30 de diciembre de 2011

Hay un detective nuevo en la ciudad

          G. se retrepó en el sillón y miró a su alrededor profundamente satisfecho. Habían sido días de agobioso trabajo pero el fruto de todos ellos estaba allí, entre aquellas cuatro paredes: un sombrero quizás algo grande, una gabardina manchada de cascarrias, una pistola en el cajón de la mesa y una puerta con un letrero en el que se podía leer: “Detective”.  Entonces entró ella, como un torbellino y preciosa, haciendo que perdiese el equilibrio y se esmorroñase.
            -¿Te has hecho daño? –preguntó solícita.
            -No, gracias, estoy bien. ¿Qué desea?
            -Que me tutees y que me contrates. Me han dicho que buscas secretaria.
            -Sí, es cierto.
          Volvió a mirarla. Era mucho más de lo que se había atrevido a soñar, con aquella mirada llena de jugosas promesas. Empezó a sudar, sacó un pañuelo del bolsillo del pantalón y volvió a sentarse:
            -¿Estás acatarrado? –preguntó ella con una cara de preocupación encantadora.
            -No, no me escullan las narices es que…
        -Babeas. Tranquilo, les ocurre a algunos hombres en mi presencia –dijo con  naturalidad.
Poco después el detective G. oía el ruido de unos tacones en el despacho de al lado y empezaba a sentirse como nunca.

28 de diciembre de 2011

Recuerdos del Titanic


Él era, aunque lo disimulase como buenamente podía, un barco que se hundía.
Estaba allí, acodado en la barra de la discoteca, rodeado de hermosas mujeres que se movían al ritmo de la música, mientras dejaba que el sonido de los hielos en su copa llegase hasta sus oídos y le recordase el doloroso encuentro con aquella mujer  distante y fría.
Sabía que de momento no podía permitirse el lujo de olvidar, que no podía volver a arriesgarse a un dolor como aquel pero… también sabía que no debía alejarse de la vida.
Por eso estaba allí. Esperando que alguna de aquellas sirenas, lo mirasen a los ojos, lo descubriesen y le ayudasen a achicar las lágrimas que aún amenazaban con hundirle.


(microrrelato escrito para la propuesta hecha en Triple C: Minificciones a partir de una imagen, mes de noviembre; en esta ocasión la ilustración está hecha por Juanlu/Luiyi, http://www.dididibujos.blogspot.com/)

26 de diciembre de 2011

Sentidos


        ¿Qué puede haber mejor que la dulce caricia en las yemas de tus dedos de la página que pasas?
           El tacto de la corteza de un árbol vivo.
         ¿Qué puede embriagarte más que el perfume de la tinta impresa sobre el papel?
           El olor mojado de las flores de mimosa.
           ¿Qué mejor que una historia narrada en capítulos? 
          La biografía narrada por la anchura del tronco del roble. 


Microrrelato escrito por Montse Aguilera (http://letrasparapasarunrato.blogspot.com/)
Ilustración hecha por Juanlu/Luiyi




(Si tienes un microrrelato con temática ecologista, no dudes en enviármelo. Si, por el contrario, prefieres ilustrar, ponte en contacto conmigo, esta sección la estamos construyendo entre todos y estás invitado. ¡Muchas gracias!)

25 de diciembre de 2011

Autoepitafio


            Las letras que lees te miran y te saludan desde el otro lado. Aquí estoy, una vez perdida la voz alta y reducido a polvo mi cuerpo grande
            Hija de carcelero y alquimista. Primogénita en ejercicio siempre; y por lo tanto, transparente y desconocida un tanto.
            Prescindible estudiosa de ciencias, en las que trabajó; estudiosa tardía y constante de letras con las que jugaba.
            Tez pálida. Pelo rubio-gris-cano. Ojos y labios claros. Nariz grande, operable, que no obstante no fue tocada. Aria, alemana, camuflada entre hojas en blanco.
            Querida por no muchos, pero sí por los importantes. De lengua triperina y castellana.
            Devota de la mesa, de la cocina y del mercado. De ver, de oler, de escuchar, de tocar la piel cálida, del abrazo y de las miradas. De lo pequeño y de lo grande. De los planes y de cambiarlos. Ansiosa de vida y de vivirla hasta el último instante y vencida en la última batalla.
            Ruego que tu crítica sea leve y que tu sonrisa tenga alma.

24 de diciembre de 2011

Una extraña propuesta

23 de diciembre de 2011

Escullar

            Gotear o escurrir líquido de una vasija u otra cosa similar. También significa echar caldo o comida en una escudilla o plato.
            Estos son los significados que apunta el diccionario de la RAE pero MJ, que es quien me ha susurrado la palabra al oído, me ha comentado que también se utiliza para hablar de los mocos que gotean de la nariz y yo he podido comprobar que hay más personas que emplean esta palabra de este modo.
            Ejemplo: “Estoy harto, por culpa del resfriado, me escullan las napias que es un gusto y a todas horas”.

