31 de marzo de 2013

PFD y Hugo (11)

fotografía hecha por Jose Luis Rafael
“El tejido me está quedando fuerte y bonito. Seguramente cazaré algo para la cena. Pero...¡Ey! ¿Qué haces? ¿Desde tan cerca y con flash? ¡Me tomas despeinada y se me verán las arrugas! ¡Y fíjate: me has ahuyentado una deliciosa mosca!”

Texto escrito por Hugo

30 de marzo de 2013

PFD y Hugo (10)

fotografía hecha por Jose Luis Rafael
        “¡Mira, tú! Haberme destacado en las más fastuosas cortes de la Europa imperial, para terminar aquí, condenado a ya no hacer reir. Todavía no me resigno, he sido un hombre íntegro, y no creo merecer esto. Yo, amigo de los amigos, en el que todos confiaban ciegamente.
Les aseguro que eso no ha cambiado: pueden confiarme los secretos más profundos, peligrosos o escandalosos. Nadie los sabrá por mi. ¡Soy una tumba!”

Texto escrito por Hugo

29 de marzo de 2013

Escuajeringarse, descuajeringarse

Estropear o desarmar algo, destruirlo, desarmarlo en las partes que lo constituyen. Partirse, romperse, estropearse.
Sin embargo en la RAE, con el mismo significado, se encuentra descuajaringar. No obstante, yo prefiero las palabras que acabáis de leer; y para convenceros y apuntarme un tanto, voy a usar el propio diccionario. Si buscas en él: jaringar, la raíz del verbo que el mismo diccionario propone, éste te envía directamente a: jeringar, la raíz de las palabras que yo propongo; o dicho de otro modo, las palabras que propongo yo tienen como base la raíz que el propio diccionario defiende. No puede estar más claro.
Ejemplo: “Los ladrones no sólo se limitaron a entrar en la casa, lo descuajeringaron todo sin contemplaciones”.    

(quizás quieras participar en todo esto, mira cómo)

27 de marzo de 2013

Liebster Award



            La semana pasada Mónica Brasca, autora del blog “Papeles sueltos”, el cual debería de ser seguido no sólo porque lo diga yo sino porque ha ganado ya en dos ocasiones el concurso que convoca La Microbiblioteca, tuvo la amabilidad de  concederme el premio: “Liebster Award”, mención que agradezco gustosa. Lo que me recuerda otro asunto que tengo pendiente con ella: su invitación a participar en la Marina de Ficticia, llegándome incluso a facilitar unas breves instrucciones de uso.

            Dicho esto, voy a intentar ahora cumplir con la mención y prometo (una vez más, sí, otra vez) apuntar como “maravillosa tarea pendiente” lo de la Marina (aunque me temo que ya lo tenía apuntado y es que sencillamente no he podido ponerme). 

