El leve crujir de la viga de
la que cuelga su padre se oye con mayor claridad las noches de insomnio.
¿Cuántos años han pasado ya? Sin embargo, aquellas imágenes y olores parecen no
envejecer nunca. El gemido rítmico de la madera a causa del balanceo del
cuerpo, la escalera y los brazos de madre ayudándole a retirarlo, el ruido
constante del agua limpiando la sangre de la bañera, la charla sobre viajes con
el vecino a causa de la presencia de las maletas. No, hacer justicia no es
fácil, aunque peor era vivir con él.
(microrrelato
incluido en “Menguantes”, libro que puedes descargarte en este enlace)
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