25 de noviembre de 2013

MicroEcos Ilustrados

Nunca imaginé que tardaría tanto tiempo en rematar esta recopilación pero, afortunadamente, hoy la espera ha terminado.
“MicroEcos ilustrados” es la publicación digital y gratuita en la que se han unido todas las colaboraciones a los “lunes ecologistas” que durante dos años tuvieron cabida en este blog. En mi opinión, es delicada y crítica, es ácida y optimista, es perfecta.
Independientemente de que la imprimáis o la disfrutéis a través de la pantalla, espero que os guste tanto como a mí.
Gracias a todos, por las palabras y por los colores, por las lecturas y por los comentarios, por haber esperado y haber mantenido la ilusión.
Es toda vuestra.

http://issuu.com/microsalpormayor/docs/microecos_ilustrados

24 de noviembre de 2013

PFD y Ponfiel (92, 93 y 94)




Rebelión
Colgué el adiós del ayer, las palabras huecas que dejé volar, ese aliento espantoso que acabó por aborrecer tu presencia, la falta de sinceridad entre nosotros, los pantalones raídos que utilizabas para las fiestas sociales, y el olor a axila que tanto te encantaba. Los pintores siempre fueron los artistas de sus obras e intentan por todos los medios deslumbrar al público manejándonos a su antojo. Mañana tendrá que comenzar de nuevo, me marcho de este lienzo por abuso.

El pecado de dos
Dice la historia que tres cerditos colgaron de sus respectivas perchas aquello que no querían. El primero colgó su afán de ser más, desprendiéndose de esa sensación que tantas veces le había aportado subirse a las nubes. El segundo colgó el pesimismo y habilitó en su escala de valores posiciones más notables, no tan sobrias. El tercero más listo había dejado que los otros colgaran, y se limitó a dejar unos harapos viejos. Los otros dos cerditos quedándose estupefactos se acercaron al mayor preguntándole porqué había dejado eso. De sus ojos salieron destellos de gloria, y en su postura humilde les dijo que esos trapos sucios y mal olientes eran eso, trapos sucios. Ninguno de los otros dos entendió la lección y recuperaron sus virtudes, engrandeciéndose. El tercer cerdito los dejó por imposibles.
Dos días más tarde los dos cerditos disfrazados de cordero se los comió el lobo.

Cambio de tesitura
Las cuatro perchas se quedaron a medias a la espera que alguien se dignara a colgar algo en sus lomos. Nunca tuvieron el privilegio, porque todo aquel que las tocaba se volvía justo. Al final quedaron para exposición en un museo de objetos insólitos, por si acaso.

Texto: Ponfiel (blog: Cirujano de letras)
Fotografía hecha por Jose Luis Rafael (publicada en Palabras, fotos, días)

21 de noviembre de 2013

Lectures d’ailleurs


          Sé que muchos ya estáis allí, tantos que aún no os he descubierto a todos y no me ha dado tiempo a leeros y a cotillearos; también sé que, más pronto que tarde, muchos que no están lo estarán.
Vamos, que es una buena noticia, no porque lo sea, que lo es; si no porque es buena para muchos.
La verdad es que quizás podría ahorrarme esta entrada pero, como en este blog dejo constancia de todo lo que pasa en mi vida como “microrrelatista”, no podía pasarlo por algo.
Así que, aunque ya lo sepáis, os lo voy a decir.
Mis microrrelatos: “La sesión”, “Vistazo”, “Nuevos viejos recuerdos”, “Crónica de un secuestro” y “Desigual batalla” (publicados ya aquí) pueden ser leídos ahora en francés, en “Lectures d’Espagne 2”.
Si tenéis curiosidad por la entrevista, bien fácil, está a un clic, justo aquí al lado.

20 de noviembre de 2013

PFD y Rosy (15)




Aquí, de tapeo…
Y mientras los demás disfrutan de su libertad, nosotros seguimos aquí, hacinados en este líquido oscuro, que… vaya usted a saber, cuántas cosas no nos habrán echado para aguantar… ¿cuántos años decís que llevamos aquí dentro? ¡Callaos, callaos, el del tenedor, creo que viene a liberarnos…!






