28 de septiembre de 2012

Vidas paralelas



Sonó el despertador y ella se levantó rodeada
A él lo despertó la luz del día y aún dormido
de oscuridad sintiendo que un día más la vida 
fue hacia la ducha. El trabajo empezaba a rondar
le caía encima.
por su cabeza.
A la misma hora de todos los días, se acercó a la
Como siempre a la misma hora, hizo un alto
cafetería, para hablar un rato o echar unas risas.
para ir al bar, hojear el Marca y tomar un café.
A veces levantaba la vista y lo veía a él.
Él la espiaba alguna vez, a hurtadillas.
Los compañeros hacían como que no entendían.
Los compañeros hacían como que no entendían.
A la tarde, cuando para muchos la vida empieza,
A la tarde, cuando para muchos la vida empieza,
ella se refugiaba en casa, en las pequeñas tareas.
él se cansaba en el gimnasio o se iba de juerga.
Un mismo espacio, dos mundos, dos vidas.
Un mismo espacio, dos mundos, dos vidas.
Cuando ella oía la llave en la puerta se ocultaba
Cuando él llegaba a casa, se trababa a posta
en el baño o se hacía la dormida.
con la cerradura, se entretenía.
Esquivándose día tras día, habían elegido no
Esquivándose día tras día, habían elegido no
hablarse, ser dos personas paralelas.
hablarse, ser dos personas paralelas.
Ella se iba a dormir muy pronto, se arropaba en
Él veía durante un tiempo la tele antes de ocupar
el lado derecho de la cama y cerraba los ojos,
su lado de la cama, intentaba no pensar en nada
esperando al sueño.
hasta que el sueño venía.
Y llegaba otro día como ayer, casi de puntillas.
             Y llegaba otro día como ayer, casi de puntillas.

26 de septiembre de 2012

Star Trek’s CSI





           
          Picard estaba en un rincón del bar del Enterprise tomándose un coctel cardasiano de nombre impronunciable cuando sonó su intercomunicador:
             -Capitán, acabamos de encontrar un cadáver en la sexta cubierta, en una de las salas de descanso. 
          Jean-Luc torció el gesto y ya empezó a imaginarse la escena, la que ya se había repetido cinco veces, tantas como asesinatos. Data vestido de Sherlock Holmes encantado de vivir un misterio así fuera de la sala de hologramas. La Forge escudriñando todas las superficies y decepcionado una vez más al no encontrar nada. La consejera Deanna diciendo obviedades, que si alguien se está burlando de ellos, que si hay mucho odio acumulado en la nave,… Worf deseando hacer un careo a toda la tripulación al más puro estilo Klingon. Rider despistado, tanto como él lo estaba. Y él, sintiéndose utilizado y atrapado.
            Atravesó el espacio que le separaba de la barra y dejó el vaso o como se llamase aquel recipiente, rendido, cansado.
            -¿Y esa cara, Jean-Juc? –dijo la inestimable Guinan con su eterna sonrisa de Whoopi Goldberg- ¿Acaso han encontrado un cadáver en la cubierta seis?
            El capitán la miró, sin dejar que sus sentimientos moviesen un músculo de su cara, para simplemente decir:
            -¿Y cómo sabes que ha sido en la cubierta seis? Yo no he abierto la boca y tú no has podido oír nada.
            Picard la miró con el poso de la frialdad de un borg que todavía tenía dentro y ella sin dejar de sonreír empezó, ahora ya sin disimulos, a odiarle.

(microrrelato publicado en el nº 121 de la Revista Digital miNatura, escrito como respuesta a su convocatoria: “Policíaco en la ciencia ficción”) 

24 de septiembre de 2012

Irrespetuosos









Los árboles no saben de medianeras, y el nogal vierte generoso sobre el terreno vecino su sombra en verano, y en invierno, sus nueces. Tampoco entienden de sucesiones y, desplegando su poderío donde no deben, los eucaliptos se empeñan en complicar el trabajo de agrimensores y escribanos. Las plantas ignoran los rígidos calendarios y algunas —confundidas por un calor inoportuno— se aprestan a florecer otra vez en pleno invierno.
El río desconoce los planos y crece moldeando un nuevo trazado que en nada concuerda con mensuras catastrales.
Los perros atraviesan alambrados y cercos en su ambición por delimitar su territorio.
Los hombres —celosos de la libertad ajena— talan los árboles, atan los perros y extreman las defensas.

Microrrelato escrito por Mónica Brasca
(http://monicabrasca.blogspot.com.ar )
Ilustración hecha por Valentina Novero
(http://www.flickr.com/photos/vnovero/ )

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23 de septiembre de 2012

Definición


          Nunca había creído en él, no puedo creer lo que no entiendo. Sin embargo, junto a ti, voy a buscar el nombre de lo que siento.

