque
Un mosaico se abre en
nuestra vida. Piezas de varios tamaños que debemos encajar. Hasta ahora no he
sabido encontrar las que me den una pista por donde comenzar. Y creo que por
ahora me tengo que seguir limitando a ver la vida de lado.
Viaje
interestelar
Y la nave salió disparada
hacía el cielo, sobrevolando la ciudad. Siglos después deambula por el universo
en busca de otra tierra donde seguir la misma trayectoria. La aniquilación.
Líneas equivocadas
Tengo tres flores para ti.
Se las compré ayer a una gitana que me leyó la mano. Abrí la palma y se fijó en
la línea de la vida. Me dijo que la tenía muy larga, que iba a cumplir muchos
años… y no se dio cuenta que tenía ochenta. Salí contento y feliz, porque la
crema que me compraste antiarrugas ha hecho efecto.
Nuevo
horizonte
No dejes correr tras la
negrura de la silueta tu color. El arco iris mañana vuelve a salir.
El
color de la piel
No hay forma posible por el
momento que entiendas que la tierra gira alrededor del sol y que la noche y el
día son factores irreversibles. Deja de
comparar a la vecina, y no te comas más la olla; es negra de nacimiento.
Textos: Ponfiel (blog: Cirujano de letras)
Fotografías: Jose Luis
Rafael
23 de septiembre de 2013
El despegue
autor: Eva García Martín |
Fue un verano extraño el del 2013, en Londres hizo un
calor fuera de lo normal y todos nos volvimos un poco locos, también los
insectos que desde tiempo inmemorial llenaban las salas del Museo de Historia
Natural.
Recuerdo que estábamos visitando la exposición de
mariposas vivas que todos los años había en el jardín del Museo y que, de
repente, una sombra se extendió sobre nuestras cabezas al tiempo que el aire se
llenaba de un murmullo ensordecedor, algo extraño, como de millones de ángeles.
Elevamos la vista y vimos cómo el Museo salía volando, dirigiéndose hacia el
sur, aparentemente liviano, llevado en volandas por miles y miles de insectos
resucitados y con ganas de volver a agitar sus alas, como antaño, como antes.
Hoy lo han dicho las noticias, el edificio ha sobrevolado
la península ibérica y muy
posiblemente se posará en Doñana siguiendo una ruta aún por determinar.
Mientras aquí, en Londres, en el vacío dejado por el vetusto edificio, sólo
pueden verse los esqueletos de aquellos dinosaurios que, quizás demasiado
pesados o acaso un tanto esquivos, decidieron no emprender el viaje, decidieron
no dejarse llevar.
(microrrelato escrito para
la propuesta de ENTC
del pasado mes de agosto, cuyo tema era: “insectos”)
22 de septiembre de 2013
PFD y Ponfiel (62, 63, 64 y 65)
Cambios de
tiempo
Hace dos décadas hubiese
sido impensable colocarse una armadura. Ahora nadie se la quita. El agravio
entre los hombres cada día es más acentuado. Hay quienes acaban desarmados.
Otros sin embargo siempre tienen el último modelo.
Lobeznos
A las tres y media te estaba
esperando en el bar de la esquina, el que frecuentábamos cuando éramos
adolescentes. Desde allí partíamos a dar una vuelta en moto por la ciudad, y a
veces me pedías ir a la colina para ver
el anochecer. Siempre te pedía que no fuera en luna llena, sin darte demasiadas
explicaciones. Y tú perpleja no sabías que decirme, no entendías el por qué de
mi insistencia. Hasta que no compré una armadura, no fui capaz de aclararte. Te
amaba, y no quería hacerte daño. Y tú me dijiste que no importaba, que por amor
se hacen locuras. Recuerdo el día que te la probaste, y andabas como un pato,
no sabías mantenerte en pie. Llegué a enamorarme más de ti, saboreé facetas
tuyas que antes no había ni pensado. Fuimos felices y comimos perdices, y
aunque quedaste sorprendida por mi transformación te volviste loca de amor.
Aullé hasta extasiarme. Con el tiempo tuvimos un lobito. Esa fue mi sorpresa.
Nunca sospeché de tu doble identidad, ¡qué bien la habías mantenido en
silencio!. Todos tenemos secretos que tarde o temprano acaban siendo
descubiertos.
La
huevera
De lo más de seiscientas
piezas que componen una armadura, solo conservo de ti la huevera, me va perfecta
para hacer los batidos.