(quizás quieras participar en todo esto, mira cómo)

22 de diciembre de 2011

La isla de Pablo

Quizás gracias a Pablo Garcinuño (responsable del blog: “En mal estado”, para los más despistados) hay un pequeño espacio para los microrrelatos en Punto Radio Castilla y León. No lo sé ni lo he investigado.
Eso sí, gracias a Pablo, mi micro “El final del escondite” fue leído en el programa del pasado martes.  
Pinchando en el siguiente enlace
podréis oírlo también vosotros, a unos 10 minutos y 15 segundos del inicio de la grabación y tras una fantástica entrevista a Ramiro, un abulense que hace esculturas en lata.
Es raro para mí, nunca antes había oído un microrrelato mío en voz alta; y he de decir que Begoña Rodríguez, la persona que le pone voz y silencios, lo hace estupendamente.
Muchas gracias a los dos, a Begoña y a Pablo.

21 de diciembre de 2011

La buena educación

            -Yo la abrazaré bien fuerte y me la llevaré conmigo –dijo con determinación la pequeña mirando el escaparate.
            -¿Vas a robar a la Barbie Princesa?
            -Sí, ¿por qué no?
            -¿Es que tus padres no te la quieren comprar? Pero… si te lo compran todo.
            -Ese es el problema. Me aburro, nunca me dicen que no a nada, sea lo que sea.
            -Qué exagerada eres.
            -Y a Ken Bombero lo secuestraré la próxima semana a punta de pistola.

(microrrelato que presenté a ReC)

20 de diciembre de 2011

El orfanato

Durante años cada uno de nosotros ha pedido a los Reyes Magos un papá. Ayer llegó uno, el primero; dice que se llama Noel, está gordo y es algo más viejo de lo que nos hubiese gustado pero, mientras llegan el resto de padres, hemos decidido quedárnoslo.
Se parece un poco al director, a quien por cierto no encontramos, pero es mucho más simpático.

(microrrelato escrito para la convocatoria lanzada por La Esfera Cultural, a la que ha llamado: “La otra Navidad” y que fue publicado el viernes)

19 de diciembre de 2011

Sembradora de sueños


Aquí las alegrías, acá los pensamientos, allá las violetas...y así fue llenando de color colores y aromas la gran playa.
Hasta convertirla en un inmenso jardín de sueños posibles.

Microrrelato escrito por Patricia O.  (http://mismusascuenteras.blogspot.com)
Ilustración hecha por Juanlu/Luiyi (http://www.dididibujos.blogspot.com/)

(Si tienes un microrrelato con temática ecologista, no dudes en enviármelo. Si, por el contrario, prefieres ilustrar, ponte en contacto conmigo, esta sección la estamos construyendo entre todos y estás invitado. ¡Muchas gracias!)

18 de diciembre de 2011

Día de pesca

              Volvió a sumergirse.
            En su mundo azul, flotando y volando a un tiempo, escuchando los ritmos de sus vecinos en sordina, rodeado de irreales paisajes a los que no se acostumbraría nunca, el dolor acechaba a la vida como había hecho siempre.
         Elevó la vista a la luz, a lo que para otros es cielo, y no acertó a reconocer el objeto que surgiendo de la nada estaba ahora a su lado. No mucho más tarde aprendió su nombre, los otros lo llamaban cebo.

(microrrelato presentado a la XXVIII Edición del Concurso de Microrrelatos en Bubok y finalista)

17 de diciembre de 2011

Algo alegre y divertido

            Los amigos de La Esfera Cultural me han dado un trío de buenas alegrías y un par de geniales sorpresas.
En el nº 4 he visto publicados tres microrrelatos de los que soy autora: “Desigual batalla” (pag. 15), “La carta” (pag. 17) y “La magia del fuego” (pag. 23), lo cual me ha hecho una ilusión increíble, tanto la publicación como ver mi nombre junto al de tantos conocidos.
Así mismo y, como decía al principio, me han dado dos sorpresas que desvelo ahora: “Desigual batalla” ha sido publicado con el título “Batalla desigual”, ha sido un buen intento pero… amigos, creo que prefiero mi título; y en “La carta” me ha crecido un apellido nuevo que casi hace que no descubra que el micro es mío, pero lo es, ¿vale?
Sea como fuere, gracias, muchas gracias. Y una sonrisa.

16 de diciembre de 2011

Crecer

            Todos los veranos de mi infancia los pasamos en el río, cazando renacuajos y nadando coritos; pero el tiempo pasó y llegó el día en que nos dio vergüenza quedarnos desnudos uno frente al otro. Desde entonces sólo soy un hombre abrasado por el recuerdo de tu piel y tú, la mujer que me rechaza.

15 de diciembre de 2011

La mancha

            Apareció en el fondo de la bañera hace dos días y empezó a crecer, quizás demasiado deprisa, distinta a todas las manchas de suciedad que pueblan la casa. Cuando llegó al borde, no lo rebosó, no se derramó, es densa y espesa. Para entonces yo ya sabía que se movía, pero supongo que al gato lo pilló por sorpresa; después de engullirlo, aumentó sustancialmente de tamaño. Desde entonces ha ido tragándose las puertas, las toallas, las viejas cortinas y creo que no disfrutó el frigorífico vacío. Se ha adueñado de la casa y yo he ido cediendo terreno. La verdad es que nunca he sido muy limpio, nunca fui bueno luchando contra las manchas de suciedad, incluso contra las más pequeñas.
            Ahora está a punto de acorralarme en un rincón de comedor, es mi última oportunidad para escapar por la puerta hacia la calle; pero tengo miedo a lo que hay ahí fuera.

