21 de junio de 2019

Sin alivio


El verano en que estaba previsto que irían juntos al río y acabarían besándose, su madre murió y llenó la casa de silencios y sombras en un luto de tres años.
Después, cuando el tiempo de alivio estaba a la vuelta de la esquina y la primavera repetía su promesa de risas cálidas y agua fría, su padre les dejó y ella volvió a verse enterrada en vida.
Tres años más y milagrosamente él seguía allí, esperando quizá. Sin embargo, cuando aquel hombre vio en la calle a aquella mujer triste y fuera de lugar, en la que no quedaba rastro de la niña que amó, se mordió las lágrimas, maldijo su suerte y se fue en silencio, lamentando añadir más dolor y soledad al que la vida ya había causado.

2 comentarios:

  1. Dice el refrán (de los que tú sabes tanto) que "Dios (o la vida) aprieta pero no ahoga", aunque toda regla tiene su excepción y hay veces que aprieta a base de bien, "sin alivio", sin compasión. A pesar de las pérdidas y las desgracias varias la existencia siempre sigue, pero en ocasiones las secuelas son demasiado grandes.
    Profundamente emotivo.
    Un abrazo, Luisa

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