14 de febrero de 2024

Año nuevo, vida nueva

“Has engordado, cuñado” dijo uno; “Pero no me estoy quedando calvo” contestó el otro. Antes de que los platos semivacíos de los aperitivos fuesen retirados de la mesa, ya se había instalado un incómodo silencio que después, con el besugo, volvió a llenarse de insultos y gritos; mucho más de lo que ella estaba dispuesta a soportar. Por eso, haciendo como que quería ir al baño, cogiendo entre los dedos una esquina del mantel, apoyándose en el andador, dio unos pasos decididos hacia el centro del comedor.
El caos fue absoluto, y la paz; ahora han sustituido los gritos por murmullos, como si ella no pudiera oírles, como si ella no quisiera irse a la residencia, como si no lo hubiese dicho ya.

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