            Como quizá sabéis, la aceptación del premio implica realizar algunas tareas pero… ya veremos.
1. Nombrar a quien lo concedió y agradecerlo: Puede repetirlo todo otra vez, pero creo que bastará con que os quedéis con cuatro palabras: Mónica Brasca, Papeles sueltos.
2. Contestar las 11 preguntas que aparecen más adelante.
            1. ¿Cómo surgió el blog?
            Me había autoeditado unos libros en Bubok y un blog pareció ser una buena idea para: sacar a la luz textos y dejar de corregirlos, usarlo como almacén, probar cosas nuevas…
            2. Una afición.
            Un restaurante, una obra de teatro, una película. Un libro. Una hoja o una pantalla en blanco. Cocinar, leer recetas.
            3. Una manía.
            En cuanto me despisto hago una lista (véase la respuesta anterior); en caso de duda, dos.
            4. Un sueño por cumplir.
            Desde un punto de vista puramente “literario”, seguir escribiendo y lograr poner en práctica algunos de los proyectos o ideas que tengo en la cabeza.
            5. Un color.
            El negro me llama siempre; por eso y para compensar, miro con buenos ojos a todos los colores que puedo.
            6. No puedo vivir sin...
            ¿Mis listas? No, es más correcto decir que no puedo vivir sin hacerlas.
            7. ¿Película romántica o de miedo?
            Ni una cosa ni otra o quizás las dos. Soy poco de etiquetas, para algunas cosas prefiero las mezclas.
            8. Estación del año favorita.
            Primavera, cuando los días se alargan y empieza a calentar el sol.
            9. Un proyecto.
            Por mencionar alguno: llevar a buen puerto a PFD, es decir, publicar un micro y una foto cada día del 2013; esperar a que los lunes ecologistas se apaguen suavemente; ocupar ese hueco con una historia futurista, catastrofista y fragmentada, que será mejor cuantos más registros tenga, en la que todos podríais participar si quisierais...
            10. Un libro.
            ¿Sólo uno? Imposible.
            11. Una persona que me inspire.
            Sería más correcto decir que me inspiro en lo que otros hacen, les robo pequeños pedazos (frases, imágenes, ideas) en los que creo ver posibles gérmenes de historias, algo así como esquejes.

3. Decir 11 cosas sobre ti.
Pero… ¿no acabo de contestar once preguntas?

4. Conceder el premio a 11 blogs con menos de 200 seguidores.
Estoy suscrita a más de 150 blogs, con eso he dicho todo.

5. Formular 11 preguntas que deberán contestar los blogs premiados.
No, sólo una: ¿mantendréis vuestros blogs abiertos?

6. Seguir al menos al blog que te ha otorgado el premio.
Parece lo justo.

7. Informar a los blogs a los que les das el premio.
Pero, ¿de qué queréis que os informe?, ¿es que no me leéis TODOS?

            Y, una vez más: Mónica, muchas gracias.

26 de marzo de 2013

PFD y Hugo (9)



fotografía hecha por Jose Luis Rafael
          “El viaje ha sido largo. No tanto por la distancia, como por la angustia del regreso. Me fui empujado por un dolor atroz, que parecía imposible de soportar. Hay cosas que duelen en el fondo del alma, ¿sabes? Pero ya ves, aquí estoy. Llegando ante tu puerta, como tantas veces, aunque ya no soy el mismo. Mi espalda ha cedido al peso del sufrimiento, mi cabeza luce unas cuantas canas más que la última vez. Y mis manos… Mis manos, otrora fuertes y cálidas, ahora tiemblan ateridas, sin atreverse a tomar el picaporte.
            Detrás de la puerta, tendrás –espero- las respuestas que he venido a buscar”.

Texto escrito por Hugo
(blog: De musas y otros cuentos)
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Después de leer el texto de Hugo, parece que en cualquier momento vaya a surgir una mano moviéndose hacia ese pomo, ¿no creéis?

25 de marzo de 2013

Me nace naturaleza






El peso del aire sucio me achaparra, respiro con dificultad, me cuesta llenar mis pulmones con esta concentración de gases grises. Todas las noches sueño con las montañas, los bosques y el mar abierto y que el aire que respiro me llena de vida. Hoy, al despertarme me he sentido ligera, como si mi peso no me atara al suelo. Al mirarme en el espejo no he podido reprimir una carcajada. De mi cabeza ha surgido un bosque, un verde y frondoso bosque.


Microrrelato escrito por Rosa M.
Ilustración hecha por Juanlu/Luiyi


(Si tienes un microrrelato con temática ecologista, no dudes en enviármelo. Si, por el contrario, prefieres ilustrar, ponte en contacto conmigo, esta sección la estamos construyendo entre todos y estás invitado. ¡Muchas gracias!)

