19 de noviembre de 2025

El troll

Con las oportunas apariciones habían logrado que uno de los almacenes del Hilton Splendor fuese su refugio. Eran Drácula, amante del lujo; Shrek, cansado del pantano; y Rumpelstiltskin, loco por el oro; aunque con frecuencia recibían visitas. Teniendo como tenían a mano humanos en permanente rotación, se habían repartido el botín. La piscina era del enano, el lugar en que más tangas había para quien afirmaba entre risas tener entre las piernas un misil. El ogro verde optó por las cocinas, atraído por el pollo y el queso pero deslumbrado por la exótica cocina internacional. Y Drácula eligió los dormitorios en donde, elegante, puntual y sin reloj, desembarcaba cada noche para saciar su sed. Sin embargo, el último invitado, salvaje, malintencionado, simple y sucio, lo había desbaratado todo en dos días; escondía ajos, robaba bikinis, estropeaba comida mientras, negando ser el autor, celebraba con carcajadas y gritos cada estúpida broma. 
 
(microrrelato escrito para esta propuesta, el Monstruoscopio 2025 de Esta noche te cuento)

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