imagen de Christian Pereira Rogel |
Los objetos que se extendían sobre la mesa eran como
bombas. Sabías que en cuanto los tocases, los recuerdos estallarían haciéndote
pedazos.
Aún así, alargaste la mano.
(con este microrrelato
participé en la convocatoria del Calendario Microcuentista 2016, una propuesta
de la IM)
Fabuloso, me ha encantado. Se respira el poder de esos objetos en tus palabras.
ResponderEliminarGracias, Belén.
ResponderEliminarLos recuerdos son así, fuertes, a veces nos pueden sin que tengan que materializarse.
Buen fin de semana
Los objetos, por inertes que puedan parecer, pueden estar cargados de recuerdos y energía de la que quizá ni somos conscientes.
ResponderEliminarBuen micro, Luisa
Me gusta como texto. Aunque quizá para mi le falte un poco de cierre. Crítica constructiva desde el atrevimiento de la ignorancia.
ResponderEliminarGracias, Ángel y Miguel Ángel (hoy los ángeles, caídos o no, me persiguen) y... criticad, puntualizad, sugerid.... será un placer escucharos
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