24 de marzo de 2013

PFD y Hugo (8)

El pasado 14 de marzo en PFD publiqué este microrrelato:

Extrañas parejas
Cargados con un móvil, una agenda electrónica y un portátil vivían jornadas maratonianas durante las cuales se llamaban y hablaban de trabajo. A veces, se decían que se querían y repetían otra vez que, más adelante, construirían una familia.
Se engañan. No ven como cada día ceden más de su tiempo a esas empresas para las que trabajan, no entienden que ya están casados y que no son los dueños de sus vidas.
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            Sin embargo, tras la publicación, dejé una crítica a dicho micro e indiqué que me parecía plano.
Hugo (blog: De musas y otros cuentos) con mucho cuidado y prudencia, me ha mandando una segunda versión del mismo. Ésta:

            La versión de Hugo: Extrañas parejas
            Cargados con un móvil, una agenda electrónica y un portátil, viven jornadas maratonianas, durante las cuales se llaman y hablan de trabajo. A veces, se dicen que se quieren, y repiten que, más adelante, construirán una familia.
            Se engañan. No ven como cada día ceden más de su tiempo a esas empresas para las que trabajan, no entienden que ya están casados y que no son los dueños de sus vidas.
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            Como podéis comprobar, él ha decidido mantener el tiempo verbal e incorporar algunas comas; pero, ¿y tú?, ¿qué opinas?, ¿qué harías, qué prefieres?

23 de marzo de 2013

PDF y Hugo (7)


fotografía hecha por Jose Luis Rafael

“Acostumbraba salir por las callecitas del barrio, caminando despacio y aspirando el aroma de las flores. Me gustaba deleitarme con los colores de las casas, con los espléndidos retazos de cielo que se dejaban ver por entre los techos de tejas. Me cruzaba con los niños, absortos en sus juegos, y volvía a ser uno de ellos, allá en mi lejana infancia.
Pero la semana pasada me han colocado la antena de televisión, y ahora, cuando termino de repasar la programación de los trescientos cincuenta canales, ya no me queda tiempo para salir”.
Texto escrito por Hugo

Y ya si veis, como yo he visto, a alguien pegado al televisor dentro de una de esas casas, os echáis a llorar.

22 de marzo de 2013

Chisme / Pichurro

Palabras comodín que sirven para designar a cualquier objeto cuyo nombre no se conoce o no se recuerda.
¿Y que dice la RAE? Chisme dice que es una noticia verdadera o falsa, un comentario; o una baratija o un trasto pequeño. Y en cuanto a pichurro, permanece muda, razón por la cual yo me extiendo un poco más, porque se sabe menos.
Encuentro, investigando un poco, que en el Diccionario de Americanismos un pichurro es un niño, supongo que por esto a veces se usa para llamar a un hombre de forma cariñosa. Descubro, con sorpresa, que Pichurro debe de ser como Pepe a Jose, pero no he averiguado a qué nombre propio adjudicárselo. Y también que, para algunos, es una unidad monetaria, dinero.
Ah, y una cosa más. Para mí, pichurro es un chisme y, con frecuencia, un chisme con forma más o menos alargada. Quizás a causa de ese “pi-“ de inicio. No acabo de saberlo.
Ejemplo: “Estoy harta de tantos chismes en la tele, pásame el pichurro ése y cambio de cadena”.

(quizás quieras participar en todo esto, mira cómo)

21 de marzo de 2013

Economía doméstica



           Las cuentas no salían, por eso celebraron una reunión de urgencia en la cocina bajo la luz del fluorescente. En ella acordaron algunas cosas importantes: el padre reduciría el consumo de cerveza, la madre, los cafés con las amigas y el hijo, las chuches; sin embargo, continuarían invirtiendo en salud y en educación. De modo que, a pesar de los recortes, creyeron justificado y hasta pensaron que era buena idea: comprar lana para tejer algunas bufandas, que el niño siguiese yendo a las clases de inglés y comer más legumbres.
Algunos días más tarde, llamaron al timbre de la casa. La madre fue a abrir y, en cuanto vio que eran tres hombres de negro, cerró la puerta dejándoles con la palabra en la boca y volvió al comedor.
-¿Quiénes eran? –preguntó el marido
-Unos vendedores de tijeras de la marca “Troika”. Según me han dicho las vecinas, las tijeras cortan fatal y a ellos es mejor no dejarles decir ni pío.
-¿Y eso?
-Parece que tienen una publicidad muy agresiva y, en cuanto te despistas un poco, te entran en casa.

