29 de diciembre de 2014

Bacanal

Durante algún tiempo estuvieron todas con todas, en una orgía inmensa; hasta que aquella mano empezó a toquetearlas, como no lo había hecho nadie, memorizando  sus huecos y sus curvas. Ellas se dejaron hacer, curiosas, hasta que fueron encajando suavemente las unas en las otras y, en una posición horizontal de lo más decente, dieron forma a una reproducción de Las Meninas de unas mil piezas.

22 de diciembre de 2014

Siendo coherente

En realidad esto del amor no tenía ninguna lógica, contigo nada lo tenía. Más cosas podías comprar, más minimalista querías ser. Más platos entre los que elegir, más dieta alegabas. Más frío, más minifalda. Más calor, botas y foulard sin dudarlo.
Fuese cuestión de modas o no, lo que he aprendido de ti es que siempre haces lo contrario.
Ahora, un poco más listo, te pregunto: ¿qué tendría que hacer para que me quisieras: irme con otra, pegarte, insultarte, mirar a otro lado? ¿Por qué no, sencillamente, me pones fácil esto del amor, algo que puede ser muy complicado?

18 de diciembre de 2014

La función

            Tras hacer callar al odiado despertador, se quedó un par de minutos más remoloneando en la cama, como de costumbre. Le pareció sentir entonces como un silencio expectante pero, incapaz de saber a qué se debía, apartó las mantas y se incorporó. Oyó entonces un murmullo ahogado al tiempo que sentía el peso de muchas miradas, pero no quiso darle importancia, nunca lograba despertarse del todo hasta que tomaba una ducha.
            Ya en el baño se despojó del pijama y llegó hasta él, ahora sí, una dolorosa mezcla de carcajadas y aplausos. De un salto se metió en la bañera y corrió la cortina. Atónito, aovillado, esperó a que el silencio volviese a ganar terreno; sin embargo, superando el ruido que hacía el agua, llegaron hasta él algunas frases y bromas en relación con su apariencia física.
            Más tarde, no más tranquilo pero sí intentando no encorvarse o dar pistas sobre el miedo que sentía, tuvo la oportunidad de revisar cada uno de los rincones de su casa acompañado de un susurro que repetía sin cesar: “pero ¿se puede saber qué busca?”. Desayunó un café solo, como siempre, al tiempo que una voz opinaba sin pudor: “no parece ser la mejor forma de empezar un nuevo día”. Escogió un traje, escuchó un “buena elección” y acabó saliendo de casa el ritmo de unos gritos que parecían como de animadoras.
            Cuando varias horas después volvía a entrar por la puerta, agotado y perplejo, incomprensiblemente rodeado de palmas y vítores, fue al dormitorio directamente y se metió en la cama. Esperó que se hiciera el silencio y dijo en voz alta, con la mayor autoridad y tranquilidad de la que fue capaz, “ha sido un inesperado placer, pero les agradecería que mañana no volviesen”. 

15 de diciembre de 2014

Un cuadro

Cogidos de la mano, con las sonrisas de oreja a oreja, frente a una casa, al lado de lo que parecían ser un coche y un árbol, el papá, la mamá, el hijo y el perro asistían impasibles al tristísimo espectáculo de todas las tardes, ése que esta vez acabaría salpicando el cielo azul, luminoso y dorado, que había sobre sus redondas cabezas, en el que podía verse una nube perfectamente blanca y algunos pájaros como acentos.
Al cabo de un rato de golpes, quejas y ayes se hizo el más absoluto de los silencios. Mientras las salpicaduras de sangre resbalaban y manchaban la casa blanca y el sol amarillo, el papá, la mamá y el hijo siguieron sonriendo. Sólo el perro había desaparecido. Y es que la mano infantil, ahora inerte y ensangrentada, lo había arañado en su frustrada huída, apresándolo con las uñas de sus pequeños dedos.

11 de diciembre de 2014

Imperturbables

Mirando desde el mar, las olas no podían comprender la quietud de la que hacía gala la costa; incluso, cuando arreciaba el viento y la lluvia caía con fuerza, aquellas piedras, las más grandes y las más pequeñas, las montañas y la arena, permanecían aparentemente quietas.
Y, mientras las olas curiosas escudriñaban la frontera con la tierra y la lamían intentando erosionarla sembrando un germen de dudas, no se daban cuenta de que ellas eran esclavas de un eterno vaivén, no se daban cuenta de que ellas eran desde siempre las mismas.

8 de diciembre de 2014

Desencuentro en la playa

El verano estaba lleno de contrastes: mi deseo ardiendo bajo la sombrilla, tu mirada helada sobre la toalla.

4 de diciembre de 2014

Arcoíris


Regordeta como pocas empezó a deslizarse inmediatamente hacia abajo y, mientras unas se le unían y otras indiferentes la dejaban pasar, una pregunta estaba en el aire: ¿lograría llegar al final o se consumiría antes?
El acompasado sonido de la lluvia era la mejor banda sonora para su avance, pero muy pronto pareció evidente que perdía masa demasiado rápido.
Sin embargo, ocurrieron dos cosas inesperadas: algunas gotas se le sumaron cuando el chaparrón arreció y un dedo infantil la señaló dándole un protagonismo y una importancia hasta ese momento inimaginables.
Así, cuando la gota llegó a la parte inferior de la ventana y desapareció, todo había cambiado: la pequeña gigante lucía una sonrisa, algo extraño, y es que acababa de decidir que iba a dejar de llorar por la pérdida de sus padres, que de las lágrimas se encargasen las nubes, las verdaderas profesionales.

