Fue Eva quien, esquivando la
serpiente charlatana, cogió la primera de las manzanas; después fueron
atravesadas por flechas como prueba de puntería, cayeron de los árboles para
explicar la gravedad y sirvieron para incitar a la princesa más guapa; marcas y
grupos musicales se han apropiado de ellas, New York quiere ser la más grande.
Todo suma y a la vez no es
importante, porque yo solo quiero este instante en que escancias su jugo,
mezclas tu perfume con el las burbujas de sidra y me pasas el vaso, para que
pose mis labios justo en la huella que dejaste.
(microrrelato
enviado al concurso convocado con motivo de la X Microquedada Microrrelatista,
este año celebrada en Asturias)
Las manzanas dan mucho juego, si a la sidra se le añade sensualidad el conjunto es difícil de superar. Buen relato, Luisa. Un abrazo
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