(entrada que participa en la convocatoria: Primavera de microrrelatos indignados 2013)

20 de marzo de 2013

PFD y yo (4)

          Después de haber estudiado la carrera de Físicas y de estar unos cuantos años escribiendo a tontas y a locas, la autora de este blog está en disposición de demostrar que:
            “La literatura, en ocasiones, cumple con la propiedad simétrica de la igualdad”.
            Es decir, que: si a = b, entonces b = a.

            Demostración:
Bacanal” es un puzzle.
Y “El puzzle” es una bacanal.

18 de marzo de 2013

El hijo

El padre está en mitad de la habitación, siguiendo los movimientos del hijo, éste se mueve con la elasticidad de un gato mientras va guardando cosas en la mochila que hay sobre la cama.
-¿Qué puedo hacer para que no te vayas?
-No puedes hacer nada, padre, sabes que la decisión está tomada. Lo hemos hablado antes.
El joven evita mirar a su progenitor, a quien hoy ha descubierto más pequeño que nunca. El padre se retuerce las manos.
-¿Te vas porque he hecho algo mal?
El hijo se para frente a él. No puede consentir que se sienta culpable, no cuando está a punto de irse.
-Tú no has hecho nada malo, papá, y lo sabes. Toda tu vida has trabajado como un animal para darme una buena educación. Me has dado la oportunidad de aprender, de elegir y ahora, gracias a ti, puede salir a luchar por lo que creo que es necesario y justo. Papá -añade-, sabes que no puedo mantenerme al margen, que no puedo meterme en un despacho y mirar a otro lado. Quiero hacer algo, tengo que hacerlo.
El padre asiente, el chico no le ha mentido nunca; sin embargo, ni aún sintiéndose tan orgulloso como se siente de él, consigue acallar el miedo.
Toda la vida ha trabajado para los madereros y ahora su hijo quiere luchar contra ellos. Lo enseñó a amar tanto la selva, tan profundamente, que ahora quiere protegerla. Y aunque no tiene nada de qué arrepentirse, nunca han hablado de esos muchachos con ideales que desaparecen de un día para otro, nunca han sido eco del ostentoso desprecio de aquellos que le pagan. Hasta hoy no se había puesto en el lugar de esos padres que pueden llegar a perder lo que más quieren, a cambio de que la naturaleza tenga a alguien dispuesto a luchar de su lado; e intuye que, desde el momento en que el hijo se vaya, el dolor se hará dueño de su cuerpo, las lágrimas de sus ojos y el silencio de la casa.

(Si tienes un microrrelato con temática ecologista, no dudes en enviármelo. Si, por el contrario, prefieres ilustrar, ponte en contacto conmigo, esta sección la estamos construyendo entre todos y estás invitado. ¡Muchas gracias!)

17 de marzo de 2013

PFD y Hugo (6)


fotografía hecha por Jose Luis Rafael

          “Falta muy poco para que pase el tren a la costa. Ella debe estar en la estación, ansiosa por subir, con el corazón cerrado a todo lo que deja atrás.
Manuel ha venido al campo, donde cuido los cerdos, para avisarme. No lo he pensado dos veces: me he subido al tractor, y allá voy, a intentar detenerla.
¡Qué importan mis ropas de faena, y mis botas llenas de estiércol!
Nada importará, si ella se marcha”.
Texto escrito por Hugo