1 de diciembre de 2014

Pesadillas

El reloj comenzó a sonar insistentemente a eso de las seis y media de la mañana. Como un autómata se levantó. Una ducha rápida, un afeitado para salir del paso, un peinado sin gracia y un café. Todas las mañanas desde hacía años repetía los mismos pasos mientras la radio difundía un soniquete de noticias muy parecido al del día anterior.
Media hora después salía del portal, con la noche aún en las calles, en dirección a la parada del autobús y a un despacho infame y sin ventanas. Dos montones de folios sobre la mesa, dos columnas de expedientes tramitados y por tramitar, que entraban y salían de aquel cuarto empujados por un bedel que no le saludaba y que con los años había adquirido, como el despacho, como los folios, como él mismo, un triste y enfermizo color gris.
Después se enfrascaba en su trabajo, intentaba no pensar en nada, hasta que llegaba la hora de comer ese rancho soso tras el que volvía al despacho, en el que se quedaba hasta que el reloj de pulsera empezaba a sonar para sacarle del sopor e indicarle que debía de volver a casa.
Lo paró, pero el reloj siguió sonando.
“Ha sido una pesadilla”, se dijo mientras lo apagaba, para después, como un autómata, levantarse, una ducha rápida, un afeitado para salir del paso, un peinado sin gracia.

27 de noviembre de 2014

Sopa de sobre

Nada me hizo sospechar que mi vida iba a ser diferente a la de las otras pero, aquí estoy, qué suerte, acabo de llegar al mar gracias a aquella mosca sedienta.

24 de noviembre de 2014

No pasa nada


La ciudad despertó, lentamente, con legañas en las ventanas. Sus habitantes tardaron un poco más en bajar de la cama y lo hicieron en la típica crisis de cerebro matutino. Todo parecía correctamente cotidiano y habría sido un día más, sin pena ni gloria, de no ser por ese llanto largo y alto, olvidado.
Los vecinos, aquellos que parecían vivir en el inmueble donde se producía aquel estridente ruido lleno de vida, aún incrédulos, fueron poco a poco encontrándose por los descansillos de la finca para acabar coincidiendo en el portal, en pijama o cubiertos precipitadamente con una bata, descuidados y nerviosos, dejando a la vista los aparatos que los mantenían con vida o habiendo olvidado en casa las mejoras informáticas que les permitían desprenderse de los achaques y de las arrugas; mientras los periodistas, ya apostados en la acera, intentaban averiguar qué iba a pasar con aquel llanto que hacía años que nadie oía.
Las viejas se santiguaron y rehicieron sus moños. El presidente quiso abrir la sesión y tomar la palabra. Algunos vecinos se lanzaron a hablar a un tiempo, y otros  permanecieron en silencio, un poco ajenos y otro poco superados. Las mujeres y los hombres en edad de procrear, una evidente minoría, se encogieron de hombros y pudieron demostrar que no habían infringido la ley. Los más jóvenes preguntaron curiosos qué era aquello, qué ocurría. Y un pequeño robot doméstico en un rincón contó y recontó el número de desayunos que tendría que preparar esa mañana.
Minutos más tarde, armados de palos, linternas e inmovilizadotes eléctricos,  cargados de las últimas versiones de todos los programas de defensa personal, liderados por aquel que iba a grabarlo todo y subirlo a la Red, los vecinos empezaron a moverse hacia el lugar de donde parecía venir el ruido. Subieron piso a piso, arrastraron los pies con una mezcla de miedo y cansancio, dibujaron con pereza cada curva de la escalera y empezaron a preocuparse por sus delicados oídos. El ruido crecía, persistía, dominaba el aire y destrozaba sus constantes vitales aun cuando, de tanto en tanto, parecía adormecerse.
Llegaron así hasta el último piso, donde vivían los vecinos que no querían serlo y que ellos no admitían que fueran, esos que andaban por los tejados como gatos y se los comían, hombres y mujeres primitivos y básicos, carentes de ordenadores y de portátiles, de mejoras y de versiones, seres incomprensibles que lloraban y reían, los únicos que aún se atrevían y lograban llenar de risas la ciudad civilizada y silenciosa.
El joven que llevaba la cámara, ansioso por la fama, anestesiado por ella, se decidió a empujar la última puerta, aquella que ninguno se atrevía a cruzar. Fue entonces cuando lo vieron, los vecinos y la cámara, las pantallas y las consolas: un niño, un bebé, un recién nacido en brazos de una mujer.
Ella los sonrió, cansada pero feliz, segura de tener a su lado a un hombre dispuesto a todo por defender a su familia (una palabra antigua). Él elevó la cabeza, la cámara recogió su mirada, registró su discurso, apenas cuatro palabras y ni una sola duda.
-Ha sido la cigüeña -afirmó.
Y los dos mundos, vecinos y ajenos, cada uno a su modo, se pusieron en marcha otra vez.

(microrrelato presentado al Certamen Literario El Secreter, era obligado casi todo el primer párrafo que veis hasta ese “de no ser por…”, en donde entro yo y desde donde me explayo)

20 de noviembre de 2014

Separación



El divorcio había sido civilizado; un trabajo fácil en el que, como abogado, poco o muy poco tenía que hacer: dar a firmar algunos papeles y tramitarlos sin demora. Sin embargo, en el último momento, me quedó mal sabor de boca. Cuando ellos ya se iban cada uno por un lado, fui testigo accidental de la dolorosa y quirúrgica separación de sus sombras.


(seleccionado en el IV concurso de microrrelatos ACEN)

18 de noviembre de 2014

Problemas estéticos en el blog

Como desgraciadamente quizás puedas ver, el fantástico aspecto del blog se ha fastidiado. No sé ni como lo arreglaré ni cuando, porque lo cierto es que no sé qué ha ocurrido.

17 de noviembre de 2014

Año Cuatro

Para celebrar el cuarto aniversario de este blog lancé algunos puñados de confeti, casi nada, poca cosa.

13 de noviembre de 2014

La Esfera Cultural



          Ya voy volviendo. Poco a poco retomo los temas pendientes y, antes de volver a iniciar la marcha, las buenas noticias, los agradecimientos y el cumpleaños de este blog que ya está próximo.
Con retraso, con mucho más retraso del que hubiese preferido, doy las gracias a La Esfera Cultural por mencionar y hablar de este lugar el pasado 17 de octubre, por ser hacer de este blog “el blog de los viernes”.


           Gracias. Como les dije en su momento, un honor y una suerte.

