No hemos encontramos el vídeo que necesitábamos
en la biblioteca que tenemos a nuestro alcance pero, no sabríamos decir por
qué, los dos pensamos que aquellas imágenes servirían.
Juntos vimos cómo el hombre rodeaba
con sus brazos el instrumento, lo apoyaba con suavidad en su hombro y dejaba
que las yemas de sus dedos empezasen a recorrer su superficie con una mezcla de
tacto y mimo, de devoción y arrojo; algunos minutos después, cerraba los ojos y
escuchaba, iniciaba con su extraña pareja algo así como un baile.
Suponíamos que no era exactamente lo
mismo, pero habíamos decidido no dejarnos arrastrar por el desánimo y lo
intentamos. Hoy estoy embarazada, pronto seremos tres y la humanidad no va a
desaparecer, no mientras esté en nuestras manos.
Me gustaría, eso sí, encontrar algún
documento gráfico que nos ilustre sobre aquello que llamaban parto.
(microrrelato
incluido en “Menguantes”, libro que puedes descargarte en este enlace)
No hay comentarios:
Publicar un comentario