(microrrelato presentado sin éxito al II Certamen de Terror ArtGerust)

14 de diciembre de 2011

El juego

Aunque nos hayan visto eliminarnos los unos a los otros y alegrarnos de la muerte del contrario dando brincos, hemos de decirles que no somos ni racistas ni asesinos. Simplemente obedecemos las reglas del juego y a aquel que nos mira y nos empuja con el dedo.
Sin embargo, en contadas ocasiones, logramos escapar a nuestro cruel destino: cuando el azar nos hace permanecer en casa y sólo somos espectadores pasivos de la frustración de nuestro dictador de turno.
Amarillo, rojo, verde y azul. La vida no es fácil para nadie, independientemente del color del que estés hecho.
Amarillo, rojo, verde y azul. Un juego en el que matamos y morimos mil veces, tras el cual nos encontramos juntos en el cubilete, juntos y sorprendentemente ilesos.

(microrrelato presentado al Concurso de Lamicrobiblioteca, mes de octubre, para hacer un poco de bulto, cosa que hizo estupendamente)

13 de diciembre de 2011

Año Nuevo, vida nueva

Con la primera campanada, se hizo el silencio en la reunión familiar. Con la segunda, busqué su mirada cómplice. Con la tercera, comprobé que él no la devolvía. Con la cuarta, seguí sus ojos. Con la quinta, vi un beso que no era para mí. Con la sexta, volví a él, destinatario de aquellos mimos. Con la séptima, octava y novena las uvas llegaron mecánicamente a mi boca. Con la décima, masticando, empecé a pensar. Con la undécima tragué la fruta, segura de mi decisión. Con la duodécima, me descubrí ansiosa por empezar el año nuevo, mi nueva vida.

(microrrelato escrito para Euro-pa-labra como respuesta a su propuesta de diciembre y publicado ayer)


12 de diciembre de 2011

Emboscados





Hace miles de años, en la selva, una asamblea de árboles soñó al Hombre. Eso los mató.









 
Microrrelato escrito por Ximens
Ilustración hecha por Juanlu/Luiyi

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11 de diciembre de 2011

Un error de cálculo

Por fin quietas sus manos sobre mí, esperé a que el sopor le venciese, tan despacio y dulcemente como yo esperaba alejarme de él.
Estaba contenta. Como tantas otras veces, había escogido bien, tanto el momento como el veneno y la víctima.
Sentí entonces como los músculos de la cara se me entumecían, como se cuarteaba mi sonrisa, como mis manos se aquietan junto a las suyas; hasta que él se movió un poco para verme morir con mayor comodidad y yo, pillada en falta, lo hacía. 

(microrrelato presentado sin éxito a ReC)

10 de diciembre de 2011

La magia del traje rojo


             Odio la Navidad.
Confieso que, en cuanto empieza diciembre, me pongo nervioso.
Veo las luces apagadas aún de un lado a otro de las calles y las siento como una amenaza. Descubro árboles cubiertos de bolas de todos los colores o belenes de cualquier tamaño y las manos empiezan a sudarme. Siento náuseas tanto con los villancicos como con el turrón. No puedo ni tan siquiera pensar en una comida con los compañeros de trabajo o en una cena en familia. Los décimos de Lotería, los niños y los bombos, las sonrisas y las botellas de champán me producen sarpullido. Las tiendas abiertas a todas horas y la gente moviéndose entre ellas como zombis me son repugnantes. Los niños y su cara de tontos me confirman que el ser humano no tiene futuro alguno. En cuanto a…
Afortunadamente, cuando llega el 25 de diciembre y estoy al borde de colapsarme, busco en el fondo del armario mi traje de Papá Noel, confirmo que las manchas de sangre del año anterior son prácticamente indetectables y salgo.
Pasada esa fecha suelo estar más calmado y ya puedo empezar a pensar en lo que quiero pedir a los Reyes Magos.

(microrrelato escrito para la convocatoria hecha por La Esfera Cultural y que fue publicado ayer mismo)

9 de diciembre de 2011

Ajuntar

Palabra infantil que significa admitir como amigo.
Es una palabra unida a mi niñez y realmente muy importante en ella. Recuerdo que la usábamos mucho, cada vez que nos enfadábamos o perdonábamos a nuestros compañeros de juegos y en cada ocasión, varias veces al día, lo hacíamos con mucho dramatismo y seriedad, como si nos fuese la vida en ello.
En cuanto a las definiciones que se apuntan en el diccionario de la RAE, sencillamente no tienen nada que ver con ésta.
Ejemplo: “Había días que me ajuntaba y me desajuntaba cuatro o cinco veces con mis amigas. Ahora que somos cuarentonas hemos decidido ajuntarnos para siempre”.