8 de octubre de 2014

Micronovela: “Una vida esdrújula”

El pasado 27 de agosto de 2013 en el blog Palabras, fotos, días publiqué un microrrelato titulado “Crónico” y ha sido a partir de él, de acento en acento, como ha surgido la micronovela “Una vida esdrújula”.
Permitidme ahora deciros como podéis leerla.
Pinchando en la imagen que tenéis debajo, accederéis a un texto, el microrrelato “Crónico” que os he mencionado antes; leedlo del tirón, sin entrar en los enlaces, y después empezad de nuevo, pinchando en todos y cada uno de ellos.

(Importante: los enlaces siempre parten de una sola palabra de modo que, “modélico católico” son dos enlaces distintos, dos capítulos de la historia, aun cuando a simple vista parezcan sólo uno.)   

http://unavidaesdrujula.neocities.org/Unavidaesdrujula.html

6 de octubre de 2014

Calabazas


 Me lo había repetido muchas veces. “Dependiendo del color que tengan los sueños, así se teñirán durante la noche las sábanas y se vivirán los días”.
El naranja, me confirmó aquella mañana, es estimulante, manifiesta audacia y deseos de aventura; y sólo por eso y por ser ella, la seguí. Sin embargo, aunque saltamos juntos por la ventana, a ella la vi elevarse hacia el amanecer mientras yo simplemente caía sobre un puesto de verdura.

(microrrelato escrito a partir de la imagen)

3 de octubre de 2014

El explorador

A machetazo limpio se abrió paso en ese bosque tan extraño. Consultó la brújula y dijo: “Creo que estoy avanzando por el Quijote, según el mapa debo de andar por el capítulo XVI, dentro de la tercera parte, hacia el quinto párrafo y en dirección sur”, elevó la vista, intentó abarcar la multitud de hojas que conformaban aquel aún extraño pero sugerente paisaje y añadió, “la biblioteca, no creo que nadie en la clase haya llegado tan lejos”.

1 de octubre de 2014

29 de septiembre de 2014

Verdes

Eran abuela, madre, hija y tía o, quizás cuatro amigas, no es importante.
Desde el interior de la casa veían pasar la vida, asistían a los paseos y a las carreras, a las zancadas y a los pequeños atascos, a los asaltos y a las cazas. Con el corazón en un puño esperaban y deseaban a un tiempo: internarse en la acción y permanecer al margen.
Sin embargo para ellas, las fichas verdes del parchís, como a nosotros nos pasa, la suerte no atiende a razones, oraciones o ruegos. El azar depende solo y exclusivamente de la cara por la que el dado caiga.
Más concretamente en su caso y como viene siendo costumbre, han de entrar en acción en cuanto sale un cinco. Mientras que nosotros, dueños de las manos que mueven sus dados, el comienzo de la partida se produce al nacimiento si bien en algunos casos el inicio de la vida puede llegar a retrasarse durante años.

26 de septiembre de 2014

Subirse al carro

Entró en casa, oyó ruidos en el dormitorio y empezó a pensar que sus sospechas eran ciertas. Ya en la puerta de la habitación, descubrió al marido de su mejor amiga, la misma que yacía en la cama desnuda e inerte junto al que era su marido también muerto y con un tiro en la cabeza. Se quedó mirándolo en silencio, admirando el cuidado con el que ya estaba limpiando huellas; intercambiaron una mirada de complicidad, repasaron juntos la escena, se despidieron, le dio las gracias junto a la puerta del ascensor y, hasta que no hubo salido del inmueble, ella no volvió a la casa para llamar, entre lágrimas y sollozos entrecortados, perfectamente histérica, a la policía.

24 de septiembre de 2014

22 de septiembre de 2014

Aislado

Le llevó algún tiempo comprender que aquellos barrotes que, en un principio tanto le hirieron, servían para alejarle del opresivo ambiente en el que había vivido al tiempo que dejaban el espacio necesario para que sus ideas, sus propias ideas, le liberasen.

19 de septiembre de 2014

Aprendiendo a dominar el fuego

Las noches eran aburridas, frías y largas; esa fue la razón principal por la que le aceptamos, para poder luchar contra el frío y alejar a los animales. Sin embargo su poder no era tanto como él creía, antes de que se diera cuenta algunos lo imitábamos con éxito a escondidas.
Poco después un hombre le hizo tropezar o una mujer lo empujó, poco importa, el caso es que cayó en el fuego que él mismo, haciendo aspavientos y dándose importancia, había encendido.
Así fue como aquel pesado se convirtió ante nuestros divertidos ojos en cena.

18 de septiembre de 2014

El discurso del ahorcado


-Construyen edificios cada vez más altos para estar cada día un poco más lejos  de nosotros -dijo el mendigo.
-¿Y por qué los suelen cubrir de cristal? -preguntó el más joven.
-Por muy distintas razones: para controlarnos, para tener vistas sobre la miseria que esquivan, para recordar que han de luchar por no caer al suelo, para ver un simulacro de cielo a través de grueso cristal ahumado y decir que hace buen día, mientras la temperatura de su aire la regula el ordenador central del edificio inteligente.
-¿Cómo sabes eso?
-¿Ves la soga que llevo al cuello?
-Sí.
-Pues antes era una corbata.

15 de septiembre de 2014

La pesadilla

Con cada acometida el mar revive el naufragio. Lo repasa. Lo repite.

12 de septiembre de 2014

El cebo

La noche está en silencio. La mujer avanza sola con pasos elásticos hacia su cita y registra su entorno: un hombre fuma en una escalera de incendios, una vecina saca la basura, un perro olisquea y orina en una farola, un borracho duerme plácidamente en el callejón, una pareja se funde en un beso. Ve lo de todas las noches, lo de siempre: gestos congelados, a la expectativa, miradas esquivas y silencios.
De pronto, por el fondo de la calle, se oye el motor de un coche sin luces, negro, que para precipitadamente junto a ella; alguien abre la puerta lateral, la quieren atrapar, la capturan, la hacen desaparecer mientras ella apenas logra emitir una protesta o un gemido.
Para cuando el vehículo arranque, el dispositivo ya se habrá puesto en marcha y los policías surgirán de las sombras que lamían el asfalto de las aceras, apagando sus cigarros, mirando sus relojes y calándose el sombrero.

