—¿Dónde está el escritor? Lo necesitamos urgentemente.
Yo nunca hablaría de mí en esos términos pero, en la
novela en la que vivo, todos saben que mi personaje ha ido a un taller
literario; de modo que, antes de que pudiera darme cuenta, ya salíamos
corriendo en dirección a las primeras páginas.
No tuvimos que ir muy lejos, pronto entendí lo que estaba
pasando: el hombre se había dormido, estaba completamente borracho, pero sabíamos
que tenía que entregar el manuscrito al día siguiente a eso de las nueve de la
mañana.
Hice todo lo que pude dentro de mis posibilidades: los
personajes ya habían sido presentados, el tiempo era escaso y el editor
afortunadamente no esperaba una novela que fuese demasiado larga. No pude
entretenerme en imitar el estilo de nuestro autor pero también es verdad que,
si él notó algo, no dio muestras ni de malestar ni de enfado.
Yo, por mi parte, solo espero conocer la acogida del
público, me gustaría mucho cambiar de trabajo.
(microrrelato
incluido en “Menguantes”, libro que puedes descargarte en este enlace)
Una buena solución, lo de tener un escritor suplente para casos de emergencia literaria. ;)
ResponderEliminarSaludos.