3 de abril de 2017

Prisionera

           Ya no podíamos contar con David, lo supimos en cuanto lo vimos acompañado y camino de casa. El juego había acabado; pero seguimos agazapados. Yo, porque no quería ser un chivato. Juan porque siempre hacía lo que Pedro y éste porque estaba asustado. En cuanto a Celia, ella, porque desde hace horas yacía demasiado inmóvil en el centro de un charco de sangre.
            Empezábamos a entender que el juego había terminado, puede que al poco de iniciarse, antes de que David y su madre se fuesen a casa, cuando Celia empezó a llorar y no la hicimos caso.

http://lagrimasdecirce.com/otros/134-hacia-itaca.html

(con este microrrelato gané el Certamen Literario Internacional Hacia Ítaca 2017, razón por la que aparece forma parte de esta antología; aunque el premio es mucho mejor, pero eso ya os lo cuento mañana)

2 comentarios:

  1. Una cadena de personas y diferentes reacciones hacia un mismo hecho.
    Enhorabuena por ese premio, Luisa.
    Un abrazo

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  2. Muy fuerte, muy potente. Enhorabuena por el merecido premio.

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