Hace mucho tiempo la Dama, pequeña y frágil, tuvo la osadía de enfrentarse a la Junta Militar sin levantar la voz o perder la sonrisa.
Tras veintiún años de prisión y arrestos domiciliarios, los generales le devolvieron la libertad. La buena nueva viajó en un susurro por su país anegado en miedo y llenó periódicos y minutos de televisión en el resto del mundo.
Desde entonces y hasta hoy, vigilada, fotografiada y filmada por los hombres del servicio de inteligencia, responde con suavidad a los periodistas que la preguntan cómo va a articular la lucha política, si ha podido hablar ya con la Junta Militar, o qué piensa cuando la comparan con Mandela. Y ella, que estuvo incomunicada hasta ayer, contesta tranquila asumiendo su papel en la Historia.
La Dama, pequeña y frágil, es uno de esos héroes que afortunadamente habitan este mundo, pero no es la única. La construcción de Myanmar (la antigua Birmania) ha dejado tras de sí revueltas de monjes budistas, exiliados y presos políticos, miedo y pobreza.
A veces, a poco que miremos, podemos ver héroes a todas horas y todos los días.
Son héroes. Pero ¿ha servido para algo?
ResponderEliminarCon ellos nos mandan el mensaje de que el poder manda y gana siempre.
La mejor lucha es el boicot.
Un beso, Luisa
No sé si sirve o no, la realidad es compleja; pero, lo que no puedo evitar admirar es la capacidad de poner toda tu vida a disposición de una idea y seguir teniendo la ilusión y la capacidad intacta después de una vida. Vuelvo a mi "no sé" inicial. Pero ...descubrí a la Dama cuando le dieron el Nobel y recuperé su imagen hace apenas unos días. Me alegré de verla, me dolieron sus arrugas, admiré su determinación y, de algún modo, pensé lo que tú comentas ahora: ¿para qué? Espero que ella tenga la respuesta.
ResponderEliminarCambiando el tono. ¿No es esta sección un poco demasiado? ¿Os gusta, os molesta, os intriga? ¡Me ha metido en un charco....!
Muchas gracias, Torcuato, por estar por ahí.
Luisa, y su castigo fue pequeño en comparación a otros de sus compatriotas. Una vez me comentó una compañera, conocedora de Birmania, donde viajaba al menos una vez al año, que allá, si había que construir una carretera (por decir algo) y no había mano de obra suficiente, podían trasladar un pueblo entero durante años a 400 kms (por decir algo también), o lo que es peor, la mitad de un pueblo, dejando a la otra mitad en el lugar de origen. Imagina, te llevan a ti y dejan a tu pareja, tus padres, tus hermanos, tus hijos... Brutal.
ResponderEliminarTe recomiendo una entrada del post de un amigo sobre Corea del Norte, que es similar:
http://enzyklopedien.blogspot.com/2008/11/pyongyang-eres-la-novia-del-mar.html
Saludos.
Por cierto, aprovecho para pedir permiso para enlazarte según acabe de leer.
Gracias por tu comentario, la realidad siempre es terrible. Y por la dirección a la entrada que me das.
ResponderEliminarEn cuanto a que me pidas permiso para enlazarte...no me pidas permiso, al contrario, te doy las gracias, un placer.
Estamos en contacto. Un beso.