2 de septiembre de 2016

Superextragrande


Fue difícil, no te voy a decir que no; como quizás sepas, murieron algunos de los nuestros durante la cacería. Pero nadie nos engañó, todos sabíamos qué nos estábamos jugando y qué poníamos en juego por volver a casa y llenar la cazuela a la familia. ¡Y lo logramos! Ahora sólo hemos de esperar a que el calamar esté hecho. Tenemos unas ollas rápidas muy buenas pero la espera, con la que no contábamos, de días, nos está poniendo peligrosamente a prueba. 


(microrrelato escrito, hace ya tiempo, para Esta noche te cuento, cuando el tema era “el océano”)

5 comentarios:

  1. Como el hambre apriete y el calamar no se haga a tiempo puede haber variaciones en el menú, carne por pescado.
    Un abrazo, Luisa

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  2. En nuestro país tenemos una experiencia fuerte en eso de terminar comiendo a "alguno de los nuestros que murieron"...Sólo que no tenían ningún calamar gigante en la olla.

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  3. Me encantó el relato, saco de él que lo importante es el día a día y trabajar duro para aprovechar cada momentos con los nuestros. Enhorabuena

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