Un día se dio cuenta de que, bajo las entradas de su
blog, no había comentario alguno. Más tarde, mientras patrullaba Internet a
golpe de clic, crecieron las sospechas. Cuando ya no pudo más, se armó de valor
y escribió: ¿hay alguien ahí?, para inmediatamente después ir a comprobar si
aumentaba el número de visitas.
Nunca se imaginó lo que pasaba: la gente, ahí afuera,
vivía.
La vida es más intensa leyendo tu blog de relatos, eso no lo dudes.
ResponderEliminar¿Estás segura?...
ResponderEliminarNo sé, no sé, esto de los blogs y de facebooks, quita mucho tiempo a la vida.
ResponderEliminarAunque, ¿puedo estar segura de que... hay afuera hay vida?
A saber.
Gracias Belén y Miguel Ángel por vuestros pedacitos de vida dejados aquí. Un honor, siempre
Cuánta razón tiene Luisa, tanto en tu micro como en tu comentario. La vida de las redes y el de fuera, son todo "un mundo"
ResponderEliminarBesicos muchos.
Siempre he sospechado que hay gente que es capaz de vivir al margen de los PCs...
ResponderEliminarNo tengo ninguna prueba de ello, es una mera sospecha... Pero va tomando cuerpo...
Un abrazo
El secreto está en el equilibrio...
ResponderEliminarGracias a ambos. Buscaremos el equilibrio dando un mínimo de tiempo a los micros, para dejar tiempo a otras cosas.
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