(quizás quieras participar en todo esto, mira cómo)

7 de diciembre de 2011

En serie

            -El comandante de la Guardia Suiza nunca llegó a cruzar el umbral –dijo el inspector observando el cuerpo.
            Tenía una alabarda clavada en la espalda.
            -No hay muchas personas que puedan manejarla con la fuerza y la destreza necesarias -apuntó el forense.
            -Estoy de acuerdo. El asesino no debe de andar muy lejos. Llévate el cuerpo y cuéntame si encuentras algo, yo empezaré a interrogarlos a todos.
            El inspector apenas echó un vistazo al fallecido mientras se lo llevaban, era un cuerpo que conocía bien, que había amado, y ahora aquel forense iba a destrozarlo. Se sorprendió a sí mismo sintiendo como toda la venganza que había concentrado en el muerto fluía ahora hacia el compañero de profesión que se lo llevaba.
            “Mañana pensaré en ello”, susurró, mientras elegía entre los nombres de los miembros de la Guardia Suiza aquel que sería el culpable.

(microrrelato presentado sin éxito al Concurso de Microrrelatos Getafe Negro)

6 de diciembre de 2011

Una historia de amor

Llamaron a la puerta, fue a abrir y, al hacerlo, encontró a un desconocido frente a ella.
-Se acabó. No puedo seguir así por más tiempo –y con un gesto de dolor, le tendió un paquete-. No, no digas nada. No podría soportarlo. Adiós.
Y se fue, dejándola con la palabra en la boca.
Tras quedarse sola y volver a entrar en casa, abrió el envoltorio y descubrió que aquel hombre le había escrito decenas de cartas de amor y que, del mismo modo que hablaba sin cesar de poner fin a aquella absurda historia, repetía una y otra vez que la quería aunque no se atreviese a decírselo nunca.
Al día siguiente, ella escribió una carta para él, la primera de muchas, la metió en un sobre y la echó en el buzón mientras empezaba a temblar como una hoja.
Sí, ella también era tímida.

(microrrelato publicado en el nº 26 de Pseudònims, en esta ocasión la palabra clave era “desconocidos”)

5 de diciembre de 2011

Compensación

            -Sois el único acierto que justificaría todos mis errores -murmura dulcemente a lo que esconde el hueco de sus manos-. Pero me conformo conque viváis.
            Se agacha hasta sumergir las manos en el agua de la orilla.
          Las pequeñas criaturas, liberadas a su hábitat de origen, se alejan impulsadas por el débil aleteo de sus extremidades.

Microrrelato escrito por Montse Aguilera (http://letrasparapasarunrato.blogspot.com/)
Ilustración hecha por Juanlu/Luiyi (http://www.dididibujos.blogspot.com/)



(Si tienes un microrrelato con temática ecologista, no dudes en enviármelo. Si, por el contrario, prefieres ilustrar, ponte en contacto conmigo, esta sección la estamos construyendo entre todos y estás invitado. ¡Muchas gracias!)

4 de diciembre de 2011

El trío

Alguien le dijo que su mujer había sido vista con otro hombre y sólo pudo sentir el miedo de perderla, atenazándole. Tras muchas dudas, se armó de valor y habló con ella. Ella le aseguró que estaba enamorada de los dos, que prefería seguir disfrutando de la compañía de ambos pero que, si aquella situación le hacía daño, podían romper su matrimonio y seguir cada uno por su lado.
Se abrió un periodo de reflexión, conoció al nuevo hombre en la vida de su mujer, una persona muy agradable, y acabaron por probar contra todo pronóstico un matrimonio a tres bandas.

2 de diciembre de 2011

Experimento 111202001

Colocó el muñeco en posición, tiró de la cadena y esperó. El chiguito concluyó: “El surf no es divertido”.

1 de diciembre de 2011

La sesión

Jugábamos en el cuarto del fondo. Cecilia machacaba una galleta para hacer la cena de las muñecas y yo recogía lo que había sido una escuela.
Fue entonces cuando oímos la voz de mamá, llamándonos por nuestros nombres.
Cecilia y yo dejamos los juguetes inmediatamente, nos cogimos de la mano y salimos a su encuentro. Atravesamos la pared y pronto descubrimos que, aunque nos podía oír, no había forma de que nos viese. Nos alegramos mucho, porque seguro que a mamá no le gusta el aspecto que tenemos desde el accidente.

(microrrelato presentado sin éxito al II Concurso de Microrrelatos Bernardo Del Carpio)

29 de noviembre de 2011

El Dakar

Llevaba dos días subido en la moto, pero parecían cientos. Cubiertos de polvo, irreconocibles, habíamos subido y bajado dunas; habíamos atravesado valles; habíamos escapado de no pocas trampas; habíamos visto caer a algunos compañeros y los habíamos ayudado. La carrera más dura del mundo bien valía todo aquello y yo, una vez más, tenía la ocasión de disfrutarlo.
Hasta el momento, mis ojos resecos, clavados en el suelo del desierto, escudriñándolo, no habían tenido la ocasión de admirar el paisaje; sin embargo ahora, mientras esperaba la asistencia, levanté la mirada. En ese momento el espacio me aplastó, la soledad me cercó, el sol y la sed me quemaron las entrañas. Fui pequeño, insignificante; estaba solo y perdido, nadie podía ayudarme. Y empecé a llorar como no lo había hecho desde hacía años.

