2 de septiembre de 2019

El niño del saco

            Bucear en el lago que había al lado de la casa estaba terminantemente prohibido desde la desaparición de Aurora; incluso, en los últimos tiempos, había oído alguna discusión entre mis padres sobre si debíamos mudarnos.
            Yo, por mi parte, prefería quedarme, por lo menos hasta que ella me enseñase a aguantar la respiración y mantener abiertos los ojos, sin moverme, exactamente como la podía ver siempre que buceaba hasta el fondo donde permanecía, desde hace meses ya, sujeta a un saco de piedras.

(microrrelato publicado en la Antología que se presentó en Canyada D’Art, hace ya muuucho que voy con retraso)

5 comentarios:

  1. Wut???? Me acaba de recorrer un escalofrío de arriba abajo D:

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  2. Gracias por demostrarme que... aún hay alguien al otro lado de la pantalla. Gracias!!!

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  3. Qué final Luisa, más..., ufff no sabría si me ha dado frío o miedo, pero me ha encantado. Es un placer volverte a leer.
    Besicos muchos.

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  4. Los niños siempre conocen los secretos que los adultos no saben ver.

    Saludos,

    J.

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