La
casa se desplomará. Sobre ella, en el aire, flotarán nuestras amargas
discusiones. La bombona de gas estallará, estoy seguro, y terminará todo.
Abrimos
su puerta por primera vez, lo recuerdo. Recorremos felices sus pasillos. La
llenamos a partes iguales de muebles y de sueños. Nos queremos.
Temí
que mi hermano te conquistase, que acabases siendo suya. Sentí el latido de los
celos y el deseo abrasador de poseerte. Luché por ti con el único deseo de
apartarte de la mirada de todos, de anudar un par de botones en tu escote
indecente, de alargarte la falda, de que bajases los ojos, de que empezases a
ser invisible para ellos, de que los huyeses, de que callases y me escuchases,
obedeciendo punto por punto todos mis deseos.
Luisa, un microrrelato de tres partes, que como indica el título va en retroceso, con un final que está al inicio y donde los celos borran todo el amor, que imagino no protagonizó con el hermano celoso sino con el otro.
ResponderEliminarOriginal y con buen uso de recursos literarios.
Abrazos.
Qué triste realidad para algunas mujeres y qué bien narrado por tu parte. Felicidades, me ha gustado mucho.
ResponderEliminarBesicos muchos.