21 de septiembre de 2018

Vasos comunicantes

foto de Cristina García Rodero

Éramos felices, repetía sin parar mi madre a sus amigas mientras los ojos se le empezaban a llenar de lágrimas; no lo entiendo, no puedo, repetía incrédula.
¿Felices, mamá?, ¿estás segura de que lo éramos? Tú lo eras y mucho, lo sé, estabas tan llena de luz, tan deslumbrada, que el resto del mundo te resultaba invisible, que no podías comprender que no hubiera alguien que no lo quisiera, que lo llegase a odiar o a temer tanto como yo lo hacía.
Sin embargo, desde que nos abandonó, todas las sombras que he ido perdiendo yo son tuyas, junto con las lágrimas y los silencios; y asumo que, tampoco ahora, con lo triste e irascible que estás, llegarás a entender o saber la razón última por la que estoy tan contenta.

            (microrrelato escrito para la foto, una propuesta de Esta noche te cuento)

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