27 de mayo de 2019

El desprecio de las vírgenes

Si por algo le había gustado aquella niña es porque, mirándola, podía imaginar la deliciosa joven en la que iba a convertirse. Sin embargo, pasados algunos años y como le venía ocurriendo siempre, comprobó que no podía encontrar en aquella mujer huella alguna de la pequeña que le había robado el corazón. Por eso la abandonó, como a todas las adolescentes inocentes que en su vida había consumido.
Fue entonces cuando hizo memoria, cuando revivió el dolor que la última vez le habían hecho las chanzas y las bromas de aquellas chiquillas, y recordó el modo en que le habían hecho sentirse viejo y ridículo.

2 comentarios:

  1. Vaya, le dolía que le dijeran viejo y lo que hacía él, no le impactaba?
    Excelente Luisa, me ha gustado mucho a pesar del dolor que encierra.
    Besicos muchos.

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  2. Vamos camino en esa única dirección...

    Saludos,

    J.

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