Ya no puede recordar si alguna vez le gustó bailar. Sólo sabe que, cuando entra la luz y la música suena, ella se pone a girar sobre sus zapatillas de punta mientras los pares de ojos de la araña la miran.
(microrrelato presentado al Concurso de Minificciones, mes de marzo)
Si no necesita más espectador que la araña su vocación es perfecta.
ResponderEliminarEso es lo que todos deberíamos hacer, agarrar aquello que realmente queremos realizar y llevarlo a cabo, sin pensar en las miradas inquisidoras o en los posibles peligros, si no, siempre estaremos cohibidos. Besos.
ResponderEliminarBuenas e interesantes lecturas.
ResponderEliminarMuchas lecturas las de este micro.
ResponderEliminarBesos, Luisa.
Me gustó :D
ResponderEliminarun beso