Aquella tarde, papá, regresó a la
tumba entristecido. Confieso que al principio no le hice demasiado caso pero,
en apenas unos días, empezó a tener mala cara, a quedarse en los huesos y
decidí entrar en acción.
Así fue como tome la decisión de
volver por las noches a la que había sido nuestra casa. Me presentaba en el
dormitorio conyugal e interrumpía con todo tipo de aullidos el sueño de mi
madre y de su amante siempre, eso sí, ocultándome tras una sábana.
Curiosa colaboración del hijo ;)
ResponderEliminarUn abrazo.
Yo que esos muertos dejaría vivir a los vivos...
ResponderEliminarParece ser que los muertos, el padre y el hijo, quisieran recuperar su familia cuando... lo más adecuado sería hacer lo que Hugo dice.
ResponderEliminarVamos que ella y el amante lo tienen difícil: el pasado, los recuerdos, las fantasmas... Puf, ¡así no hay forma de rehacer una vida!
Gracias
Jaja, será que soy un poco negro, pero me pareció muy divertido.
ResponderEliminarJajaja, disculpadme pero estoy con Miguel Ángel, a mí me ha parecido de lo más divertido, aunque no quisiera estar en la piel de los amentes...
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