5 de junio de 2011

Destino

La mujer madura salió de su casa como un ladrón, esperando no ser descubierta y con las manos vacías.
         La chica de pelo rojo recorría las calles de la ciudad con una mochila a la espalda dispuesta a aprender las cosas por sí misma.
           Los pasos de ambas coincidieron en la estación de tren. La noche y un café las unió en una charla a deshora, sincera; las hizo amigas. De forma que, cuando llegaron a la taquilla, el futuro que empezaba abrirse ante ellas había dejado de ser ese lugar frío al que tenían que enfrentarse solas.

(microrrelato presentado sin éxito al V Certamen de relatos cortos “El tránsito, el viaje, el movimiento hacia un destino” convocado por RENFE)

7 comentarios:

  1. Muy esperanzador Luisa,
    es bonito pensar que el futuro nos reserva amigos inesperados. Bonita historia. Muchos besos

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  2. La amistad, quizá el único lazo que mantenga a nuestro destartalado mundo en andando.
    Bello micro, yo te hubiera dado el premio Luisa.

    Besos

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  3. El futuro siempre es un viaje, mejor hacerlo en compañía.

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  4. Me gusta mucho!! Es entrañable pensar que en el lugar menos pensado te puedas encontrar un compañero de viaje ;) Abrazos

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  5. Nunca es demasiado tarde o demasiado pronto para nada.
    O eso es lo que interpreté al leerlo.

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  6. Me ha gustado mucho la ultima frase, llena de esperanza. Es de esas frases que sustentan cualquier historia que le añadas

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  7. me gustan las intersecciones de caminos y también lo que no cuentas, el camino que las espera. muy inspirador

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