Microrrelatos escritos por Rosy (blog: Desde mi pinar)
Fotografías hechas por Jose Luis Rafael (publicadas en Palabras, fotos, días)

17 de noviembre de 2013

Año Tres

Para celebrar el tercer aniversario de este blog con los tres lectores que tengo, he publicado, en tres días consecutivos, tres ménages a trois en tres actos.
¿Te has enterado o… te lo tripito?

16 de noviembre de 2013

3/3

Primer acto:
El marido y su esposa, y viceversa, escuchaban perplejos. Ante ellos estaba su amante, el de ella y el de él, en el que coincidían, explicándoles lo complicada que era su vida desde que habían aparecido los dos y cuán interesante podía ser para los tres poner un poco de orden en sus rutinas.
Segundo acto:
Las casas de paja, madera y ladrillos, las que los cerditos habían construido más o menos cerca las unas de las otras, estaban ya reparadas pero vacías. Nada querían saber ellos de ellas. Y la agencia inmobiliaria se preguntaba a quien podría colocárselas y, en tres palabras, quitárselas de encima.
Tercer acto:
Definitivamente esas tres casas eran lo que buscaban. La de ladrillos fue para el amante, el aceite de aquella relación, el que aguantaba a ambos y al que le resbalaba todo. La de madera para la esposa, la sal, la más pícara. Y la de paja, para el marido, que viendo cómo iba perdiendo terreno en todos los frentes, empezó a avinagrarse, aliñando sin querer algo que era una ensalada, vieras como lo vieras.

15 de noviembre de 2013

2/3

Primer acto:
Pasado y Presente, frente a un escaparate, discuten sobre el Futuro que van a pedir a los Reyes Magos. A Pasado le gustaría alguien parecido a Superman, un superhéroe. Presente, en cambio, preferiría tener un buen trabajo y una mujer que, aparte de cocinar, esté buena.
Segundo acto:
Melchor, Gaspar y Baltasar avanzan camino de un pueblo llamado Belén; debe de ser un pueblo pequeño porque han puesto una estrella de neón sobre él para que nadie se pierda. Avanzan despacio, cargados con todo tipo de trastos; trastos que van a colocar como regalos a todo aquel que abra la boca, en cuanto puedan.
Tercer acto:
En mitad del camino hay un semáforo: rojo, amarillo, verde, rojo, amarillo, verde. Llegan junto a él cuando está en rojo. Se paran, no pueden perder más puntos del carnet; se paran y esperan, se hartan y esperan.
Y Futuro, desde dentro del escaparate, piensa que no le gustan nada Pasado y Presente y que casi prefiere quedarse huérfano y sin descendencia.

14 de noviembre de 2013

1/3

Primer acto:
María, la Santa, mascullaba oración tras oración entreteniendo los dedos en un rosario, la Niña jugaba con las muñecas y la Pinta esperaba que pasase algún buen mozo que le alegrase la vista.
Estaban en la puerta de la casa y pasaba el tiempo, como todos los días.
Segundo acto:
En cuanto los términos de la apuesta quedaron claros, los tres hombres, mosqueteros para más señas, se lanzaron galopando como locos por las calles del pueblo hasta la plaza donde estaba la iglesia.
Una vez más eran Athos, Porthos y Aramis y su maldita forma de hacer las cosas.
Tercer acto:
            Como no podía ser de otro modo, el que llegó primero fue oro, el segundo plata y el tercero bronce, en una curiosa costumbre que aún perdura. Y cuenta la leyenda que, si bien fueron las tres mujeres quienes repartieron cintas, medallas y flores, a día de hoy, María reza, la Niña juega y la Pinta se entretiene, siendo ella la causante de la conocida frase: “una para todos y todos para una”, en una versión más políticamente correcta.

