Mi vida aparentemente es la misma.
Me levanto a mi hora y, poco después, salgo hacia el trabajo donde voy dando
salida a los papeles que otros dejan en mi mesa. A las dos, con los compañeros,
como donde siempre un menú que se repite servido por una muchacha nueva. Sin
embargo, hace días que no siento sopor tras la comida, que me escucho bromear y
encuentro una sonrisa en el espejo; y pienso, es curioso el amor, muy curioso.
(microrrelato
incluido en “Menguantes”, libro que puedes descargarte en este enlace)
Sí que es curioso...
ResponderEliminar;)
Sí, bastante curioso, al menos rompe la monotonía.
ResponderEliminarBesicos muchos
Nada vuelve a ser igual tras un flechazo. Dicho así puede parecer un tópico, como tú lo cuentas queda muy bien.
ResponderEliminarUn abrazo, Luisa