16 de marzo de 2013

PFD y Hugo (5)



fotografía realizada por Jose Luis Rafael

“El sueño se ha vuelto recurrente. Diría más bien, pesadilla. Cada noche, a poco de dormirme, me sumerjo en las profundidades de la ciudad. Me veo corriendo por los desagües, plagados de ratas y basura, estoy huyendo de algo que me aterroriza, pero no logro verlo. Cuando por fin encuentro una alcantarilla por la cual escapar, el terror aumenta, porque, al contacto con el aire, mi cuerpo se va solidificando lentamente, y termino siendo una estatua de bronce. Y cada noche me despierto empapado en sudor, temblando, pero aliviado porque todo ha sido un sueño.
Esta noche ha sido diferente. El terror ha alcanzado su clímax cuando he visto acercarse a Jose, con su cámara fotográfica. Estoy despierto, y la imagen que él inmortalizará será eternamente mi futuro”.

Texto escrito por Hugo

15 de marzo de 2013

Conejillo

Justo después de frotar el polvo de esa lámpara que no sabía cómo había llegado hasta allí, oí un ¡puf! y apareció un personajillo, como por arte de birlibirloque.
-Soy un genio y, por cucarme, te concederé un deseo.
-Pero, ¿no eran tres?
-Ése es el precio estándar por “liberar” genios; tú, en cambio, me vas a dar trabajo, ¿verdad, guapa?
Confieso que el muy usmia me calló mal.
-¿Uno? Pues me va a ser difícil saber qué pedirte.
-A mí eso me la refanfinfla, como si no me pides nada.
Se me ocurrió una maldad, una pequeña, y pensé: ¿qué perdía?, ¿un deseo?, ¿nada más?
-Quiero que pases la tarde conmigo.
-¿Yo?
-Sí, claro, ¿ves a alguien más?
-Es un deseo extraño, pero no te lo puedo negar.
Y así, hasta que llegó la noche y sin pedirle nada: le metí corito en el frigorífico e hice lo posible por convertirle en un chupitel, puede que le amenazase un poco con desmocharle como un ajo, o quizás me emperejilé en que se escolingase por el filo de una navaja, huy, no sé; eso sí, cuando nos fuimos a dormir, él y yo habíamos aprendido algunas cosas: que yo era más grande, que él no era muy genio y que era, además, un poco moñas.

13 de marzo de 2013

PFD y yo (3)


Variaciones (con, sí, bemoles) de “El descubrimiento de Colón”

Obra original: El descubrimiento de Colón
La niña, la que se llama María, dejaba de ser una santa en cuanto se tomaba una pinta.
Publicado en PFD el 18/01/2013


Variación Nº 1: La niña jamás comía alubias pintas. Ponía cara de santa y decía: “que se las coma María”.
Variación Nº 2: La niña cuando vino tenía muy mala pinta. Dijo con retintín: “ha sido María, la santa”.
Variación Nº 3: María, desde niña, quiso ser santa; pero con esas pintas…
Variación Nº 4: Pinta en oros, dijo María con cara de santa pero guiñando un ojo a su pareja de juego, la niña.
Variación Nº 5: ¿Pintas niñas?, preguntó María. No santas, pero me faltan las aureolas.
Variación Nº 6: Nació niña y santa, la llamaron María. Ahora trabaja en una esquina, tuvo mala pata, tiene mala pinta.
Variación Nº 7: Supe que María, ya no era ni santa ni niña, viendo cómo se bebía las pintas.
Variación Nº 8: La niña con el disfraz de santa lleno de pintas fue a la fiesta de María.
Variación Nº 9: María, la mujer de José, era una santa. Y él, él no era un pintas, concluyó la niña.
Variación Nº 10: La niña del ojo de María tenía unas pintas extrañas. Se encomendó a la santa, no podía hacer otra cosa.
Variación Nº 11: Yo no soy una santa y tú eres un pintas, pero tendré este hijo que será niña y se llamará María.
Variación Nº 12: Si, con estas pintas no parezco una santa, además no soy niña; pero olvida mi voz ronca y llámame María.