Caída
Seguiste por aquella senda
marcada en el mapa en busca del santo grial. Y al llegar a la puerta de la
ermita solo encontraste piedras esparcidas por el suelo. Imploraste al cielo
que a ti no se te engañaba, y acabaste creando una religión que hoy en día
tiene miles de adeptos. Creyeron en ti porque tú mostraste valores de hierro
que se acabaron fundiendo. Pero todo imperio que se funda en mentiras cae de
nuevo al vacío.
Textos: Ponfiel (blog: Cirujano
de letras)
Fotografía: Jose Luis Rafael
21 de septiembre de 2013
PFD y Ponfiel (58, 59, 60 y 61)
Estatua
Las estatuas han acabado
siendo el último reducto para acabar con el hambre. Pero hay tanta que ya no
hay plazas ni esquinas libres. El hambre sigue su curso.
Funciones
Se como ella. Inmóvil,
decorativa, y funcional. No hay perro que se resista a dejar su huella, ni
hombre con capacidad de quedarse sentado a ver cómo le pasa la vida frente a
sus pies. Ni por dos monedas. La mayoría siempre dan la espalda.
Existencia
Estrafalario. Licántropo.
Adoquín. Maniático. Lunático. Mentiroso. Lujurioso. Ninguna de todas estas
palabras tiene una relación de significado entre sí. Lo único que las separa es
la falta de una frase que las englobe con sentido, y muchos ni siquiera saben
que existen. Se quedan como estatuas.
La
calle
De puta madre suena en su
boca. Que guay es, retumba en sus adentros. Gracias señor no me ralle, dice sin
pestañear. Colega esto es la monda, una frase de risa. Y el resto de vocabulario
se queda vacío en el diccionario. Y dicen que la ignorancia es una purga.
Textos: Ponfiel (blog: Cirujano de letras)
Fotografía: Jose Luis
Rafael
19 de septiembre de 2013
18 de septiembre de 2013
PFD y Hugo (36, 37, 38 y 39)
“Me dijeron que mi bien más preciado sería la LIbertad. Que me perseguirían los fotógrafos por mi exótica
BElleza. Que sería una presa fácil para mis depredadores, por mi LUminosidad.
Pero que lograría sobrevivir, a fuerza de LAboriosidad.
Y así me llamaron.”
Y así me llamaron.”
“Un cálido abrazo que esta vez no resultó muy
agradable... “
“Miro con envidia ese pie que le da al hombre la
posibilidad de trasladarse a donde quiera... Yo, por ahora, estoy atado a mi estático
destino. Pero tal vez, las manipulaciones que este hombre hace de la Naturaleza, el día menos pensado me provoquen una mutación que
me otorgue algo más de dinámica.”
“¿Y lo dicen después que logré descifrar cada una de
las palabras? ¿Quiere decir que el mensaje que leí, en realidad es todo lo
contrario? Me había hecho tantas ilusiones...”
Microrrelatos escritos por Hugo (blog: De musas y otros cuentos)
Fotografías hechas por Jose Luis Rafael
16 de septiembre de 2013
Diógenes
El funcionario entró en el despacho.
No era una habitación grande; más bien al contrario, era oscura y fría, con el
espacio justo para una mesa, un par de sillas y algunas estanterías. Sin
embargo al hombre se le humedecieron los ojos en cuanto se quedó solo tras
cerrar la puerta.
Hasta que había llegado ese
maravilloso momento, había tenido que compartir casi ocho trienios con
esos funcionarios de nuevo cuño que
tanto despreciaba y que ya empezaban a ser multitud en la Administración; hombres y mujeres que carecían de la sensibilidad
adecuada como para ver la belleza que hay en un buen archivo, en unas copias
compulsadas, en un acuse de recibo, en unas fotocopias o en el valor
incalculable de un simple original; hombres y mujeres que se llamaban a sí
mismos funcionarios pero que habían sustituido el delicado tacto de papel por
el ruido mecánico de unas teclas, por fríos correos electrónicos, por ficheros
adjuntos y versiones sin fin de inmensas bases de datos en las que cabía de
todo menos el siempre delicado aroma del polvo y la belleza colorista de
algunas pólizas.
Sin embargo, ahora, estando solo
entre aquellas paredes, aquel tiempo que había sido eterno parecía bien poca
cosa.
El funcionario comprendió que se le
ofrecía una oportunidad, quizás la última; supo cual era su misión, tuvo la
certeza de que él era el mejor para llevarla a cabo y decidió que, desde aquel
humilde lugar, trabajaría para que aquellos hombres y mujeres comprendieran el
valor que siempre tuvo, y que siempre tendría, una determinada forma de
trabajar; desde de allí, día a día, con un esfuerzo callado y constante, se
convertiría en un ejemplo a seguir, sería maestro, compañero y guía.