(microrrelato publicado en la Antología V Premio Orola “150 autores, 150 vivencias”)

28 de noviembre de 2011

Tierra 2.0


          Su misión estaba suficientemente clara y, como ordenador, cumpliría con ella.
Cuando determinados niveles en la atmósfera, en el agua o en el aire fuesen superados o no alcanzados, él simplemente despegaría y se alejaría del planeta muerto poniendo a salvo al Banco Mundial de Especies Terrestres. Después buscaría uno nuevo, un lugar en el espacio en el que la terraformación fuese viable y lanzaría la bomba cargada de vida para iniciar una nueva evolución.
       Comenzaría así la construcción de una nueva Tierra, una versión mejorada del original, en la que un científico, un hombre, no había tenido el valor de eliminar a la razón última de todos los problemas: el virus, un hombre como él era.




Ilustración hecha por Juanlu/Luiyi (http://www.dididibujos.blogspot.com/)



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27 de noviembre de 2011

Vacaciones de estrés

            Justo lo que necesitaba, lo que se merecía: una buena siesta, una hamaca y ver como las nubes se movían sobre su cabeza.
            Cuando le dijo a su novia que durante una semana iba a estar haciendo nada en el pueblo de su abuelo; ella contestó que prefería un spa, un masajista, un tratamiento de belleza o cualquier otra cosa.
            Era su primera tarde allí y... era todo tan vulgar, tan sucio, tan sencillo y barato que le resultaba absurdo e incomprensible.
            Sólo una hora más tarde sentía que ya había pasado una vida, una vida larga y aburrida llena del chirriar de la mecedora, de los molestos botes de una pelota, de las preguntas constantes de un niño, de la pesadez de las moscas, del movimiento de las orejas de aquel sucio burro o lo que fuese, de…
            A la mañana siguiente subió a su deportivo, hizo una llamada, se puso las gafas de sol de marca y estuvo listo para continuar con su vida.

26 de noviembre de 2011

Una decisión apresurada

           “Muerto pero mío”, susurró mientras introducía el veneno en la copa.
         Justo después de beber el champán, su hombre, su amor, achispado y charlatán, se lo confesó todo: “Espero que me perdones y que te alegres”, comenzó, “ayer presté las llaves de casa a mi hermano, para un revolcón con la amiga que le habíamos presentado”.
           A la celestina se le congeló la sonrisa en la cara. Al marido, una pregunta cuya contestación no llegaría a oír mientras su corazón se paraba.

(microrrelato presentado sin éxito a ReC)

25 de noviembre de 2011

Rendibú

Agasajo que se hace a alguien, por lo general con la intención de adularlo.
Esta palabra ha llegado a mí gracias a Paloma Hidalgo quien creo que la aprendió de su abuela. Cuando la leí por primera vez (no la conocía), aparte de parecerme genial, simpática y ocurrente, supuse (y acerté) que viene de la palabra francesa: rendez-vous. No esperaba en absoluto que estuviese en el diccionario pero está y ya hace tiempo que la hicimos nuestra, con esa “b” y ese acento en la “u” que tanto me gustan. Ahora sólo tenemos que no olvidarla.
Ejemplo: “No esperes que a tu hermano le haga el rendibú, sabes que no le aguanto; date con un canto en los dientes si le saco unas aceitunas”.

(quizás quieras participar en todo esto, mira cómo)

24 de noviembre de 2011

¿Cara o cruz?


-Cruz -contestó Jesucristo.

(éste es uno de los microrrelatos que, convertidos en marcapáginas por Triple C, pasearon por las IV Jornadas Nacionales de Minificción, celebradas en Mendoza, Argentina)

23 de noviembre de 2011

Anaconda


         Ansiando ser cinturón, la serpiente se enroscó en la cintura de la mujer y empezó a apretar, buscando solamente la forma de lucir perfecta en una nueva cintura de avispa.



(éste es uno de los microrrelatos que, convertidos en marcapáginas por Triple C, pasearon por las IV Jornadas Nacionales de Minificción, celebradas en Mendoza, Argentina)

22 de noviembre de 2011

Sin ruido


Me miró con extrañeza, como si no pudiese reconocerme y se fue. Estaba segura de que daría un portazo, como siempre; pero no fue así. Cerró la puerta tranquilamente y sentí que todo se había roto. Que yo lo había roto.


(éste es uno de los microrrelatos que, convertidos en marcapáginas por Triple C, pasearon por las IV Jornadas Nacionales de Minificción, celebradas en Mendoza, Argentina)

21 de noviembre de 2011

Para gustos, colores


El último cuadro expuesto llama poderosamente la atención.
Muestra un mural que ocupa todo el ancho de la pared que recibe más luz y un alto de metro y medio.
Lo que más destaca es el amplio espacio en blanco comprendido en el centro; el extremo izquierdo muestra un paisaje marino de colores vivos, un mar azul turquesa golpeando una orilla arenosa de un tono de oro tostado. A la derecha casi el mismo paisaje en gamas grises, con un mar adormecido por la contaminación condensada en sus aguas.
Y en la pequeña reseña un mensaje del pintor junto a una bandeja que reposa en una mesita, conteniendo una paleta y diversos pinceles y pinturas.

