El protagonista de aquella novela creyó
equivocadamente que el éxito era suyo y decidió dar el salto a la fama
siguiendo el camino más corto. Sin lugar a dudas logró su propósito, tú mismo
puedes verlo, está encerrado en otro mundo bidimensional, el de la televisión,
en un interminable y ensordecedor programa de sobremesa que patrocina una marca
de dentífrico.
¡Ohhh! Pobre...
ResponderEliminarAl menos tendrá los dientes bien limpios.
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