(nanorrelato escrito para El Cultural, con el tema “el amor”)

22 de septiembre de 2012

Cuarenta años


          Se dieron paz y se dieron guerra, se buscaron y encontraron toda la vida. En el último momento supieron que aún querían más.

(nanorrelato escrito para El Cultural, con el tema “el amor”)

20 de septiembre de 2012

Guerras santas



Sabían que nunca podrían ponerse de acuerdo para construir la torre de Babel, que no llegarían nunca a tocar el anhelado cielo pero, poniéndolo como excusa, libraron batalla tras batalla, proclamando que era un regalo de los dioses poder escalar las montañas formadas con los muertos y llegar de este modo siempre un poco más lejos.

(microrrelato seleccionado en el II concurso de microrrelatos ACEN y que se publicará en el libro solidario “Bocados Sabrosos II” con una excelente compañía)

19 de septiembre de 2012

Ingenieros


-Lo quiere blanco y con cola.
-Eso es imposible.
-No, no lo es, es absurdo, pero no imposible.
-Lo que sea, pero no podemos hacerlo.
-Te recuerdo que paga puntualmente y que nos viene bien el dinero.
-Mierda.
-Recuerda, blanco y con cola.
-¿Cómo lo va a llamar después? Sorpréndeme.
-Espermatozoide.
-¿Qué?
-Como lo oyes.
-No voy a poder, me va a dar la risa.
-Te puede dar lo que quieras, pero blanco y con cola.
-¿Está loco?
-Puede ser y eso que todavía no sabes para qué lo quiere.
-Cuenta, cuenta.

(microrrelato finalista en la 46ª edición del concurso de Bubok)

17 de septiembre de 2012

Maqueta


En cuanto depositaron la caracola en la esquina del acuario desportillado, los niños contemplaron atónitos cómo brotaba de su interior la arena que cubrió el lecho de cristal. Después vieron surgir rocas de formas caprichosas, el agua que se agitaba con suavidad de bonanza, estrellas y caballitos de mar, peces de colores, escualos diminutos, el pecio semienterrado de un galeón holandés, dos ballenitas azules y un submarino nuclear en miniatura que vomitaba, por la rendija abierta en el casco corroído, su bilis de plutonio.

Microrrelato escrito por Elisa de Armas
Ilustración hecha por Amparo Martínez Alonso

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14 de septiembre de 2012

Ordinarios ordinales


No hace mucho tiempo supe que era el tercero en discordia, que por estar sin un cuarto siempre había sido considerado como un segundo plato por mi pareja.
Ese día la hubiese mandado al quinto infierno, pero enseguida pensé que quizás la culpa había sido mía por no haber tenido ese sexto sentido que llaman intuición; y esa simple sospecha hizo que fuera expulsado del séptimo cielo y que no me sintiera feliz.
Aquel día admití que nunca sería ni el primero ni el último en nada, que sólo y siempre sería uno más, uno más del montón, bien poca cosa.

12 de septiembre de 2012

Azul casi negro




            Le hubiese gustado haber pasado su niñez jugando en la playa y vivir un primer amor, pero en su piel sólo pudo encontrar el sabor amargo del llanto eterno.
A fuerza de desventuras, su alma se tornó oscura y inició el viaje en el que las olas se acercaban a lamer su piel de color brea, en el que ni cantó ni disfrutó de los atardeceres rojos, hasta que llegó la parca para empujar la patera hacia el temporal y enterrarles junto a muchos otros, entre la playa y el cielo, en el Mediterráneo.

(microrrelato escrito para el concurso de Relatos con Banda Sonora de la Cadena Ser, basándome en el tema “Mediterráneo” de Serrat, y enviado más tarde a Esta noche te cuento, propuesta del mes de agosto: Azul… marino)

11 de septiembre de 2012

Exmarido


          Apurando la comida de la lata, buscando dónde dormir, no alcanzaba a ver cómo se enfriaría su venganza para ejecutarla.

