Se encendió, el chip de memoria ROM
recibió una orden para iniciar las rutinas del programa de arranque y las
pruebas de diagnóstico de los dispositivos de hardware. Un pitido llegó
inmediatamente y con él, en la pantalla, el mismo mensaje de error. Seguía
siendo el amor que sentía por ella. La CPU había dejado de tener la capacidad de tomar decisiones
lógicas; la lágrima que resbalaba por la pantalla no lo era. Se colgó.
Luego de ello, cualquier intento de reinicio redundaba en un fracaso.
ResponderEliminarSaludos,
J.