Un hombre lobo y
un vampiro, juntos y en un coche, cruzan a pleno día los Montes de León; tienen
como objetivo entregar una flor a una pequeña.
Envueltos en la misma pesadilla, los
dos seres gritan, se enzarzan y revuelcan; pero el terror llega después cuando
se despiertan y descubren que han caído bajo el influjo de una encantadora niña
y están el uno junto al otro, abrazándose y cubiertos de sudor, dentro de una
absurda y enana cama de color rosa que les obliga a estar piel con piel y que
ese contacto tan estrecho les hace sonreír con coquetería.
Jajajaj, que buen final Luisa. Me ha encantado!!
ResponderEliminarBesicos muchos.