Muchos años después alguien abrió
aquella misma puerta desencadenando un pequeño alud de hojas. Descubrieron una
mano acartonada y, un poco más allá, un rostro momificado con una absurda
sonrisa.
14 de septiembre de 2013
PFD y Ponfiel (57)
Sireno
Me
quedé perpleja al verlo. Sabías que yo, pobre de mí, no iba a poder resistirme
a tus encantos, a esa parte sensual tan plácida que tanto me gusta, y quizás
acabase revolcada contigo en la fresca arena de la playa. Una playa inmensa
bañada por el sol, el agua cálida y mansa, dejando la huella en mi piel, en la
arena y sobre nuestros cuerpos deseosos, lívidos, para transformarnos en
etéreos. Me puse sensual, y tú respondiste. Cuando di el primer paso al ponerme
de pie, y acariciar la tuya, tan suave y electrizante, vi eso y me asusté. Y tú
me dijiste, no te preocupes no es eso que utilizáis los humanos para no dejar a
las mujeres embarazadas. Esto es una medusa, dijiste y yo te creí. Al darme la
vuelta te liaste con la musa de tu derecha y desapareciste bajo el mar.
Textos: Ponfiel (blog: Cirujano de letras)
Fotografía: Jose Luis
Rafael
13 de septiembre de 2013
PFD y Ponfiel (53, 54, 55 y 56)
Búsqueda infructuosa
Había
volado durante años en tu busca. Fui a las estepas, a las montañas rocosas, a
los andes, recorrí América de norte a sur. Después lo hice por Europa, Asia y
África, Oceanía y Australia. Tuve que hacer miles de peripecias para no perder
el aliento, y seguir con el mismo énfasis la búsqueda, una búsqueda incesante,
que acabó con mi vida justo a escasos metros del nido por un aerosol
insecticida. Para que veas que realmente sentía algo por ti. Esto fue lo que
quedó de mí.
Pesimismo
La
única forma de dejar pasar la existencia es dejar de agitar las alas.
Creación
No
hay revelación humana posible que sea capaz de distinguir a simple vista si soy
una avispa de verdad o no en esta quietud. Algunos transeúntes han estado a
punto de tocarme con la yema de sus dedos para comprobar in situ si soy real,
después de leer en el cartel que hay encima, que todo está en su mente. Desde
entonces algunos de mis visitantes se han convertido en celebridades, y me han
construido un palacete. Soy objeto de veneración y están pensando en crear
hombres que sean capaces de pinchar las veces que haga falta sin
remordimientos. Sería un gran logro y avance para la humanidad.
Alcohol
Después
de hablarle durante horas sobre mi vida, me di cuenta que me había posado en
una hoja. El alcohol me sienta mal.
Textos: Ponfiel (blog: Cirujano de letras)
Fotografía: Jose Luis
Rafael
12 de septiembre de 2013
PFD y Ponfiel (50, 51 y 52)
Los micros de Ponfiel (blog:
Cirujano de letras)
me llegan por oleadas y son además inéditos. Hasta que llegan aquí, claro.
Caracol
Simulé
ser un caracol, cada vez que salía de tu casa y a escondidas bajaba los
peldaños escondiendo en cada paso lo que habíamos hecho minutos atrás. Éramos
niños, proclives a desenlaces fortuitos, nunca hubo nada premeditado. Solo
cuando llovía sacaba de nuevos los cuernos, y me arrastraba con mi casita de
caracol, hasta volver a las andadas. Jugábamos a escondernos, a tirar por el
desagüe lo que no queríamos. Éramos inseparables. Lentos en nuestros actos.
Nunca supo nadie porque desaparecían los niños del bloque. Mi madre siempre
sufrió los embozos.
Resplandor
Y
la luz al final del túnel me enseñaba el camino. Pero había que subir
demasiadas escaleras. Con lo bien que se está con la calorcita. El cielo puede
esperar.
Análisis cromático
Encargué
a un pintor un cuadro hace unos años. De él
me atrajo su parsimonia a la hora de plasmar en cada trazo matices de mi
personalidad. Se sentaba frente a su cliente y absorbía cada rasgo de carácter,
haciéndote preguntas sobre tus preferencias. Era un lobo al acecho, con ganas
de desentrañar lo más profundo de cada
uno, de sacar esa parte escondida, donde habitan las cosas que no queremos
enseñar. A mí me dijo que tenía cosas interesantes, que me iba a quedar pasmado
al ver el cuadro, guiado por mi forma y personalidad. Nunca entendí el porqué
pintó una escalera de caracol y lo tituló solo en casa.
