2 de febrero de 2022

Madre

Dejando la corona a un lado, cogió en brazos a su pequeña y empezó a cantarle una nana. ¿Cómo podía prepararla para plantar cara a la magia de las ofendidas madrinas? No, definitivamente no era preciso que supiese utilizar una rueca, mejores opciones quizás fuesen unas espadas, un juego de estrategia y hasta una simple peonza, objeto capaz de, manteniéndose sobre el mínimo apoyo, encandilar a cualquiera mientras baila y gira.

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