17 de agosto de 2012

Juegos de niñas


 Sentado en un banco y solo, un hombre vigila el inocente e incansable juego de las niñas.
          Ellas saltan a la comba, dejan que sus faldas se balanceen y que sus suaves muslos queden expuestos al aire. Juegan, no se dan cuenta de que alguien las está mirando.
 Hasta el día de hoy, en el que él logrará atraer a una de ellas con una sonrisa y un caramelo en las manos.

8 comentarios:

  1. Me has puesto el vello como para colgar llaves, Luisa.

    Un micro de fondo muy oscuro, que brilla por la neutralidad -diría casi inocencia- del lenguaje escogido.

    Un abrazo,

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  2. Horribles sensaciones producen estas actitudes...Lo has relatado con tanta naturalidad que asusta
    ¡Depravados hombres! Así se quedaran pegados al banco.

    Besicos salados desde mi Cabo

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  3. Es curioso porque... no se dice mucho y el lenguaje usado no da muchas pistas; es posible que la palabra muslos pellizque un poco y a partir de ahí...; después el lugar común del hombre que da caramelos, ¡cuantas madres dicen a sus hijas que tengan cuidado de esos hombres!
    Ah, y me encantado el "ahí se quedaran pegados". Me encantaría, pegaditos con el caramelo, y que les zurzan.

    Un beso y... buen verano, lo que queda

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  4. mmmm terrible. Vamos Luisa , que mi Camila tiene 12 y la voy a buscar a todos lados porque, ya sabés, hoy hay mucho señor grande con esa misma mirada de tu cuento... Esa última oración que anticipa, ay!
    Beso grande!

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  5. Muy siniestro, pero puede ser real. Produce escalofríos.

    Besitos

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  6. De esos hay en todos lados, lamentablemente.
    Duro, pero muy bueno.
    Un abrazo.
    HD

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