10 de septiembre de 2014

La frontera del tiempo

En cuanto la vio se descubrió dispuesto a todo: a darle frío revoloteándole el cuello, a inyectarle veneno con un beso, a soplarle su aliento cálido y húmedo, a llenar su oído de susurros ensordecedores, a quemarse la punta de los dedos con su piel, a amasar futuros hasta hacerlos pan de cada día, a cerrar los ojos e imaginársela entre sus brazos mientras la abrazaba, a…
Fue un instante tan intenso como no había vivido antes, tras el cual recordó la realidad que le limitaba: creciendo a la velocidad de un día cada día, ella estaba a una distancia que no era menor a siete años en el futuro, sin contar con las restricciones que también imponía el espacio.

8 de septiembre de 2014

Orgasmo en las gradas

El balón tanteó la canasta en varias ocasiones, hasta penetrarla.

4 de septiembre de 2014

Adaptación evolutiva

Petra Acero


















El hotel con el que nos ganábamos la vida estaba junto a una de las carreteras que salían de la ciudad. Yo lo había heredado de mis padres y, con el paso de los años, habíamos visto como la metrópoli cada vez más cerca amenazaba con engullirnos. Así, habíamos dejado de ser una encantadora casa rural y quizás acabásemos por  convertirnos en uno de esos hoteles que hay en los polígonos industriales, llenos a partes iguales de altas voces y de gemidos.
Yo miraba con aprensión a mi mujer, que era de misa diaria, y me preguntaba qué sería de nosotros cuando trasformasen la iglesia en una discoteca y nuestro pequeño pueblo en un satélite con cuatro casas.
Qué tonto soy, ¿verdad? y qué olvidadizo.
En cuanto volvimos de despedirnos entre lágrimas del cura, un buen amigo, ella puso la radio a todo volumen, empezó a mover las caderas, a guiñarme un ojo y a servirse un lingotazo de whisky. Sentí otra vez un pellizco en el corazón y recordé el modo en que nos habíamos conocido, el momento exacto en que habíamos decidido vivir y sobrevivir juntos.

(microrrelato escrito para la convocatoria de ENTC del mes de julio: “…en aquel hotel de carretera…”)

1 de septiembre de 2014

Organizando la ayuda



             La campana viene sonando todos los días desde hace dos semanas. De modo que, cuando cae el sol, los vecinos nos reunimos para seguir con las deliberaciones y las decisiones tomadas por mayoría. Viéndonos cualquiera podría pensar que tenemos al pueblo, a las tierras y a los animales, desatendidos y sin directrices; pero lo cierto es que el verano pasa sobre nuestras casas tan sin noticias y sin problemas como ha pasado siempre. De momento hemos decidido mantener la educación y la compostura; comprendemos que al Hortensio, con la muerte de su mujer, la casa se le cae encima y el concejo viene a suplir su acuciante necesidad de consuelo, conversación, apoyo y ayuda.
            No obstante el viernes pasado, por la mañana, en una era que queda lejos de las que él transita, nos volvimos a reunir. Decidimos que, si pasado el verano, no acababa por sentirse menos solo y más dueño de su casa y de su vida, no haríamos chistes ni veríamos con malos ojos que la buena de Delia, que se ofreció voluntaria, tomase la iniciativa y se hiciera cargo de él de la mejor forma que pueda.

(microrrelato finalista en el III Concurso de Leonardo Barriada, publicado en la web de la Asociación Félix de Martino, en donde encontrarás los textos ganadores)

29 de agosto de 2014

Brevedades para EtnoSur 2014 (II)

No soy frontera, ni horizonte, ni vaso; lanza tu mirada sobre mi borde y verás un mundo listo para vivir al otro lado.

(brevedad que no fue seleccionada, por lo que los asistentes al festival Etnosur de este año no pudieron leerla en los vasos)

28 de agosto de 2014

Brevedades para EtnoSur 2014 (I)

Sé que me diste la espalda, pero encontré en ella un lugar donde dejarte mensajes. Escribo con el dedo, borro con la mano.

(si hubiese ganado, esta frase se habría serigrafiado en los vasos que se utilizaron en el festival Etnosur de este año)

25 de agosto de 2014

Cuentos para el andén, número 29

Esta es la historia: yo lleno y tú vacías.
Postdata: no me refiero a la nevera, no te equivoques.

(brevedad publicada en la revista y escrita como respuesta a la convocatoria: “La puerta de la nevera”: escribir lo que sería una nota con menos de 20 palabras siendo una de ellas, en este caso, “historia”)

21 de agosto de 2014

En ciernes

-No tardará mucho en llegar, en cuanto acaben las clases.
Cinco minutos después los niños se acercaban a nuestro comedor y lo vi, comprendí por qué me habían dicho que era imposible no verlo.
Delgado y con los ojos brillantes, apartándose de sus compañeros o siendo apartado, el pequeño apareció rodeado de una nube de seres como yo no había visto jamás. Fantasmas, hombres del saco, animales de grandes fauces y entes extraños que su imaginación no dejaba de crear, cuyo número se había disparado desde que nuestra ONG había llegado y que habían empezado a aislarle de los que hasta entonces habían sido sus compañeros de juegos.
Impresionante e inmanejable, una verdadera amenaza.
Hasta que le expliqué algunas cosas que había aprendido en un taller literario, trucos con los que atar a todos aquellos seres a un papel y poder llevar una vida más o menos normal.

28 de julio de 2014

Vacaciones y ausencias

Lo poco que publique este verano, mientras estoy de vacaciones, será en Twitter: @LuisaHurtadoG.
¡Hasta la vuelta!

