A
veces les echaba una mano y decía a uno de mis sucios compañeros de ahora:
-Amigo, siga mi consejo: para pasar
la noche, es mejor el edificio abandonado del fondo.
Acabando por meterle en la boca del
lobo con un guiño y una medio sonrisa.
Ellos no me agradecían la gestión
pero yo me cobraba asistiendo al espectáculo: los golpes, el sonido del zapato
sobre las costillas, los gemidos y los insultos, las risas ahogadas, el olor
del miedo y de la sangre, la bendita adrenalina, el silencio final y una
respiración entrecortada, expectante y miedosa.
Siempre añoraré los viejos tiempos pero, desde que me
trincaron, juré no volver a mancharme las manos de sangre y no rompo mis
promesas.
Muy bueno, qué bien has dibujado al personaje. Es un malo requetemalo. Un beso.
ResponderEliminarEs malo malísimo, el prota. En cuanto a texto.... es.
ResponderEliminarGracias y un beso
Muy malo!!!! :)
ResponderEliminarMaléfico con ganas! No me gustaría encontrármelo...
ResponderEliminarUn beso, Luisa
Crueldad pura.
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