12 de marzo de 2013

PFD y Hugo (4)

Palabras, fotos, días es una aventura rara y una apuesta fuerte. Las fotos, como sabéis, no son mías; lo que quiere decir que tengo que tratarlas con respeto y cuidado. En cuando a los micros… ¿uno al día? Evidentemente me falta algún tornillo o... ¿son varios? Afortunadamente para mí hay más locos sueltos, uno de ellos es Hugo (blog: De musas y otros cuentos).
Hugo entra en PFD y va dejando comentarios, pies de fotos e historias un poco por todas partes. Y deja tanto que no es posible reproducirlo todo aquí de modo que, si queréis ser justos con él, tendréis que rebuscar por PDF, sólo un poco, y disfrutarlo. Yo, por mi parte y para que vayáis abriendo boca, os traigo la historia que dejó al ver el puesto de aceitunas que tenéis delante (fotografía publicada en PFD en día 1 de marzo).
fotografía de Jose Luis Rafael
“A diario la encuentro en el supermercado. A veces coincidimos en la caja, otras entre los jabones, o frente a las espléndidas aceitunas. Mi mano se desliza, temblorosa, tratando de robar un leve roce de la suya. Pero, en el último instante, la retiro, avergonzado.
Tal vez mañana... “

11 de marzo de 2013

Ventaja evolutiva






Llegó un día en que, simplemente, dejaron de pedir peras al olmo. Asumieron que el hombre, dijese lo que dijese, no iba a hacer nada por ellos. A partir de ese momento, haciendo posible lo imposible, atreviéndose a hacerlo, lograron concretar su rabia en un apéndice mecánico, una regadera común, que les daba un extraño aspecto. A los hombres, esos idiotas, les hizo gracia el invento. De modo que, cuando llegó el verano y los hombres volvieron con sus fuegos y sus juegos, ésos que no tenían gracia alguna, tuvieron la oportunidad de descubrir la verdadera multifuncionalidad del apéndice: los árboles, antes de echarle agua a las llamas, extendían sus ramas y les arreaba una buena hostia a los imbéciles.

Ilustración hecha por Juanlu/Luiyi

(Si tienes un microrrelato con temática ecologista, no dudes en enviármelo. Si, por el contrario, prefieres ilustrar, ponte en contacto conmigo, esta sección la estamos construyendo entre todos y estás invitado. ¡Muchas gracias!)

10 de marzo de 2013

PFD y Hugo (3)



El mismo día que Hugo (blog: De musas y otros cuentos) me envió el microrrelato que publiqué en la entrada anterior, descubrí en Palabras, fotos, días un “pie de foto” que él mismo me había dejado.
Todo junto, imagen y texto, lo reproduzco aquí y ahora.

fotografía de Jose Luis Rafael


“Por detrás de la semioscuridad del ambiente, de la frialdad de los muros, de la invitación al recogimiento del espíritu, surge, tímidamente, el atrevimiento luminoso de los vitrales, que en su milenaria labor de "dejar pasar la luz", aportan vida y esperanza”.

9 de marzo de 2013

PFD y Hugo (2)

fotografía de Jose Luis Rafael


El pasado día 28 de febrero en Palabras, fotos, días se pudo ver la foto que veis aquí y ahora. Hugo (blog: De musas y otros cuentos) ha escrito para ella, y quizás gracias a ella, la siguiente excelente historia. Espero que la disfrutéis como yo lo he hecho.