24 de julio de 2014

Un matrimonio bien avenido

           A Maruja le gustaba ver como su marido, su Pepe, se transformaba ante sus ojos en director de banco. Todas las mañanas se levantaba solícita para prepararle el desayuno y después, con una excusa u otra, se las arreglaba para asistir al espectáculo, a la construcción de ese personaje que al final salía por la puerta de casa.
            Pepe, ajeno a todo, ligeramente obeso y ligeramente calvo, trastabillaba desde la cama hasta el baño, tropezaba con las paredes del pasillo y, más dormido que despierto, llegaba milagrosamente hasta el baño buscando una ducha rápida. Después, solía tomar un par de cafés y una tostada con mermelada, sin prisa pero sin pausa, justo antes del absolutamente imprescindible afeitado.
            Más tarde solían coincidir en el dormitorio. Él para vestirse con el traje que su puesto de trabajo requería y ella, haciendo como que hacía cualquier cosa, para mirarle embelesada.
          Era entonces cuando Pepe, eligiendo una camisa o una corbata, poniéndose unos pantalones o ajustándose el cinturón, empezaba a crecer y perder kilos. De modo que, cuando él finalmente se ponía la chaqueta del traje, su esposa apenas lograba contener los suspiros, volvía a ser la muchacha que se había enamorado una noche de verbena y lo despedía con un beso malintencionado.
            De modo que, cuando el Sr. Larrea alcanzaba la calle con paso decidido cargando un maletín de buena piel, se sentía dispuesto a todo y capaz de lograrlo: un aumento de sueldo, un puesto mejor, una secretaria, una amante bien plantada; sabiendo como sabía que, cuando tras la jornada de trabajo volviese a casa, su Maruja acicalada y perfumada, ilusionada como la muchacha que fue, se arrojaría entre risas y arrumacos a sus rechonchos brazos.  

21 de julio de 2014

El umbral

          Cuando me acerco puedo oír ruidos detrás de la puerta cerrada, sé que son como siempre el tiempo y el espacio jugando. De modo que, para no encontrarme ante una realidad que no es mía y descubrirme perdida y desorientada, como bien sabe mi psiquiatra que ya me ha ocurrido demasiadas veces, hago como que quiero entrar y tengo algún problema tonto e inclasificable, como si la puerta se trabase y no pudiera franquearla.
            El truco no suele fallar. Cuando la abro, estoy de nuevo en casa.

17 de julio de 2014

Enfermedad neurodegenerativa de nueve letras


Durante los primeros años de vida apenas fui consciente de su presencia y de su sonrisa, pero supongo que siempre supe que estaba ahí, que podía recurrir a él si tenía algún problema. Sé ahora que me vigilaba de reojo mientras iba rellenando con letra pulcra, poco a poco, los libros de pasatiempos con los que siempre se entretuvo.
Cumplí años, soplé velas y pasamos las tardes juntos, cada uno en sus juegos y en sus tareas.
Hoy, recién cumplidos los diez, sintiéndome mayor y fuerte, me paro junto a él y lo miro. Su sonrisa sigue ahí, pero no tiene gracia alguna. Sus ojos están fijos en un punto más allá de mi espalda pero no me ve. Estamos en la misma habitación de siempre pero está perdido, y yo no logro encontrar a mi abuelo en él aunque lo sea.
Bajo la cabeza. El cuaderno de pasatiempos está en sus manos, abierto por la página 36 con ese laberinto gigante que no creo que vaya a terminar nunca. Es entonces cuando decido dejar de jugar, que lo haré yo y que lo traeré de vuelta.
autor: Miguel Jiménez



(microrrelato escrito para la convocatoria de ENTC del mes de junio: “…en el laberinto…”)

14 de julio de 2014

Pájaros en la cabeza

Dio un paso y vio con desesperación a las historias huir como palomas, dejándolo niño y solo en mitad de la hoja. Metió una mano en un cajón, sacó unas palabras, unas migajas apenas, algo que había sido una frase y extendió la mano. Esperó durante horas, las historias no picaron y volvió a pasar una tarde estéril sentado en el despacho como venía ocurriendo desde hacía días.

10 de julio de 2014

El desempate

Ella dice que ya no la quiero, que prefiero ir a beber.
Yo le digo que bebo porque dejó de quererme.
Afortunadamente le tenemos a él, al camarero, él sabe qué fue primero si la aventura que tiene con mi mujer o que yo bebiese.

7 de julio de 2014

En retroceso

La casa se desplomará. Sobre ella, en el aire, flotarán nuestras amargas discusiones. La bombona de gas estallará, estoy seguro, y terminará todo.
Abrimos su puerta por primera vez, lo recuerdo. Recorremos felices sus pasillos. La llenamos a partes iguales de muebles y de sueños. Nos queremos.
Temí que mi hermano te conquistase, que acabases siendo suya. Sentí el latido de los celos y el deseo abrasador de poseerte. Luché por ti con el único deseo de apartarte de la mirada de todos, de anudar un par de botones en tu escote indecente, de alargarte la falda, de que bajases los ojos, de que empezases a ser invisible para ellos, de que los huyeses, de que callases y me escuchases, obedeciendo punto por punto todos mis deseos.

30 de junio de 2014

Witzum


Witzum, una aplicación para leer y publicar microrrelatos, empieza a rodar.
Se dispone así de una nueva forma de navegar por historias breves, donde los lectores pueden descubrir de forma continua microrrelatos y autores que quizás no hayan leído antes.
Si bien el proyecto todavía se encuentra en etapa de desarrollo y no están a punto todas las funciones de las que se quiere dotar a este nuevo espacio, el lector de microrrelatos ya está disponible y abierto al público. Yo misma, como lectora, confieso que es difícil dejar de leer una vez se ha empezado.
Y como autora, agradecer la oportunidad y prometer intentar enriquecer ese espacio con historias de todo tipo de estilos, géneros y tamaños.
Witzum es una buena noticia para el microrrelato. Regístrate y empieza a disfrutarlo. Te estamos esperando.

27 de junio de 2014

Terrestre

Un día se descubrió en este extraño mundo vistiendo un increíble traje espacial y moviéndose a una velocidad más o menos constante de 365 días por año.
A medida que el tiempo fue pasando, la finísima escafandra de piel se adaptó a su tamaño y forma variables, asumiendo un número indeterminado de pequeños cambios que lo habían mantenido con vida. Sin embargo, hace algunos años, justo cuando empezó a pensar que la velocidad era demasiado rápida como para disfrutar del viaje como éste se merecía, el traje había empezado a dar muestras de deterioro.
Hoy, casi una vida terrestre después, cuando cada día siente más cerca el final, se pregunta: “¿He aprovechado bien el tiempo, estoy seguro de haber vivido con la intensidad que se merece una experiencia como es ésta, fascinante y única?”.

