13 de marzo de 2017

Tarde es nunca

Las enterraron vivas bajo un alud inesperado de dolor y soledad pero ellas, las ilusiones y las esperanzas, lejos de pudrirse, encontraron de algún modo la forma de  echar raíces, de crecer y de afianzarse. Nadie lo esperaba, tampoco él, pero un día se encontró levantando la vista de la punta de los zapatos, dejándose bañar por la luz del sol, dispuesto a poner otra vez en juego su corazón, ajeno a sus sesenta años. 

4 comentarios:

  1. Que la esperanza y la ilusión no se pierda nunca, la edad sólo es un detalle.
    Un abrazo y buena semana, Luisa

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  2. Si no hubiera esperanza, ¿qué sería de todos nosotros? Las ilusiones a veces se duermen pero nuestra obligación es despertarlas a la mayor brevedad.
    Besicos muchos.

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  3. Caramba! Qué cercano me suena :)
    Besos.

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