“Son las doce horas, un minuto y quince segundos”, así es como él me hacía saber que llegaba tarde a todas nuestras citas, mientras miraba su reloj y me perdonaba la vida.
Era una de sus manías, una de tantas, y yo era comprensiva con ellas.
Por esa razón y sólo por él, conté en voz alta cada una de las puñaladas que le asesté, para que descansase en paz y yo con él.
(microrrelato escrito para ReC sin éxito)
Madre mía Luisa, hasta donde la tendría a la pobre mujer para cometer tamaña atrocidad. El micro es muy contundente. Muy honrosa participación. Un beso.
ResponderEliminarUn final rotundo para esta historia de encuentros a deshora.
ResponderEliminarNada esperanzador para quienes llevan sus manías al límite del T.O.C.
Un micro estupendo, Luisa.
Enhorabuena.
Es que las manía, si no es que son personales,que tampoco, se llevan muy mal.
ResponderEliminarMe temo que la gota que colmaba en vaso¿número 1000? era de sangre. Un final nada pacífico para un micro sumamente impactante.
ResponderEliminarAbrazos varios, pacíficos todos ellos.
Tanto las obsesiones como las manías llevadas al extremo son devastadoras.
ResponderEliminarUn micro contundente, Luisa.
Besos.
Impactante, Luisa. Tal vez demasiado negro para ReC. Me ha dejado un nudo en el estómago. Aún me impresionan este tipo de imágenes (afortunadamente). Besos.
ResponderEliminarUn pelín fuerte sí que es el micro, a veces sale así o tiene que ser así. No sé si es del gusto de ReC o de alguien, es lo que salió.
ResponderEliminarUn beso a todos y gracias, Luisa
Luisa, menos mal que le perdonaba sus manías sino lo acaba quemando y fumándose sus cenizas. ¡Cuánto odio!
ResponderEliminarMe gustó ese relato de REC.
un abrazo.
el título no hace presagiar ese impactante final. Muy bueno, Luisa.
ResponderEliminarBesitos
Él debía ser sólo un tipo raro, ella una psicópata de cuidado.
ResponderEliminarMe gusta cuando matas Luisa.
Menudo final Luisa!!!
ResponderEliminarEs durillo, pero muy bueno.
Besos desde el aire
Buen micro Luisa, primero insinúas,comprensión, y cuando esperamos el beso de despedida, saca el cuchillo y degolla al angelito.
ResponderEliminarQué difícil es esto de REC.
Un abrazo
Pues diría que nos muestra que hay quienes reaccionan a la crítica de modo extremo.
ResponderEliminarPero así es la vida, algunos hacen el matadero, y otros el moridero.