25 de junio de 2014

Contagio

Creo que he contraído la enfermedad. Desde hace unos días, la carne fresca de mi novia tiene un olor especialmente agradable y apetitoso; pero no le voy a decir nada, será una sorpresa.

23 de junio de 2014

20 de junio de 2014

Fantasmas del pasado

            Nos apuntamos a aquella terapia de grupo por él, sólo por él, para que hiciese amigos y saliese de la tumba; pero ahora que está fuera, que hemos empezado a hablar de lo que pasó, ha empezado a dolernos.
            Mi marido dice que esto acabará por hacernos bien aunque ahora no lo parezca, pero yo sigo pensando que hubiese sido mejor permanecer en silencio y hacer como que no hubiese existido nunca, que volveremos a pagar con lágrimas el pretender ser buenos padres de un chico con un desarrollado gusto por el sadismo y la violencia.
            Y sé que estoy en lo cierto porque, ayer mismo, por la noche, creí ver en los ojos de sus nuevos compañeros el mismo miedo que yo tenía en los míos.

18 de junio de 2014

Preparados para todo

Durante años le vimos reducir sus necesidades básicas. Cierto día nos anunció que empezaría a economizar las palabras. Más tarde llegó la crisis, desde entonces nos reparte consejos y cuentos a partes iguales.
Nosotros decimos que nos alimenta el alma.

(microrrelato envuelto para regalo con motivo del cuarto cumpleaños de la Internacional Microcuentista)

16 de junio de 2014

Un muerto muy fresco

Cuando nos conocimos nos dimos la mano pero te negué los besos, porque tu cara estaba sencillamente repugnante y porque, aunque ya no me sirviese de mucho, quería mantener dentro de la cabeza mi cerebro, como había estado siempre. Recuerdo que te hizo gracia mi rechazo; me dijiste que era un cobarde pero ahora, que tengo un poco más de experiencia, pienso que tú tampoco te reíste tanto como hubieses querido, que tenías miedo de que la mandíbula se te cayese.
Ha pasado algún tiempo desde entonces, te he pedido con insistencia que me devuelvas mi mano, pero estoy empezando a asumir que no lo harás; y es que, en comparación con la que tú me entregaste, la mía tenía todos los dedos y aún se movía aceptablemente bien, casi como si yo aún viviese.

13 de junio de 2014

Juguetes

Sé que están enfadadas. En cuanto entro en la habitación se hace el silencio y permanecen rígidas mirando al infinito. No quieren entender que he crecido, que ya no tengo edad para estar con muñecas y que es hora de jugar a los médicos con algunos chicos.

11 de junio de 2014

Ruptura

Llevaba días intentando ponerse en contacto con ella, pero todas sus llamadas acababan estrellándose contra el anticuado y estéril fondo de alquiler que había contratado para cuando la gente la llamaba y no quería dejarse ver.
Poco después empezó a rastrear la red. En un principio, con discreción, casi de puntillas; pero con el paso del tiempo, al no encontrar su huella, con verdadera premura y temiéndose lo peor.
Fue entonces cuando recurrió a las replicas de seguridad que la nube hacía de sí misma. Recuperó las charlas, volvió a oírlas, y comprendió que ella le había avisado a su manera, y que él, como de costumbre, adicto al programa que eliminaba las malas noticias en cuanto el cerebro las etiquetaba y asumía, había cambiado de tema. Comprendió demasiado tarde que ella quería desaparecer, que iban a reprogramarle los sistemas de recuerdos y a ser otra, que quería empezar de nuevo y desaparecer, que quería que él fuese definitivamente eliminado de su vida.



(microrrelato seleccionado en el I Concurso de Ciencia Ficción convocado por Letras con Arte)

9 de junio de 2014

Tóxico


Mucho me temo que vienen a rescatarme otra vez. Primero fue salvarme de los golpes de mi padre que empezaron a cambiarme por dentro, después sacarme de la secta donde supe que mi mente ya para siempre necesitaría órdenes y hoy, ahora, que me siento persona porque sus ojos se han posado en mí después de decirme cien veces qué he de hacer y cómo, hoy que me he decidido a insultarle, a gritarle y atarle como él hizo conmigo antes, hoy que me ha sonreído, llegan ellos sin que nadie les haya pedido nada. 

6 de junio de 2014

Cara a cara

A un lado del cristal el hombre, malencarado y taciturno, miró con desprecio a la que vieja que aún pretendía ser llamada madre, pero que sólo era la infeliz que no había tenido los huevos de plantarle cara al cabrón con el que se acostaba y que él había matado, no hacía tanto, para hacer la justicia que se merecía el niño dulce y sonriente que había sido y que era, maldita sea, lo único bueno en su asquerosa vida.
Por su parte, al otro lado de la superficie transparente y dura, la mujer, cansada y llorosa, miró al hombre en que se había convertido su hijo, un infeliz demasiado parecido a aquel hombre que les había arruinado la vida, el cabrón que había muerto a manos del niño dulce y sonriente que aún ella veía, el mismo que se había mordido las lágrimas, maldita sea, para hacer lo que había hecho, quizás lo único realmente bueno en su asquerosa vida.

