Lo vieron en las noticias: árboles dando ZANCADAS SOBRE LAS OLAS. Guille, como muchos otros niños, asumió que aquello podía ocurrir, ya que de hecho ocurría, y no era ni un cuento ni una película; empezó a mirar las plantas de la terraza de otra manera y entendió que ellas vigilaban la casa, como un perro, pero que, en vez de ladrar, podían salir de sus tiestos y ponerse a andar como si tal cosa.
Por
eso pidió un cactus a los Reyes Magos, porque el perrito solicitado no había
llegado nunca; la idea era ponerlo dentro de su habitación y así, cuando su
padre volviese a visitarlo para buscar lo que decía que era un poco de fiesta,
el cactus comenzaría a andar por el pasillo llamando la atención de su madre y
él no tendría que romper la promesa dada de no abrir la boca.
(microrrelato escrito celebrar el
décimo cumpleaños de Esta noche te
cuento
y que responde a la propuesta que se encontrará en este enlace)
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