"No. No está inacabado. Simplemente pensé que aquí pintamos todos. La elección es suya; puede dejarlo como está o elegir un extremo.
Saludos afectuosos.
            El autor."

Microrrelato escrito por Montse Aguilera 
Ilustración hecha por Juanlu/Luiyi

(Si tienes un microrrelato con temática ecologista, envíamelo y lo publicaré aquí junto a los otros. ¡Muchas gracias!)

20 de noviembre de 2011

El más grande de todos









Todos los cipreses crecían altos, pero él se quedó pequeñito. No quería alejarse del suelo y no poder escuchar a las cosas pequeñas que allí vivían.







Microrrelato que me ha regalado Citizen_0, del blog: Había palabras, pero no servían de mucho, con motivo del primer cumpleaños de este blog.
La ilustración es de Juanlu/Luiyi (http://www.dididibujos.blogspot.com/)

19 de noviembre de 2011

Especial Elecciones 20-N

            Día de reflexión
            Pronto se pudo ver que de no pocos hogares españoles salía humo y es que… ¡la pregunta era tan difícil!

            Indignados
            Los candidatos tomaron la plaza porque sus votantes eran ingobernables y no hacían más que darles problemas.
            Días más tarde, los votantes limpiaron la plaza.

            For presidents
            Desde que la democracia lo es, cada cierto número de años, los candidatos nos piden que elijamos a uno de entre ellos para gobernarnos.
            La pregunta es: ¿cuándo ellos nos elegirán a nosotros para hacerlo?

            Crisis
            Los candidatos hacían como que querían ganar pero, en realidad, no querían ser elegidos para no tener que poner el cascabel al gato.

18 de noviembre de 2011

Año Uno

El día 17 de noviembre del año 2011 este blog cumplió un año. Para celebrarlo, hubo lluvia de cuentos.

¿Estaba buena la manzana, Blancanieves?

“…………………………………”

Al paso del patito feo

-¡Guapo!

Descubriendo a Ricitos de Oro

-¡Papá, mamá!

El país de nunca jamás

-Nunca jamás… ¿qué?

Un título alternativo para un cuento clásico

Un “trío” de cerditos.

¿James Bond?

-No, Miedo, Juan sin Miedo.

Visionario

Barba Azul era punk, sin saberlo.

El timo

-¿Habichuelas mágicas?
-Sí, eso me han dicho.

¿Alguien los contó?

¿Los siete enanitos eran siete? ¿O es cuento?

Campanilla

La pequeña hada no era recargable, iba a pilas.

17 de noviembre de 2011

Náuseas

Hansel y Gretel no volvieron a probar el chocolate, nunca.

El maravilloso traje

Desde aquel día, no era extraño ver al emperador paseando desnudo.

Obsesión lobuna

Capaz de todo por estar a solas en la cama con Caperucita.

Los músicos de Bremen

No lograron nunca que uno de sus discos escalase las listas de superventas.

Una interminable búsqueda

Pulgarcita nunca quiso creer que “Los viajes de Gulliver” eran ciencia ficción, sólo eso.

En frascos pequeños

La Sirenita creó un perfume que no tuvo demasiado éxito. ¿Su nombre? “Ô de Sardinas”.

Histeria

Después de “aquello”, Ali Baba empezó a cambiar la contraseña de su cueva cada doce horas.

La barbacoa

-Sabía yo que Bambi, el llorón, tenía que estar bueno -dijo el desagradable ogro chupándose los dedos.

Beso y sexo

El príncipe la besó y la Bella Durmiente, pícara y más encantada que nunca, siguió haciéndose la dormida.

Papá Noel

Como cada Navidad, el lobo se acercó a la casa de Caperucita y le pidió prestado el traje rojo.

16 de noviembre de 2011

Le faltaba algo

Durante las largas tardes de invierno, la hormiga sólo echó de menos una cosa: las canciones idiotas de la cigarra.

La princesa del guisante

No pudo dormir por culpa del guisante. Lo cierto es que todo la molestaba.
Incluso el príncipe jamás pudo tocarla, nunca.

La princesa y… ¿el guisante?

Le prepararon una cama con veinte colchones y ella, que padecía vértigo, evidentemente no pudo dormir.
Nunca entendió la historia del guisante.

Pirómana

Antes de que las cerillas se acabasen, la vendedora de fósforos decidió hacer un fuego y calentarse.
Los bomberos llegaron tarde de nuevo.

Fiebre del sábado noche

Garbancito asomó la cabeza al puchero en el que el cocido se hacía. Pensó: “¡Vaya fiesta!” Y sin apenas pensarlo, se tiró de cabeza.

Estrecheces

El genio sólo podía conceder tres deseos. Sin embargo, el verdadero problema era salir de la estrecha lámpara sin gastarlos y por sus propios medios.

