A él siempre le había gustado el alpinismo y aquella
montaña era un reto personal, la cima que no había conseguido coronar nunca. El
domingo salió para intentarlo de nuevo y ella se quedó esperándole en casa,
hasta que él volviese y le contase con todo lujo de detalles su hazaña.
A media mañana sonó el teléfono. La llamaban desde el
hospital donde él acababa de ser ingresado. Tras un silencio, ella sólo
preguntó: “¿bajaban o subían?”.
El dilema es importante.
ResponderEliminarSaludos.
Cada uno tiene sus prioridades.
ResponderEliminarUn abrazo, Luisa