Con un hilillo de voz llamó mi atención y con un gesto me atrajo hacia ella.
Estábamos jugando al escondite, era el último verano de nuestra infancia y juntos esa tarde dimos un paso de gigante hacia adelante.
Olvidé su nombre en cuanto el invierno llamó a la puerta, pero hoy mi boca seca y temblona ha vuelto a sentir el sabor salado de sus labios.
(microrrelato presentado a la XIII Edición del Concurso de Microrrelatos en Bubok)
¿Quién no recuerda el primer amor de verano? bellos recuerdos
ResponderEliminarSi vale la pena recordarlo, supongo que todos. Muy bueno, Luisa. El de tu personaje debió ser una muy buena experiencia si después de tanto tiempo tiene un rato para recordar ese beso.
ResponderEliminarCreo que lo has plasmado a la perfección, pocas palabras en el sitio justo.
ResponderEliminarBesos, Luisa
Muy bonito, Luisa!
ResponderEliminarAbrazos.
Recuperar un sabor es también recuperar un amor. Los dos ligados para siempre en la memoria.
ResponderEliminarPuñado de abrazos.
Hay besos que nunca se olvidan. y quedan en nuestra memoria para siempre. Bonita historia de amor.
ResponderEliminarSaludos