31 de mayo de 2017

Pillado

Descubrió mi mirada recorriéndolo todo como si no lo hubiese visto nunca y me dijo: “tienes en los ojos el paisaje del primer amor y ya no vas a olvidarlo nunca”. 

29 de mayo de 2017

Montaña rusa

Navegaba por la Red cuando un anuncio llamó su atención: “¿Cree que su matrimonio es aburrido? ¿Quiere cambiar de pareja? Estudiamos su caso sin compromiso alguno.”
Por la noche, un olor a asado inundaba la casa y una rubia imponente le esperaba en la cocina. Al día siguiente, aún con una sonrisa en el rostro, decidió comprar unos flores para sorprenderla pero acabó dando el ramo a una morena muy fogosa vestida de ejecutiva.
Las mujeres se fueron sucediendo sin parar, día tras día, diferentes e infinitas.
Una noche que la fémina de turno quiso que leyesen juntos después de la cena, buscando entre los libros, cayó a sus pies una vieja foto escondida entre sus hojas. Era un retrato de su mujer, de la primera, y, al verla, recordó que sólo con ella había podido compartir recuerdos y manías, que ella era la única que cuidaba de su colesterol y que le reñía, que junto a ella podía relajarse y descansar, que únicamente ella era quien quería verle entrar por la puerta de casa para quedarse y no volver a irse nunca.

27 de mayo de 2017

Soles y blogs en el ocaso

Hace unas semanas en el programa de radio “Soles en el ocaso”, "En pocas palabras", Ana Vidal leyó microrrelatos publicados en blogs recientemente, sí, en blogs, porque todavía quedamos algunos.
Aparte de leer mi “Precoz”, se escucharon textos de Susana Pérez (Aprendiz de palabras), Elisa de Armas (Pativanesca), Belén Lorenzo Francisco (Relatos para leer de pie, Todas las palabras cuentan), Miguel Ángel Molina (En 99 palabras) y Lola Sanabria García, así como aforismos de Sandra Sánchez (Letricidios premeditados).
El enlace al programa es éste y los microrrelatos se pueden escuchar en torno al minuto 60.

Gracias, Ana.

26 de mayo de 2017

El vuelco

Había sido un flechazo, letal, pero un flechazo. Ahora, pasado el tiempo, conocido el final de su historia, estaba segura de que él no había sentido nada, de que sólo había encontrado en ella una víctima perfecta, entregada, que le acompañaba, que le secundaba, de la que se aburrió y que un día descubrió tan rota y gastada como para abandonarla.
En ocasiones aún caía en la tentación de hacerse preguntas; pero con el tiempo, había aprendido a dejar de lamentarse, admitiendo a su pesar que por él lo había dejado todo, estudios, familia y trabajo, y que esa vida normal y corriente que parecía haber estado en alguna ocasión al alcance de la mano era, y quizás sería siempre, inalcanzable.
Aunque ahora iba a intentar alcanzarla, porque había decidido que ya siempre iba a intentarlo.
Y quizás no fuese tan difícil, ahora que él no estaba.
Puede que hubiese sido un flechazo, poco importaba. Ahora estaba sola para volver a cambiarlo todo, para trastocarlo. Iba a hacer que su vida cambiase otra vez, completamente, pero no acababa de encontrar la palabra adecuada.  




(microrrelato seleccionado y publicado en el libro “Antología II”, Asociación Ateneo Socio Cultural de Laguna de Duero)

24 de mayo de 2017

Paseo diario

Todos los días saco a pasear mi bolígrafo y dejó que huela las hojas en blanco; hasta que descubre ese aroma que está buscando y decide dejar su rastro.

22 de mayo de 2017

El accidente

Cuando el conductor perdió el control del coche, éste se salió de la autopista y acabó estrellándose contra uno de los pilares de los puentes en los que vivimos los desheredados. El golpe fue fuerte e, inmediatamente, empezamos a sentir nostalgia por la vida que habíamos perdido; aquello eran un vehículo sin polvo, un traje de buena tela y la música emitida por un programa de radio.
El Carnicero, en honor de la profesión que había tenido, confirmó que el hombre estaba muerto y el Veterinario nos recordó que un cerdo y un humano eran anatómicamente iguales. Rápidamente, sin apenas intercambiar palabras, cada uno de nosotros empezó a hacer lo que fuera que hiciese antes de que la sociedad lo expulsase y yo, mientras esperaba a que acabasen, me sentí orgullosa de poder ver en mis compañeros a unos profesionales bien preparados.
Como no podía ser de otro modo, todo acabó sirviendo para algo. Después yo limpié los charcos de grasa de motor y de sangre, dejando como siempre el puente  impecable.