(nanorrelato escrito para El Cultural, con el tema “la venganza”)

10 de septiembre de 2012

Crónica de otro verano más

Sequía desde los cuatro puntos cardinales de la península, pertinaz sequía. El fuego arrasa indiscriminadamente provocado, por montes valles, llanuras, cerros y colinas. Cruza vías pecuarias, asalta poblados e incinera rebaños y piaras, quema todo lo que encuentra a su paso.
Mientras, los prados pierden su verdor y las mesetas se entristecen porque los malos aires no dejan crecer los cereales ni las legumbres, ni las vides… y los olivos al llegar el invierno sólo tendrán olivas negras.
Lloverá a jarrazos en algunas regiones desbordando ríos, ramblas y riachuelos. El agua sin esfuerzo buscará el mar sin producir provecho, dejando antes, un rastro de daño en cultivos y frutales. Muchas serán las pérdidas.
Habrá llantos y lamentos por las pérdidas de vidas humanas, por los daños a una naturaleza que quedará malherida. Se disputaran, los políticos la eficacia de los efectivos y, la previsión en la prevención.
No habrá juicios, ni se sabrá de los culpables. Pasaran los días, las semanas y los meses y, llegará el próximo verano, entonces se volverá a oír esa frase tan manida: “el fuego se apaga en invierno”. ¡Basta ya! Dicen los lugareños.
O será todo por el desequilibrio climático que azota con “olas de calor” o quién sabe si será el deshielo del Ártico.
Desde mi península, ésta es mi crónica.
Firmado: Naturaleza
No Me Molesten En Verano


























 

Microrrelato escrito por Cabopá
Ilustración hecha por Juanlu/Luiyi

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8 de septiembre de 2012

Penitencia


            De repente lo recordó todo.
Cuando era un joven cura, inocente e inexperto, había sido cobarde, ésa era la verdad. Sin saber qué hacer, de entre todas las posibles soluciones, había optado por estar del lado de su superior, había elegido cerrar los ojos y callar, había defraudado a los débiles e indefensos niños que le habían mirado pidiendo ayuda e incluso, aunque doliese recordarlo, una vez había llegado a caer en la tentación.
No duró mucho tiempo el dolor, al menos para él; poniendo como excusa una madre anciana, pidió un traslado de parroquia y se fue, seguro de que los gritos de las víctimas continuarían tras él aunque ya no los oyese.
Ahora, agonizando en el frío suelo de la iglesia, estaba seguro de haber reconocido su cara, estaba seguro de que la paz llegaba al fin.

6 de septiembre de 2012

El socorrista



Elevó la vista y descubrió que la escalera que tenía frente a sí sólo le conducía a esa terca realidad que seguía haciendo aguas.
Dudó. No quería volver a caer, no quería… entonces lo vio a él, poniendo cubos de colores debajo de cada gotera, sonriendo, chapoteando, invitándola con una sonrisa.

(microrrelato finalista en el concurso de Triple C, Concurso a partir de una imagen, mes de julio)

4 de septiembre de 2012

Días difíciles


            Todas las noches desde hacía meses se repetía la misma frase: “Apenas hago nada, llegan a mí prácticamente muertos”, pero ni esas palabras ni el alcohol le proporcionaban ningún consuelo. Y esta noche era peor, era diferente. Él, que se había negado a registrar un solo detalle como si todo aquello no estuviera ocurriendo, no había podido evitar quedarse deslumbrado ante esa piel blanca y delicada, limpia y transparente, esa nuca y ese cuerpo pequeño.
         Ella había subido al patíbulo, pálida y radiante, había mirado a todos los presentes y había hecho el silencio; después su cabeza cayó, con un golpe casi leve, y la muchedumbre tardó en reaccionar, en esconder el terror y el miedo que sentían detrás de los gritos de siempre.
            Una lágrima resbaló por la mejilla del maltrecho verdugo, guillotinándole la frialdad que se había autoimpuesto; era un hombre, como todos, y acababa de decidir que la última sangre que derramaría sería la suya y que lo haría inmediatamente.

(microrrelato escrito para el número 35 de Pseudònims, en esta ocasión la palabra clave era “cabeza”)

3 de septiembre de 2012

Entrevista con el pirómano


                -¿Y cuándo será el incendio?
                -Ocurrirá al atardecer, de manera inesperada. Será global. Como todo incendio, tendrá un carácter purificador.
                -¿Contaremos con bajas?
              - Sí. Con las de resistentes, dependientes, e insostenibles pero también con las de los desafortunados.
                -¿Quiénes sufrirán más las consecuencias de la quema?
                -Todos por igual, los enlaces que nos unían desaparecerán. Al principio andaremos perdidos, como abandonados en un desierto. Nos resignaremos y descubriremos las bondades de la falta. Recuperaremos el sentido de la realidad. Quizás construyamos algo nuevo, más puro y elemental. Finalmente nos adaptaremos, como las ratas.
                -¿Cuestión de supervivencia?
                -Cuestión de supervivencia.

Microrrelato escrito por Ana M. Blanco
Ilustración hecha por Amparo Martínez Alonso