23 de marzo de 2016

Desinformados

El día en que la quinta nave, suspendida sobre la boina gris de Madrid, se sumó a la formación, volví a intentar acceder a Internet. Pese a la amenaza de sanciones por parte de la comunidad internacional no ha habido rectificación ni nuevas noticias. Allí sigue el logotipo, girando sobre sí mismo y lanzando destellos azulados, como una absurda carta de ajuste. Los periódicos se limitan a juguetear con oscuras conspiraciones. El teletexto está paralizado en la patética explicación de las nubes lenticulares, que ya no se cree ni Maxi. ¿Y quién es Maxi? Pues es mi hermano mayor, pero su autismo y nuestra soledad han trastocado los papeles. Hay veces que le noto inquieto y entonces subimos a la azotea, siempre cuando ha oscurecido. Le dejo que me cuente otra vez, con su lengua de niño en un cuerpo de hombre, que los picotazos que vemos en la luna se los han hecho los bichos espaciales. Que vienen ahora aquí a robarnos los mares con sus lenguas de mariposa. Él ha escuchado las voces en sus sueños y yo le creo, pero debo evitar que hable más de la cuenta. Mientras en otros rincones del globo se estarán preparando para evitar la invasión, en este país la Ley 38/2020, de Armonización de la Información, o ley bozal, como decimos entre dientes, castiga la simple mención de la palabra extraterrestre. La vida está suspendida, todo ha dejado de suceder.

Autor: Belén Sáenz

(¿sabes que estamos escribiendo una novela entre todos?, ¿quieres participar?; descubre cómo)

2 comentarios:

  1. Le agradezco mucho a Belén que escribiese este texto. Sé que quería aportar su granito de arena desde un principio, y también que de entrada no acababa de saber cómo hacerlo. Afortunadamente para todos, superó los inconvenientes y aquí está, como debe.
    Y yo encantada

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  2. Un texto que tiene mucha tela para cortar. Muy bueno. Me quedo con esa imagen de una ley estúpida frente a lo desconocido (o temido).

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