13 de marzo de 2024

Cyrano

El hombre venía y se sentaba siempre en la misma mesa. Después, tras haberle servido un café solo, comenzaba a escribir durante horas. Sin embargo, hace un par de días, sus ojos empezaron a perderse en la ventana y acababa guardando los folios, sin manchas ni huellas. Ayer me atreví a preguntarle y, encogiéndose de hombros, me comentó que los personajes habían huido de él y con ellos sus historias. No pude evitar sonreír, puse un par de vasos entre nosotros, los llené y dije: “yo tengo algunos en mi cabeza”.
Hoy ya le estoy esperando, sentado en nuestra mesa.
 
(microrrelato para una propuesta de Esta noche te cuento, esta)

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