Anoche, tras un matrimonio de quince años, durante la cena, se confesaron el uno al otro que no se habían querido nunca.
No hubo gritos ni dolor, nadie sintió alivio.
Poco después, uno de ellos movía su mano sobre la mesa para tocar la del otro y empezaron juntos a mitigar la soledad y el frío, como habían hecho siempre.
(microrrelato publicado en el nº 24 de Pseudònims, en esta ocasión la palabra clave era “íntimo)
Muchas veces el amor no es suficiente. Un beso Luisa. Precioso.
ResponderEliminarEl amor tiene muchas formas, porqué no puede ser esa una... Me ha gustado mucho
ResponderEliminarSaludillos.
Creo que define bien ese momento de vuelta sobre uno mismo, de intimidad entre dos personas que comparten vida.
ResponderEliminarLuisa, esa delgada linea entre ficción y realidad. La rutina, el tiempo, el maldito tiempo que se lleva hasta los sentimientos. Al final toca aceptar que la vida hay que vivirla, o te vive ella a ti.
ResponderEliminarBonito texto, y enhorabuena por al publicación.
Un abrazo
Enhorabuena por la publicación. Muestras a la perfección como el amor se abre paso incluso cuando le cierran la puerta. Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarAbrazos surtidos
Es tan triste que hasta una n ha huído de este seudo-naufragio. Supongo que estas cosas dependen de con lo que las personas estén dispuestas a conformarse, pero horroriza un poco ver tanto conformismo en estos dos.
ResponderEliminarEl título, muy acertado, explica la situación real de esta pareja que, a pesar de no amarse, se quiere y se necesita.
ResponderEliminarUn abrazo, Luisa.
Yo, confieso que este micro me gusta especialmente. Es triste pero... exige valor admitir algo así y, al final, están juntos. Quiero que incluso más unidos que otras parejas que no han tenido el valor de reflexionar, de admitir o de decir algo así en voz alta.
ResponderEliminarDe modo que... aunque no se cuente, no veo un mal futuro.
Anda, lo había leído allí y me gustó mucho, resulta que era tuyo. Yo lo veo perfecto, medido, profundo, deja un poso de ternura y desasosiego al mismo tiempo. Chapeau.
ResponderEliminarLuisa, excelente relato. Muy tierno aunque habrá que piense - con razón - que es cruel. Pero muchas parejas ya no se quieren, pero aún si saben que acabaran sus días juntas. Es una forma de mitigar la soledad. Me ha encantado como lo has reflejado.
ResponderEliminarEnhorabuena, un saludo.
Micro triste pero con un fondo positivo, admitir que no hay amor pero si deseos de estar juntos.
ResponderEliminarBesitos
Enhorabuena, Luisa. Un relato amargo.
ResponderEliminarBesos, mil.
Quizás no era amor, quizás nunca lo fue... Pero la rutina y el miedo a la soledad unen muchas vidas.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho Luisa. Enhorabuena!!!
Besos desde el aire
Es un micro muy triste. El título elegido le va como anillo al dedo.
ResponderEliminarCreo que sí, el título es genial. A mí personalmente me da lástima. Sí, lástima de que exista ese comformismo, ese miedo a perder "todo lo sembrado". Por ello creo que el título es lo mejor: son náufragos sin obligación, porque quieren.
ResponderEliminarPor cierto la "n" que se escapó del texto te la mando de vuelta.
.... N
Qué nítido retrato de los codependientes.
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