Título: Recuerdos aserrados 
         Al cumplir los dieciocho años, quise volver a la antigua casa de mis abuelos, donde viví mi primera infancia, tal vez el único trozo feliz de mi vida. La casona ya no pertenece a la familia y, con algo de recelo, los actuales propietarios me dejaron entrar para dar un vistazo.
      Mi recorrido por aquellos espacios, tan remodelados que me resultaron desconocidos, fue breve. Cuando mis ojos buscaron el árbol que mi padre plantara el mismo día de mi nacimiento, el telón de los recuerdos se bajó bruscamente, para urgirme a huir de allí, dejando atrás para siempre las imágenes pasadas. 
          Pero no tuve la fortaleza suficiente para enterrar totalmente tantas vivencias, y mi cámara fotográfica inmortalizó aquel doloroso instante: el tronco, aserrado tal vez dos días antes de mi visita, todavía olía a savia vigorosa. Todavía destilaban de él las caricias de mi madre, y aquella sonrisa distante conque mi padre intentaba ocultar la tristeza que lo atenazaba desde las raíces. Los círculos concéntricos, que señalaban el paso de los años, simularon un espiral que, vertiginosamente, engulló una parte importante de mi vida. 
          Hoy, que paso los cincuenta, y la vieja foto es ahora un archivo digital en mi computadora, todavía me estremecen las pérdidas: de las personas, de los momentos vividos, y de las ramas, que crecieron a mi par, pero que terminaron sus días alimentando quién sabe qué fuegos.

8 de marzo de 2013

Mochar / Amochar

Dar golpes con la cabeza (mocha). Agachar la cabeza. Cortar, desmochar. Varear los árboles de fruto seco para así recoger la cosecha.
He aquí una palabra que me ha sorprendido, con mucha más miga de la que yo suponía. Es posible que todo empiece con la palabra “mocha”, que está en el diccionario, que desconocía y que significa muchas cosas, entre las cuales: cabeza humana y reverencia que se hace bajando la cabeza. Sin embargo, las palabras “mochar” y “amochar”, que vienen a ser lo mismo, se usan más con los animales que con los hombres. Curioso, ¿no? En cuanto a las últimas definiciones y me refiero a: cortar, desmochar (¿descabezar?) y varear son cosas que han ido saliendo sobre la marcha, en la investigación de campo y de pacotilla que hago, una información que no hay por qué perder ahora que la he encontrado ¿no creéis?
Ejemplo: “La vaquilla iba a amocharle, pero él se dio la vuelta y empezó a torearla. Lo hizo tan bien que, cuando salió del ruedo, le hice una mocha”.

(quizás quieras participar en todo esto, mira cómo)

6 de marzo de 2013

Un día más, nada menos

01:14. Su respiración llega a mis oídos. Ya duerme. Yo sólo intento no moverme, no hacer ruido.
01.57. No me atrevo a salir de la cama, a ir al servicio. Por nada del mundo quisiera despertarle. Espero.
02:23. Y lloro. Aún me duele.
06:37. Me levanto antes que él. Con la excusa de prepararle el desayuno, huyo al baño e intento maquillar las huellas, pero no siempre lo consigo.
07:16. Veo la resaca en sus ojos. Acaba de acordarse y me mira de reojo buscando el rastro que sus manos han dejado en mi piel.
07:35. Le despido junto a la puerta, como siempre he hecho. Ya ha dejado de mirarme. No acierta a pedirme perdón. Y yo, yo no quiero que lo haga, las mentiras también duelen.
11:24. Soy su esposa, no sé ser otra cosa y no valgo para nada más. Sin embargo, mi vida son estas mañanas sin él, son este tiempo sin él.
12:04. Mi vida son el maquillaje, las gafas y los pañuelos con los que intento ocultar las heridas a los ojos de todos. También a los míos.
13:25. Él es un cobarde, lo sé. Y yo, yo soy la única persona en la que puede ejercer su poder, en la que de hecho lo ejerce.
14:35. No quiero ver como somos ahora. Ya no puedo recordar como éramos. No tengo memoria.
15:00. Me pongo con la comida frente a la caja tonta, como y lloro, oigo las noticias y lloro, busco mi pañuelo y lloro. Toda mi vida es húmeda.
18:00. La tarde pasa despacio, parece que no va a acabar nunca pero, al fin, llega la hora, la hora en la que todo puede cambiar o repetirse.
19:05. No ha llegado aún, sé que significa. Está en el bar intentando olvidar lo que me hizo ayer, lo que repetirá ahora. Hoy será como ayer. Otro día más, simplemente.
21:00. Entra, sus pasos bailan torpemente en el pasillo. Tiene la voz pastosa, me pide la cena.

