23 de enero de 2017

Volatilizado

Debieron de ser los ajos de las angulas que cené. En cuanto me mordió empezó a perder la compostura, a consumirse y a hacer como gárgaras. En unos minutos se había evaporado dejando a mis pies un traje y una capa.

5 comentarios:

  1. Jaja qué bueno! A partir de ahora tomo ajos a diario, no vaya a ser... Además dicen que mejoran la salud!

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  2. El ajo, la cebolla,... sirven para todo. jeje

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  3. Sanos y recomendables contra los vampiros. Lo del aliento sólo es un efecto secundario.
    Muy divertido, Luisa. Un abrazo

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  4. Muchas gracias, Ángel.
    El abrazo me lo quedo.
    Te envío otro de vuelta.

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