(microrrelato incluido en “Menguantes”, libro que puedes descargarte en este enlace)

19 de mayo de 2017

Huida frustrada

Su tercer deseo fue hacerme volver a casa.

16 de mayo de 2017

Polos opuestos

Desde que se conocieron, cada vez que él opinaba blanco ella contestaba negro; cuando él tenía calor, ella iba a buscar una manta; si él había comprado carne, ella hubiese preferido pescado. Vivieron así veinte años de discusiones continuas y un matrimonio feliz.
            Ayer, al acabar la película, él dijo: “Ha estado bien, ¿verdad?” y ella contra todo pronóstico contestó: “Sí.”. Se miraron en silencio, pasaron en vela toda la noche pensando y a la hora del desayuno se dijeron: “Esto se acabó.” Y aquellas palabras dichas al unísono, cayeron como una losa y fueron punto final en aquella mañana de domingo.

12 de mayo de 2017

Redes sociales

Porque somos peces.

10 de mayo de 2017

No es fácil


Por culpa de los bajos fondos y por vigilar el negocio de cerca, ocupo el puesto de concejal, viéndome obligado a vivir de día, entre horarios y conferencias de prensa. Sin embargo, intentando recuperar mi vida, hago lo que puedo porque me pillen y no lo parezca.

(publicado en el blog Autores malditos, junto al resto de participantes en el III Concurso YK Accesorios, concurso que ganó Antonio García)

8 de mayo de 2017

Precoz

La madre, recordando las palabras entre lágrimas de su pequeño, no podía dormir. Cuando sintió movimiento en el otro lado de la cama, asió el cuchillo escondido y, yendo tras el monstruo, su marido, se lo clavó una y otra vez.
            En su habitación, siempre al acecho, sonreía el niño.

(microrrelato publicado el 5 de mayo en Cincuenta palabras)

6 de mayo de 2017

PMI 2016, el libro

Empieza a ser costumbre, una de las buenas, que se convoque la Primavera de Microrrelatos Indignados y el material recogido acabe reuniéndose en un libro, cuyos beneficios se destinen a una ONG.
Toda la información sobre la publicación que se ha elaborado con los micros recogidos en año pasado, la ONG a la que se destinarán los fondos, las personas que han trabajado en ella o cómo puede adquirirse está en el siguiente enlace.
           En dicho libro hay un microrrelato mío: Monos sin sangre.
Y ya que estoy, aprovecho la entrada para recordaros que ya está en marcha y podéis participar en la presente Primavera de Microrrelatos Indignados que se centrará en las desigualdades económicas y sociales y sobre la que encontrarás toda la información necesaria justo aquí. ¿Te animas?

5 de mayo de 2017

Invasión

Se desplazan rápidamente pegándose a los edificios; no obstante su hábitat natural está en el interior de las viviendas y, en especial, en las cocinas donde pueden llegar a desarrollan una actividad frenética. Fotofóbicas y oscuras, se mueven por lo general en grupo, infestando los hogares en los que entran, paralizando a sus habitantes, quienes las temen o las odian.
Nosotros nunca tuvimos problemas con ellas, también es cierto que nunca les dimos escusa alguna. Hasta hoy, día en que bajo la guardia para empezar a llorarte rodeada de tu insoportable ausencia. He ido a abrir la puerta de la calle y, antes de poder emitir una protesta, ellas se han colado en el salón y han tomado posesión de la casa. Ahora las miro con aprensión desde el pasillo y, aunque no sé cómo voy a lograr que se vayan, recuerdo la promesa que te hice: nunca seré una de ellas, te lloraré, te echaré de menos, pero no voy a dejar de ser tu compañera para ser sólo tu viuda.

(microrrelato incluido en “Menguantes”, libro que puedes descargarte en este enlace)

3 de mayo de 2017

Bis

Había comenzado a pensar que su inspiración estaba tocando fondo.
“Dos microrrelatos a la semana, durante más de veinte años, son muchas historias para cualquiera”, se decía a modo de justificación; al tiempo que oía como le decían las tonterías de siempre: “No te abandones, tienes la rutina de crear, no puedes dejarlo ahora”. “Muchas veces antes sentiste que las ideas te abandonaban y mírate”. “La vida te inspirará como lo ha hecho siempre, sólo has de abrir los ojos”. “La imaginación no se agota, los cuentos seguirán fluyendo”. “Coge la hoja o ponte ante el ordenador. No seas perezoso”.
Poco después las voces que habitaban en su cabeza callaron de repente, decepcionadas y perplejas a un tiempo. Acaba de coger un microrrelato que ya había publicado en su blog hacia algunos años y lo estaba editando como nuevo.