2 de noviembre de 2018

Extraña familia


            Habíamos visto las noticias y sabíamos que, si bien para algunos el consuelo había llegado tarde, para nosotros no llegaría. Nuestros profesores actuaban como siempre lo que implicaba que la próxima víctima sería Daniel, el nuevo, a quien ya miraban las posaderas mientras subíamos las torres de la Sagrada Familia en la excursión de todos los años.
            Tramo de escalera tras tramo, habíamos logrado adelantarnos un poco y ahora, lejos de los ojos enfermos de nuestros tutores, entre susurros, le fuimos contando lo que pasaba en aquel lugar, lo que podía esperar y le ocurriría.
            Daniel nos escuchó y solo cuando callamos dijo “Dejad que los monstruos se acerquen a mí” al tiempo que sacaba una automática de entre las ropas.
            La noche ya ha llegado y a nuestro compañero se lo llevaron hace una media hora y todos, en nuestras literas, esperamos por una vez que los gritos indiquen otra cosa.

(microrrelato escrito para el Monstruoscopio ronda 1, de Esta noche te cuento, debía de desarrollarse en la Sagrada Familia, incluir la frase “Dejad que los monstruos se acerquen a mí”, si bien había otra que también se podía elegir)

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