Nací blanco, acromático, de claridad máxima y oscuridad
nula, sin matices ni dobleces. Mientras crecía mi lechoso aspecto me delataba
como alguien carente de intenciones y gustos, y también de rencor o de malicia.
No estaba mal siendo como era, pero envidiaba la fuerza y determinación de los
que me rodeaban, abanderándose siempre con todo tipo de causas, valientes y
llenos de vida. Hasta que llegó ella, negra, fuerte y con sabor, esponja de
conocimientos y maestra: “No te quedes al margen de la realidad, sumérgete en
ella, empátate de lo que sienten los demás y siéntelo con ellos, sé color, sé
su auxilio, su apoyo y su ayuda. Los colores están en ti, para que los sientas,
para que comprendas a los que te rodean; tú puedes hacerlo, aunque no lo
sepas”.
(microrrelato presentado al
concurso Gora Gasteiz, que debía giran en torno a la diversidad, la
integración, la solidaridad,… y contener la frase “sé color”)
Luisa, un microrrelato reivindicativo de buena factura, con ese paralelismo a los colores. Me gustó la forma de guiar el micro.
ResponderEliminarAbrazos.
Gracias, Nicolás. La ventaja de escribir micros es que... es posible cambiar con rapidez de una cosa a otra, abordar cosas que no hubiese imaginado nunca, tener muchas vidas y hasta vivirlas un poco.
ResponderEliminarUno no sabe donde puede acabar tras leer las bases de un concurso si se deja llevar.
Esta es un muestra. Curioso
Sí, es cierto. A veces no se sabe lo que va a salir y los concursos, con temas disparatados (o no) motivan la creación.
ResponderEliminarInteresante tu propuesta. Los colores como fuente de fuerza.
Saludos cromáticos