No había hombre en aquel circo que no quisiera
conquistarla: el malabarista dispuesto a
hacer equilibrios en su matrimonio con tal de poder pasar alguna tarde con
ella, el mago deseando sacar de su chistera un anillo de compromiso y una
promesa de amor para toda la vida, el domador de fieras amaestrado y pendiente
de todos y cada uno de los tontos deseos que salían de su boca, el presentador
incapaz de encontrar palabras para cortejarla, el contorsionista con el corazón
hecho un nudo, el payaso sin poder ya de reír, el corazón de los enanos
creciendo a pasos agigantados en su pecho, el tragasables sin hambre y los
músicos sin partitura.
Todos, absolutamente todos, pendientes de la hermosa
mentalista salvo el atlético trapecista quien, tras mirarla un instante y por
primera vez, supo que con ella no era posible ni trabajar sin red ni tocar las
estrellas.
(microrrelato
escrito para la propuesta hecha en Triple
C: Minificciones a partir de una imagen, mes de septiembre)
Me encanta el equilibrio de contrarios del primer párrafo: el contorsionista con el corazón hecho un nudo, el corazón de los enanos creciendo... y que solo el trapecista, que trabaja entre sueños y realidades, pueda resistirse al influjo.
ResponderEliminarUn texto francamente seductor. Abrazos
Y un comentario más seductor aun. Muchas gracias.
ResponderEliminarQue, como las mujeres son así, será por quien ella beba los vientos seguramente. Porque siempre deseamos lo que no podemos tener.
ResponderEliminarPrecioso Luisa. Me ha encantado.
ResponderEliminarBesos.
Todos, todos pero siempre hay alguien con otra mirada. Me gusta ese contraste. Esta imagen ha dado unas historias tremendamente potentes, por lo que llevo leído.besos van, Luisa!
ResponderEliminarSí, tienes razón, ha sido y es un excelente imagen.
ResponderEliminarGracias
La lista de personajes dispuestos a dar hasta su esencia con tal de conquistar a la mentalista, tiene un broche final de oro con ese trapecista que no renuncia a su libertad.
ResponderEliminarMe gustó mucho.
Abrazos triples.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar¡ PERFECTO!
ResponderEliminarSaludos.
Juegos malabares los que encierra este micro, que mantiene en el aire los opuestos para que el lector se deslice buscando el fin.
ResponderEliminarGran trabajo, Luisa.
Un abrazo,
¿Qué tendrá ese atlético trapecista? Seguro que ella es por el que suspira, pero... ¿siempre atrae lo que no se puede conseguir?
ResponderEliminarFantástico, me encantó.
ResponderEliminar¡Saludos!