4 de junio de 2014

Autobiografía

Llegar a ser un barrio no es cosa fácil, hacen falta voluntad y años, muchos años.
El día que salimos de la aldea, muertos de hambre, buscando los restos de las alquerías de las que nos habían hablado, pensando ya en convertir en ermita cristiana el cochambroso edificio pagano que nos miraba, éramos aún agricultores aunque  estábamos dejando el campo. Poco más adelante, tras la primera curva, nos vimos convertidos en canteros y caleros, oficios que nos llenaron el bolso de billetes mientras alimentaban la ciudad que no dejaba de crecer a nuestro lado, ciudad que secretamente envidiaba nuestra iglesia, nuestro hospital y nuestro pan, ése que llegaba a sus mesas aunque el río sin puente siguiese separándonos. Más tarde, un par de siglos más tarde, cuando el paso se construyó y la monstruosa urbe empezó a tragarnos, llegaron las  flaquezas y las debilidades, los malos hábitos, los años tristes que no podemos olvidar ni olvidamos; hasta que empezamos a mirarnos los unos a los otros, encontrando en el extranjero un vecino, en el obrero un hermano, cogiendo la historia por los cuernos para ponerla de nuestro lado y empezar a ser lo que fuimos siempre: barrio.

(microrrelato que presenté al I Certamen de Microcuentos Vallecas Calle del Libro y que viene a ser un resumen de la historia de ese barrio madrileño)

2 de junio de 2014

La tormenta perfecta

Oímos los primeros truenos al poco de empezar a cenar, con la sopa. Isa y yo nos miramos con miedo pero no dijimos nada, como siempre nos ha dicho mamá que hagamos.
Después, cuando terminamos de comer la naranja, recogimos la mesa muy deprisa, en silencio, intentado no llamar la atención, para acabar escondiéndonos debajo de la cama, temblando y oyendo como la tormenta crecía.
Isa empezó a llorar muy bajito y yo la abracé mientras intentaba escuchar. Mamá dice siempre que las tormentas empiezan como acaban y que sólo hay que tener paciencia.
Sin embargo ésta fue una tormenta muy rara, diferente a todas. Oímos los gritos de mamá, los insultos de papá y un silencio muy largo. Puede que papá llorase un poco, no estoy segura. Solo sé que salió de casa corriendo y que mamá, cosa extraña, aún no ha venido para consolarnos y abrazarnos como ha hecho siempre.

30 de mayo de 2014

28 de mayo de 2014

Brevedades para camisetas (2)

A falta de besos con que cubrirme, cogí esta camiseta.
Siempre puedes quitármela.

26 de mayo de 2014

23 de mayo de 2014

Crónica de la IV Microquedada Microrelatista









          Evidentemente cada uno tenemos nuestra propia crónica de la Microquedada pero hay una, la oficial, de lo que me hago eco ahora: la que ha aparecido en la Internacional Microcuentista.

22 de mayo de 2014

Huida a la desesperada

microrrelato tuneado de Gloria Arcos Lado
Saldrían esa noche desde lo más profundo de la mina donde estaban retenidos, para intentar llegar hasta el pueblo más cercano.
Debían huir durante el cambio de guardia. Tal vez así lograran escapar de sus secuestradores, sobre todo ahora que sabían que su destino era acabar sepuntados a 750 metros bajo tierra.
            Sus raptores sabían que esa era la única manera de evitar que saliera a la luz lo que de verdad estaban haciendo aquellos militares… preparar a los campesinos para que provocaran nuevos incidentes con el país vecino, y con ello una guerra.
Así conseguiría el gobierno quedarse con la propiedad de aquellas minas de valor incalculable, con la excusa de que estaban protegiendo la propiedad de todos.

21 de mayo de 2014

Una grulla



            Jamás fui amante de las artes plásticas, siempre preferí la literatura. Tampoco el deporte o la gimnasia formaban parte de mis aficiones, si bien nunca dejé de poder tocarme las puntas de los pies sin problemas. Por eso, creo que comprenderán, que el día que la pequeña posó sus ojos en mí no fue el mejor de mi vida; desde entonces y hasta ahora, he sido víctima de las más extrañas manipulaciones y maniobras, he tenido que asumir que nunca sería escrito y que nadie me leería; pero hoy, que me miro en el espejo y no logro ver en mí el simple papel blanco que era, que parecen haber terminado las siempre dolorosas y extenuantes sesiones de papiroflexia, he de admitir que la grulla en que me ha convertido es absolutamente delicada y hermosa.

(micro tuneado que llevé a IV Microquedada de Microrrelatistas, acompañado por una grulla no tan bonita como la de la foto pero sí un poco más mía, que acabó en manos de Carlos Quilez)

19 de mayo de 2014

En otra piel

Se despertó en mitad de la noche e inmediatamente algunos negros pensamientos empezaron a acosarle. Antes de que se diera cuenta estaba pensando en que odiaba su trabajo y no soportaba a su mujer, en que nunca tendría que haber comprado esta casa o en que ya se estaba haciendo viejo.
La oscuridad se tornó opresiva, empezó a sudar profusamente y con un impulso desesperado llegó al cuarto de baño que había junto a la habitación. Se lavó la cara y, al mirarse en el espejo, vio el rostro de su vecino del cuarto.
Vaya, pensó, una vez más me he vuelto a despertar equivocado.
Volvió a la cama para dormirse de nuevo, el único modo que conocía para regresar cuando antes al organismo correcto, pero tenía miedo, mucho miedo: con el tiempo había comprobado que cada vez tardaba más en salir del otro lado.

15 de mayo de 2014

Brotes verdes


“La pasada Semana Santa RENFE registró los cuatro días con más viajeros de la historia del AVE y de la Larga Distancia.”
“España se financia más y mejor.”
“El país recibió en el primer trimestre 10,1 millones de turistas, más que en el mismo periodo del año anterior.”
“Se han constituido en lo que va de año 27 441 sociedades mercantiles nuevas.”
En cuanto a los Gómez, vecinos de Barbate sin televisor, dinero o trabajo y a todos los efectos ajenos a todo, dejaron por un día el menú de patatas y lo sustituyeron por un plato de brotes verdes que llamaron pomposamente verdura.