11 de noviembre de 2013

Instinto básico

Mientras su padre cerraba la tapa del contenedor, siguiendo la costumbre que tenía desde niña, ella empezó a decir: “Bendice, Señor, estos alimentos que… “; pero se calló en cuanto vio como él negaba una vez más con la cabeza.     No tenían donde ir, era de noche, llovía y hacía dos días que no comían. Perdidos y sin fuerzas, dejaron que sus espaldas resbalasen por la pared del edificio y se acuclillaron en un rincón. Poco después aparecieron las ratas y… hasta ahora.

10 de noviembre de 2013

PFD y Cabopá (6)



Aforismo
            Escucha, los silencios son de colores. Si no los ves, habla.

Texto de Cabopá (blog: ¡Ay, Maricarmen!)
Fotografía de Jose Luis Rafael (publicada en Palabras, fotos, días)

7 de noviembre de 2013

Salpicaduras, borrones, churretes, pringues, máculas, lunares, deshonras, ultrajes, infamias

            Hacía mucho que no publicaba nada en Pseudònims y no está bien perder las buenas costumbres. Mes tras mes leía el tema propuesto, pensaba “qué interesante” pero después, de algún modo que no acabo de entender, un cúmulo de tareas y actividades hacían que el mes pasase, que el plazo se terminase, sin haber tenido tiempo para pescar esa historia que quizás mi inconsciente había en mi ausencia gestado.
Afortunadamente este último mes ha habido un poco más de suerte. El tema propuesto era: “Manchas”, lo que me recordó un microrrelato ya publicado aquí hace un tiempo: “La mancha”; lo busqué, lo envié y me lo publicaron.
Ahora empiezo a dar vueltas a la siguiente propuesta que nos hacen: “coronación“. Ése es el tema; tenemos hasta el 26 de noviembre.

6 de noviembre de 2013

PFD y Alberto (4)

Rueda de reconocimiento

-No sabría decirle, agente. Todo sucedió muy rápido. A mí todos me parecen iguales.



Texto: Alberto Proset (blog: Microrrelatos en el tejado)
Fotografía hecha por Jose Luis Rafael (publicada en Palabras, fotos, días)

4 de noviembre de 2013

Enfermedad de transmisión aérea

-Sí, papá, pero, ¿y esa?
El hombre la miró con los ojos vacíos.
-¿No la ves, papá? La pelota azul ha caído junto a tu silla. ¿Me la das?
Los médicos habían dado su diagnóstico, le habían contado con todo lujo de detalles como la enfermedad iba a hacer mella; y exactamente fue así, a medida que los días pasaban, ella estaba más irritable y confundida, presentaba cambios de humor y hasta algunas pérdidas de memoria, sentía la necesidad de alejarse del mundo para estar con su padre cuanto tiempo pudiera. 

3 de noviembre de 2013

PFD y Ponfiel (91)





Renacer
Nunca quise mostrarme tal y como era. Hice lo indecible por esconderme tras infinidad de máscaras que no dieran ni una pista de mi imagen real. Así que me tumbé al sol, y cuando desperté mi torso se había evaporado. ¡Qué bien me sentía con este nuevo cuerpo!, solo tenía extremidades y cabeza. Una cabeza inmensa que había consumido mi torso. Con el paso de los días fui acomodándome a la nueva situación. Y ahora no echo en falta aquella máscara absurda en la que me abrigaba todos las tardes. He  limpiado el armario, y he conseguido quitarme algún complejo. De esos que verdaderamente te incomodan.
Ahora me llevo la toalla, y la crema solar, y cada tarde tomo el sol un rato. Los transeúntes se me quedan mirando a ver qué hago, incluso la policía me vigila desde hace unos días. Dicen que soy extraño, peculiar y raro. Y he llegado a la conclusión; ¿no lo serán ellos?

Texto: Ponfiel (blog: Cirujano de letras)
Fotografía hecha por Jose Luis Rafael (publicada en Palabras, fotos, días)