Prensa rosa

-¿Qué desean comer los señores?
-Perdices -contestaron a un tiempo los príncipes, queriendo de este modo poner fin a las absurdas habladurías sobre sus reales desavenencias.

Cuestión de gustos

La madrastra de Blancanieves le ponía los cuernos al rey, no con un paje o un caballero, a ella quien le gustaba de verdad era el espejo.

Delito urbanístico

Oz es el único país en que los senderos no son de tierra, son de baldosas amarillas. Y es que alguien “untó” al mago, no fue otra cosa.

Esto es gloria

La Bella Durmiente hablaba sin parar, por eso el castigo fue dormirla.
Y cuando se calló, los miembros de la corte empezaron por recuperar las horas de sueño perdidas.

15 de noviembre de 2011

Falta personal

Los tornados en Estados Unidos ocurren porque, desde que el mago de Oz se fue con Dorothy, su puesto sigue vacante y el país está a merced de las brujas.

Volar como sea

Peter Pan les dijo: “Campanilla os ayudará. Basta con que os eche un poco de polvo mágico para que podáis volar”.
Y así fue. Era un polvo blanco, para más señas.

La esquiva rana

Con el tiempo la rana que era un príncipe encantado desarrolló gustos extraños. Y lo que es más importante, logró que ninguna de aquellas feas y babosas princesas le diese un beso

Por mucho que el tiempo pase

Cada vez que entreveía la ajada caperucita roja moviéndose entre los árboles, su corazón comenzaba a cabalgarle en el pecho y olvidaba por un momento sus achaques, su vista cansada, su desdentada boca.

Toda una carrera

Durante su infancia leyó y vio “Blancanieves” infinidad de veces. Por eso le gustó descubrir, años más tarde, que Mudito había conseguido dar el salto al cine como Harpo, el de los hermanos Marx.

Cuentos y más cuentos

El Rey Midas, aquél que convertía en oro lo que tocaba, no tiene nada que ver con la gallina de los huevos de oro. No era un cobarde como dicen algunos, eso es otro cuento.

Resaca

Apenas fue un instante. Creí ver al Conejo Blanco pasar a mi lado a la carrera, pero no le seguí; no estoy seguro de qué tomé anoche en la fiesta pero sé que no soy Alicia.

Las napias del vecino

Tenía una nariz, inconmensurable, definitiva. Gracias a ella le apodaron Pinocho y, aún hoy, siempre había algunos que le preguntaban riéndose en qué mentía.
Sin embargo él siempre supo la verdad: su padre sí que era mentira.

Hormonas

Por todos es sabido que Peter Pan no quería crecer, hasta que los Niños Perdidos lo hicieron, olvidaron jugar y comenzaron a salir con chicas. Sólo entonces empezó a pensar que quizás se perdía algo, a tener dudas.

Los tiempos cambian

El príncipe decidió que su esposa no sería ni la Bella Durmiente ni Blancanieves; optó por la Cenicienta, una princesa trabajadora y del siglo XXI, esperando que aquella decisión le proporcionase más votos entre los sindicalistas y las feministas.

14 de noviembre de 2011

¡Hombres!

Durante un tiempo la relación entre Bella y Bestia funcionó sin fisuras; sin embargo, con el tiempo, a Bella empezaron a salirle algunas arrugas mientras que Bestia lograba disimularlas sin problemas.
¿Quieres saber que pasó? Bestia huyó con una jovencita.

Maquillaje

Cubierto de polvo y sediento, con la espalda machacada y el sudor recorriéndole el rostro, el príncipe encantador no parecía gran cosa. Por eso, antes de acercarse a la urna de la Bella Durmiente, contrató los servicios de un dibujante experto.

No todo es mentira


La criada apartó de sus ojos el cuento que acababa de leer: “La Cenicienta”, mientras afirmaba enojada: “Las hadas madrinas no existen”.
No mucho después empezaba a limpiar una vieja lámpara, sin saber que de ella saldría un genio, otra invención absurda.

La bella y la bestia


La Ratita Presumida, ya vieja, aún lamentaba haber dejado marchar al Ratoncito Pérez junto al que pudo haber sido famosa y feliz.
Y el dolor había hecho que pusiera título a esa oportunidad perdida: “La bella y la bestia”, decía entre lágrimas, rencorosa.

Rapunzel

La joven, harta de que tanto la bruja como su amado príncipe subiesen a la torre trepando por su pelo, lo vendió a un fabricante de pelucas y compró una escalera de mano.
Los Hermanos Grimm nunca quisieron hacer pública esta versión del cuento.

Transfusión

El flautista de Hamelín vació la ciudad de ratones y de niños. Los ratones murieron ahogados pero… ¿qué ocurrió con los niños? La respuesta hay que buscarla en otro cuento, los llevó al País de Nunca Jamás, ¡los Niños Perdidos de Peter Pan son ellos!

La casita de chocolate

Una vez que Hansel y Gretel acabaron con la malvada bruja, la casita de chocolate salió a subasta. Creo recordar que fueron los tres cerditos quienes la adquirieron pero, como nadie la ha vuelto a ver nunca, muy posiblemente sólo la compraron y se la comieron.