12 de mayo de 2014

Verde

Ninguna de las cabezas que pasaban bajo él lo miraban más allá de un segundo.
El sentimiento de poder que había sentido los primeros días hacía tiempo que le había abandonado y además había descubierto, con desagrado y decepción, que carecía de intimidad, que el lugar en el que trabajaba y vivía era pequeño y estéril y que en él debería hacer frente completamente solo a las inclemencias del tiempo. Incluso, cuando quiso conocer a su compañero, aquél con que se turnaba, éste lo ignoró.
Era una mezcla difícil de asumir, una sensación única de saberse a la vez importante e ignorado, una necesidad apremiante de huir y de quedarse congelado en mitad de un paso. Su vecino, su esquivo compañero de trabajo, parecía en cambio ser opuesto a él, capaz de permanecer en cualquier circunstancia quieto, vigilante, tranquilo y equilibrado. 
Se ponía verde de envidia sólo de pensarlo. Una y otra vez.
Un día descubrió a un niño y a su madre al otro lado de la calle, observándole, señalándole con el dedo, hablando de su trabajo, de su significado; pero al día siguiente el mismo pequeño, en cuanto lo vio iluminando el semáforo, bajó los ojos y, como todos, se fue.

9 de mayo de 2014

La promesa

Llueve mansamente y sin parar, llueve sin ganas pero con una infinita paciencia, como toda la vida, como es mejor para el campo añadiría él, elevando la voz para hacer ver a todos los presentes su constante preocupación por el bienestar de la familia.
Llueve mansamente y sin parar, llueve sin ganas pero con una infinita paciencia, como toda la vida desde que vivo con él; aunque luzca el sol y la cosecha sea buena, llueven dentro y fuera golpes e insultos de forma constante e injusta, mientras me pide que baje la voz y agache la cabeza.
Llueve, cariño, pero tú no te preocupes, yo haré que para ti salga el sol. Le diré que has nacido muerto y te sacaré desde esta casa a escondidas, antes de que arrecie la tormenta, quizás la última.
Y lloverá, mi niño, también para ti lloverá, pero yo lograré que sea de otra manera. Te prometo que voy a ser paraguas, foso y barrera, que nada podrán conmigo ni los golpes ni las lágrimas ni la vida. 

(microrrelato presentado al Concurso convocado por la Fundación Camilo José Cela)

7 de mayo de 2014

Adivina

Atisbó desde el fondo del pasillo el salón en el que ella cosía como todas las tardes. Parecía un buen momento para hablarle y convencerla pero, aún así, repasó su arsenal de palabras y argumentos, repitió del tirón el pequeño discurso que había preparado y se pudo recto, todo lo largo que era.
Cuando sus pasos rozaron la alfombra, ella elevó la cabeza y le sonrió; quizás porque viéndolo ya sabía de la batalla que se libraba en su interior. Esperó, pero él no abrió la boca y sobre sus cabezas empezó a crecer una burbuja llena de muchas cosas: esperanzas, miedos, deseos y cautelas.
Justo cuando él sintió que se estaba quedando completamente vacío, ella dijo como si tal cosa:
-Hoy ya no has tenido fiebre, ¿por qué no sales al parque a jugar con tus amigos? Cuando vean lo que has crecido, alucinarán.

5 de mayo de 2014

Consunción

            Apoyado en una de las paredes blancas de la habitación vacía, hay un hombre sentado, con un rostro inexpresivo y serio, triste. Mira al infinito que hay frente a sí,  mientras respira con calma y se concentra en apartar el dolor de su mente. Pestañea.
            Pasan las horas, la posición comienza a ser incómoda y siente un extraño placer al desentumecer los músculos. Cada vez aguanta más tiempo quieto; sin embargo el amor y el odio, ajenos a todo, siguen estando ahí, inalterados, perennes.
            Y mientras el cuerpo vuelve a inmovilizarse, más pequeño; la tormenta interna arrecia, continúa y le vence. Le gustaría sentir una lágrima en la mejilla, pero descubre un día más que no puede.

2 de mayo de 2014

Invictos

Eligieron el lugar más alto de la comarca. Construyeron en él un castillo con una torre del homenaje y un patio de armas. Al edificio lo rodearon de una muralla. Alrededor cavaron un foso y lo llenaron de agua. Levantaron el puente levadizo, bajaron el rastrillo y se sintieron a salvo.
Después los soldados, un turno tras otro, comenzaron a vigilar desde las almenas todos los movimientos que se producían en el valle. Fue así como vieron, de primera mano, a las tropas enemigas acercándose desde un lado del horizonte para después alejarse por el lado contrarío, no sin antes alcanzar la posición de la fortificación y pasarla de largo.

Imagen de la que nació el microrrelato


(microrrelato enviado al portal literario Mundo Palabras y que forma partedel "Libro Mp de microrrelatos del trimestre octubre-diciembre del 2013”)

 


30 de abril de 2014

Sangre en las venas

El hombre, que había sido de acero y tenía ya el pelo del color de la plata, sonrió al sentirse maleable y dúctil bajo el peso de la mirada de la muchacha, tan azul.

28 de abril de 2014

Terrorismo inspirador

Me sobresalté al oír un golpe y algo así como un siseo en el salón. Tras unos instantes de indecisión, con un cuchillo en la mano y más miedo que vergüenza, me dirigí hacia la habitación contigua intentado no hacer ruido. Encontré, como me venía ocurriendo desde hacía algunos días, un libro a un metro de distancia de la librería en la que debía estar, abierto, con las páginas en blanco y muerto, sin lugar a dudas; pero esta vez, mirando con atención, creí ver a algunos personajes huir hacía los rodapiés acarreando párrafos enteros de texto.
No puedo confirmar quien está detrás de estos incidentes, no tengo pruebas, pero algo me dice que las responsables son mis musas, a las que he amenazado por no ser ni diosas ni inspiradoras, por estar desde hace meses mudas.

25 de abril de 2014

El fin

Eones después volvió la vista hacia su creación y se disgustó profundamente. Decidió entonces invertir el proceso: terminó con todos los animales existentes en la faz de la tierra, incluido el hombre, el más culpable y dañino de todos; después, sin pausa, siguió con los peces y las aves; a continuación acabó con las plantas, el Sol y la Luna; destruyó la diferencia entre el cielo y el mar, mezcló la luz y las tinieblas.
Tardó apenas seis segundos, tras los cuales volvió a descansar haciéndose el  propósito de no volver a crear nada nunca.