3 de mayo de 2023

Treinta y uno

Su padre era un tal José Luis, acababa de decir el desconocido en el bar del pueblo, alto y claro. Curiosamente y con ese nombre tan normal aquí no hay casi nadie; es por eso que me llaman el hijo de la Pija, porque mi madre se quiso hacer la interesante y se empeñó en ponerme ese nombre compuesto tan común y, a la vez, tan extraño.
Miro de reojo al muchacho, por la edad que aparenta bien podría ser lo que dice ser, pero callo. Frente a mí Exuperio, mi pareja de mus, me guiña un ojo y sé que no tiene nada que ver con el extraño que ya se marcha, ese hombre que ahora todos sabemos que es mi hijo pero que casi hemos olvidado.

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