8 de mayo de 2015

Servicio de asistencia


Recibimos una llamada: alguien se había quedado encerrado en un ascensor y teníamos que ayudarle. Mientras sorteamos el tráfico, preparamos las alas; de modo que, cuando llegamos hasta él y nos miro a los ojos sin decirnos nada, pudimos empezar a quitarle el miedo, a salvarle de la soledad y a hacer que las ilusiones volviesen a volarle. Mi compañero, más experimentado, fue el único que dijo algo: “esté tranquilo, nosotros elevamos sueños a realidades y, antes de irnos, le dejaremos una lámpara con un genio, una charla con un amigo y una libélula de papel que le sirva de piloto automático”.

(microrrelato presentado al concurso de microrrelatos convocados por IASA Ascensores, en el que era obligatorio incluir en el texto: “elevamos sueños”; ¿quieres saber conocer a la flamante ganadora, a los finalistas?, consulta este enlace, es importante que lo hagas porque así podrás ver que Paloma Hidalgo es quien ha ganado)

7 comentarios:

  1. No lo suficiente.
    Estoy deseando leer los vuestros

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  2. Muy bien lo de ir al grano con los ángeles y esos regalos que le hacen al encerrado.
    Era muy golos este concurso, yo no envié ninguno. Un abrazo.

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  3. ¡Qué bonito el relato Luisa! Voy a leer el de Paloma que aúno no he tenido oportunidad. Un abrazo.

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  4. A seguir con los intentos. Pero me gustó tu solución alada. Paloma, un crack. Por desgracia, no se puede leer el micro por ninguna parte.
    Un beso, Luisa.

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  5. Precioso. Lo de la libélula de papel me encanta.

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