(microrrelato publicado en el numero 41 de Psedònims, cuyo tema era “golpes”)

5 de marzo de 2013

Vistazo

El tiempo me abofetea con su discurso indiferente hasta que oigo sus pasos, como patadas, acercándose por el corredor. Mi corazón empieza a martillearme en el pecho. Todos sabemos qué va ocurrir, somos infalibles; pero lo único que no sabemos es la celda frente a la que se pararán las botas, la porra y las órdenes que son como ráfagas de metralla. El silencio se materializa frente a mi puerta, me impacta; mis moratones y cardenales aún no han olvidado, tampoco los dientes que me faltan. La puerta se abre violentamente, choca contra la pared y, ante el nuevo asalto, elevo la cabeza, lo miro, me atrevo a mirarlo y… tengo un golpe de suerte, veo cómo ve en mí lo que soy y no dejaré de ser nunca: un ser humano. Mis ojos sacuden su conciencia. Cada día le será menos fácil. 

(editorial del numero 41 de Psedònims, cuyo tema era “golpes”)

4 de marzo de 2013

Dicotomía



          Acaba de despertarse, se despereza delante de la ventana, una bocanada de sol se detiene en su cara. A un lado, el jardín rebosante de primavera, le regala su primer aroma de la mañana. Risas de niños cabalgando en bicicleta, el peloteo en la cancha, el azul de la piscina rivalizando con un sereno cielo… le armonizan los sentidos. Al otro lado el pinar; árboles centenarios, acogedores caminos, algún corzo bailando el aire, ágiles ardillas explorando el suelo, la invitan a solazarse en él.
Se viste de chándal. Se monta en su coche.
Después de veinte kilómetros llega a la turbia ciudad. Recorre calles completas de vehículos hasta aparcar el suyo. Tras quince minutos a pie por el rígido e impasible asfalto, se mete en el gimnasio. En cuarenta metros cuadrados y con diecinueve personas, entrena durante un par de horas. El bochorno, el ambiente, el sudor, agobiantes, se cosen a su cuerpo. Extenuada, espera a la cola para darse una ducha.
Llega a casa. La miran al pasar... el aire, los pinos, los pájaros, las rosas...
Ella es humana, tremendamente humana.

Microrrelato escrito por Rosy 
Ilustración hecha por Juanlu/Luiyi

(Si tienes un microrrelato con temática ecologista, no dudes en enviármelo. Si, por el contrario, prefieres ilustrar, ponte en contacto conmigo, esta sección la estamos construyendo entre todos y estás invitado. ¡Muchas gracias!)

1 de marzo de 2013

Sangre en la venas

No hay nada que nos guste más que la Pili. Sentados en nuestros sillones,  sintiéndonos como auténticos testeles la mayor parte del día, disfrutamos viéndola moverse por la residencia, agitando el aire y recordándonos que una vez fuimos hombres. Sólo ella sabe tratarnos abonico y hacernos el rendibú, sólo ella nos piropea mientras nos cuca un ojo; babeamos, nos escullan las narices, es cierto, pero ella sigue pendiente de nosotros y no deja de sonreír. Hoy, por ejemplo, a petición nuestra, limpiará otra vez las lámparas. Supongo que, como siempre, el Manolo se ofrecerá para sujetarle la escalera, el Cefe se argayará todo lo que pueda en el sofá para tener mejor ángulo de visión y el Corto volverá a beneficiarse de no ser más alto que un chiguito cualquiera; yo, por mi parte, voy a probar una nueva táctica, me he levantado cojeando y voy a esperar a que empiece la limpieza para jugar con mi bastón.