Caprichosa es la fama

Había edificado aquella casa con sus manos. Había dado cobijo a sus hermanos cuando lo habían necesitado. Había sido buen vecino.
Sin embargo parecía que nunca lograría ser famoso por si mismo, que sólo bajo la marca “Los tres cerditos” pasaría a formar parte de la historia.

Un error garrafal

El Ratoncito Pérez y la Ratita Presumida se conocieron en una fiesta. Él la encontró inalcanzable; ella pensó que él era vulgar. Se equivocó; si hubiese calculado los regalos que aquel Ratón dejaba a los niños, habría visto que era rico y generoso, justo lo que ella buscaba.

El porqué de las cosas

El propio sultán Shahriar propuso el título del libro que acababa de escribir Sherezade. “Las mil y una noches”, dijo entre bostezos, más que harto, esperando que ella pillase la indirecta y pusiese fin a la extraña costumbre que había adquirido: hablar sin parar hasta que él caía dormido.

11 de noviembre de 2011

Cumpleaños

El próximo día 17 este blog cumplirá un año.
A falta de confeti y velas, he pensado celebrarlo con una lluvia de microrrelatos que durará cinco días consecutivos empezando el próximo lunes 14.
Durante un tiempo planeé concentrar todos los microrrelatos en un solo día pero, por miedo a que me negaseis la palabra, he decidido ser un poco más prudente.
De modo que, no lo olvidéis, salid a la blogosfera con un paraguas y un poco de paciencia que… ¡un año no se cumple todos los días!

10 de noviembre de 2011

Campo minado

           En cuanto se despertó, sintió su ausencia, el vacío y el frío al otro lado de la cama, el silencio de la respiración que no estaba allí.
            Más tarde, mientras se duchaba, se equivocó y cogió su gel; desde ese momento ya todo olió a ella, incluso él.
            Unas cosas le fueron llevando a otras.
           Un rayo de sol iluminando el que había sido su sitio en la mesa de la cocina. Un cuadro que habían elegido juntos, que aún estaba allí. El montón de libros que vendría a recoger una tarde de éstas. Las revistas a las que estaba suscrita. Algunos recibos, algunas cartas. Un par de bolsos, unos guantes, un frasco de perfume aún sin empezar.
            Ella se había ido de casa pero había dejado tras de sí un campo minado, un lugar en el que él pisaba sin querer un recuerdo y la pena explotaba sin avisar arrancándole el corazón de cuajo.

8 de noviembre de 2011

Palillos

            Después de haberse tragado a los tripulantes del barco el tiburón, consciente de la importancia de una buena higiene dental, usó los restos de la embarcación para eliminar la carne que se le había quedado entre los dientes. 

7 de noviembre de 2011

Querido usuario


            Soy culpable, no me importa reconocerlo, asumo mi  parte de culpa en tu desastrosa situación económica y  por eso entiendo que te quieras deshacer de mí. Cógeme con suavidad y libérame poco a poco de mi última morada; después méteme en la caja para evitarte problemas, sabes que soy frágil. Entiérrame al fondo del trastero y diles a tus nietos dónde encontrarme, porque algún día las bombillas incandescentes volveremos a tener valor en el mercado de coleccionismo de antigüedades. 

Microrrelato escrito por Paloma Hidalgo (http://unlibroesunjardindebolsillo.blogspot.com/)
Ilustración hecha por Juanlu/Luiyi 

(Si tienes un microrrelato con temática ecologista, envíamelo y lo publicaré aquí junto a los otros. ¡Muchas gracias!)

Etiquetas: Ecologistas (Envíame uno)

6 de noviembre de 2011

Memorias

             Tenía poco tiempo y un problema: ¿cómo resumir en la medida de un cuento la extensión y la profundidad de una vida?
           La mano cogió el lápiz y supo entonces cuales eran las palabras: “Nací. Viví. Nada más. Nada menos”.

4 de noviembre de 2011

Explosiones

Harto de oír las continuas quejas de su esposa, de sus hermanos, de su madre, del camarero, del mecánico, de un desconocido, de sus hijos,…; harto de oírles lamentarse por la economía del país, por las colas del paro, por la falta de dinero, por las vacaciones postergadas, por la cola del cine, por el tiempo que hace, por la programación, por madrugar, por tener que ir a trabajar, por… Sencillamente harto, ¡explotó!
Dos segundos después todos volvieron a redoblar sus quejas: por las manchas de sangre, por el ruido ensordecedor, por las esquirlas de huesos que había por todas partes, por inoportuno, por lo excesivo, por haberles sorprendido, por no haber aprendido nada escuchándoles, por no avisarles, por quizás tenérselo merecido, por su persistente silencio, por su tez pálida y (en esto todos estuvieron de acuerdo) por haber sido toda su vida un soso y un triste.

3 de noviembre de 2011

Con Pseudónims hasta la eternidad

El microrrelato “La eternidad”, que ya publiqué hace tiempo en este blog, ha encontrado un hueco en el nº 25 de Pseudònims. En esta ocasión la palabra clave era “ruido”.