La cámara se acerca con un lento zoom a las manos del
cocinero para que los espectadores puedan ver cómo se ha de proceder para
confitar un pato. Mientras, en una casa en mitad del campo y del verano, en la
que reina el más absoluto de los silencios tras haberse averiado el ventilador,
el cuerpo del dueño de la casa comienza peligrosamente a ladearse y resbalar
dando al traste con la presentación del plato.
Vaya pollo... bueno, en este caso, Pato jejeje
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