9 de septiembre de 2013
Misión cumplida
Había sido un
trabajo de siglos, lento y constante, pero al fin el hombre había logrado su
inconfesable objetivo: alquitraformar la Tierra.
8 de septiembre de 2013
PFD y Rosy (10, 11 y 12)
Sabemos que Rosy (blog: Desde mi pinar) cuando
entra en es, más que nada, para leer y dejar algún comentario; lo de escribir
un micro es un poco menos. Sin embargo…
“¡Pobres gentes, a los que les
quitan sus moradas!... "desahucio", creo que lo llaman. Menos mal que
nosotros no sabemos de deudas ni de préstamos. Y el dos piernas éste, ¿qué
mira? Por dios, ¡¡¡no querrá hacerse un revuelto con nuestra casa!!!”
“Miraba desconsolado ese descarado rayo de sol que se acercaba, ¡malditos niños que decidieron crearle justo el día en que aumentaban las temperaturas!”
"-Voy a dar una vuelta mami, a
lo mejor les veo.
Él había tenido suerte, a los demás se los llevaban
antes de nacer.
Él tampoco sabía que ese olor a tortilla que
frecuentemente salía de la casa, eran ellos.”
(fotografías hechas por Jose Luis Rafael)
7 de septiembre de 2013
PFD y Yashira (17 y 18)
“Puesto que la tierra desapareció
bajo sus capas de asfalto, tuvimos que evolucionar. Hoy nuestro fértil suelo
crece hacia arriba, cubrimos las paredes en lugar de los antaño preciosos
jardines que rodeaban las viviendas. La vida sigue. Quizás tengamos que acabar
siendo totalmente aéreas.”
“¡Por dios! Ese bárbaro humano, casi
pisa la casa. Si no miran por donde andan. De momento el jardín ya me lo ha
destrozado. Pero pienso vengarme, lo seguiré hasta su morada, va a saber lo que
un elfo enfadado puede llegar a molestar.”
5 de septiembre de 2013
PFD y Hugo (36)
Mirando la foto, simplemente con eso, a algunos les
asaltan miles de historias a la mente, historias como ésta que ahora nos cuenta
Hugo (blog: De musas y otros cuentos). ¿Quién habría imaginado
que bajo esas ramas…? Yo no, desde luego; me ha sorprendido.
“El sol, con toda su carga de vida,
se ha posado allí, tras las hojas, regalándome una vista maravillosa. La
sinfonía de verdes que se genera gracias a la luz es un espectáculo inefable.
Caído de espaldas en el pasto, trato de disfrutar estos breves instantes. El
dolor agudo en mi pecho me dice que tal vez sean los últimos.”
3 de septiembre de 2013
El living sin tiempo
Gracias
a un correo electrónico de Mónica
Brasca, acabo de enterarme de que Martín Gardella, en su programa de
radio: El living sin tiempo, leyó “Una
vieja amistad”, uno de mis micros.
Si pincháis en el título del
microrrelato podréis leerlo junto a los comentarios que dejaron en su momento
algunos compañeros bienintencionados y con criterio y quizás penséis, como
pensamos algunos, que el micro no está tan pulido como debiera, que resulta
algo confuso aunque, parece que sí, parece que tiene bastante fuerza.
Pues bien, Martín eligió leerlo,
algo que agradezco, que agradezco mucho, pero que también me llena de
preguntas: ¿por qué ese micro?, ¿bien leído, es posible minimizar en él algo
esa confusión?, ¿es esa posible confusión lo que le añade misterio y lecturas?
Creo que justo ahora es cuando hay que
escuchar el programa, lo encontrarás aquí
(en el minuto 34 poco más o menos); después, por favor, opina, dime que
piensas, escribe.
2 de septiembre de 2013
El reemplazo
El anciano, apenas terminé de
repetir en voz alta: “sí, quiero este trabajo” tal y como me pidió, musitó
algunas palabras sobre la luna llena y salió a toda prisa sin llegar a
despedirse. Supuse entonces que sería un trabajo solitario y tranquilo al ver
la cantidad de libros que había en la vivienda.
Ahora,
después de comprobar que todos los textos versan sobre el mismo tema, no puedo
evitar pensar que el hombre estaba obsesionado; si bien, también me han surgido
algunas dudas: si tanto le gustaban estas lecturas ¿por qué las dejo tras de
sí?, y por otro lado, ¿no se movía con mucha agilidad, es decir, era tan viejo
como parecía?
Cae
la noche y creo que pronto averiguaré la verdad. La luna llena domina el cielo,
lo ilumina. Veo cómo nacen unas sombras en ella.
Crecen.
Se acercan.